El poder de las expectativas en las relaciones

Alguien que ha crecido en un hogar en el que se han producido divorcios se preocupará por caer también en la trampa del fracaso en su relación. Es cierto que puede ocurrir, pero no es algo que se pueda prever de antemano. Aunque todos estamos ensayando continuamente nuestras reacciones ante acontecimientos futuros previstos, la forma en que pensamos en lo que nos espera, en particular si se relaciona con algo que es fundamental para nosotros, como nuestra vida amorosa, influye fuertemente en nuestra vida. La esperanza nos impulsa; la desesperanza, la incapacidad de anticipar la satisfacción, crea desesperación y coquetea con pensamientos de fracaso.

Si bien el desánimo puede darse en cualquier relación, algunos de los que crecimos en un hogar destrozado por el divorcio somos, de hecho, más propensos a desanimarnos cuando nuestra relación está en problemas. Si vemos que nuestras relaciones se tambalean, podemos actuar en consecuencia, es decir, con un compromiso debilitado. Ponemos poco empeño en ello porque esperamos poco a cambio, y esto es justamente lo que obtenemos, una escasa recompensa. Es el mapa del amor dañado que desarrollamos en nuestro hogar familiar que acecha silenciosamente nuestra esperanza.

En marcado contraste, la persona esperanzada, que espera que un evento salga bien, muestra entusiasmo a través de expresiones faciales, estatura y una actitud segura. De hecho, quienes están involucrados con esta persona se sienten alentados por su demostración de seguridad en sí misma, se sienten atraídos por su entusiasmo y es más probable que respondan de la misma manera.

La ley de las expectativas es simple: la forma en que se ve un evento (cómo esperas que resulte) afectará tu comportamiento y, a su vez, alterará el resultado real. ¿Provenir de un hogar con una relación fallida es un alto riesgo para el futuro? No, no lo es. No se trata tanto de la experiencia que tuvimos, sino de cómo permitimos que la experiencia fallida nos afecte. En ese sentido, aquí hay algunas consideraciones para proteger la relación:

1. Haz que una relación exitosa sea una prioridad. Encuentra un lugar tranquilo, mira a tu pareja a los ojos y promete tu compromiso con tu relación. Haz que sea un acuerdo formal. Si realmente quieres tener tanto éxito en tu vida amorosa como en otras áreas, pondrás la misma energía en ello.

2. Ten en cuenta que el miedo, la incertidumbre y las expectativas negativas bloquean la puerta del éxito. Si creciste en un hogar que se rompió por un divorcio o que está a punto de hacerlo, es natural que, al acercarte a la puerta, sientas estas emociones y tengas estos pensamientos. La clave para abrir la puerta es la acción comprometida.

3. Haz una lista de los principales obstáculos para tu compromiso, el tipo de cosas que probablemente hagan que tus sueños se derrumben. Lleva la lista contigo y mírala de vez en cuando para evitar un ataque sorpresa.

4. Recuerda que fortalecerás tu relación pieza por pieza. Piensa en el proceso como algo gradual para no abrumarte.

5. Todos los compromisos requieren cierto grado de fe. No estás haciendo una predicción basada en resultados pasados, sino que estás creando proactivamente el futuro con tu nuevo compromiso. El objetivo de tu compromiso es hacer que suceda algo que no se base en el pasado, sino en una nueva visión del presente.

6. Minimiza tus distracciones negativas pasando tiempo con personas cuya relación esté funcionando. Hablar positivamente de tu pareja y de tu intención de fortalecer el vínculo fortalecerá tu determinación. Esto también te ayudará a evitar la pendiente resbaladiza de escuchar demasiado atentamente esa voz interior que se hace más fuerte cuando una relación está en problemas. Lo último que necesitas es sumarte al coro de parejas infelices que se dedican a tener una vida miserable juntos.

7. Si reconoces tu voz interior y eres consciente de lo saboteadora que puede ser cuando una relación está en crisis, entonces te apropias de ella, en lugar de que ella te apropie a ti. Una vez que comiences a reconocer las excusas y los pensamientos negativos como lo que son, mera estática, habrás dado algunos pasos importantes en el camino hacia la libertad.

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8. Visualízate en medio de una relación satisfactoria. Intenta hacerla tan real como si realmente estuviera sucediendo. Repasa esta visualización tan a menudo como puedas, en particular si tus distracciones negativas están planeando un ataque.

9. No te desanimes por los reveses. Son parte de la alarma que tu sistema de supervivencia activa para hacerte saber que debes permanecer alerta. Siente el miedo, experimenta la incomodidad y sigue adelante.

10. ¿Tienes problemas para pensar positivamente sobre tu vida amorosa? Encuentra aspectos de tu relación que estén funcionando y haz lo posible por aprovechar esa experiencia. Los pequeños gestos positivos pueden convertirse en experiencias poderosas con el tiempo.