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por Rita Labeaune, Psy.D.
¿Cuántas personas parecen felices pero diariamente están luchando contra pensamientos depresivos? La imagen típica de las personas con depresión es de alguien que no puede levantarse de la cama y es incapaz de funcionar. Lo que podría resultar sorprendente es que, de acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos, aproximadamente el 10 por ciento de la población sufre de depresión. Son 10 veces más que las personas que sufren de desorden bipolar (1 por ciento) y esquizofrenia (1 por ciento).
No todo el mundo experimenta la depresión de la misma manera. Algunos podrían no darse cuenta de que están deprimidos, especialmente si parecen estar manejando su vida diaria sin problemas. No parece posible que alguien pueda estar sonriendo, alegre, funcional y al mismo tiempo, deprimido.
En mi práctica, aquellos que se sorprenden más al darse cuenta de que están experimentando algún tipo de depresión son aquellos que padecen la "depresión sonriente". La mayoría de la gente ni siquiera ha escuchado el término. La definición de "depresión sonriente" es: aparentar estar feliz ante los demás, literalmente sonriendo mientras que por dentro están sufriendo de síntomas depresivos. La depresión sonriente con frecuencia pasa desapercibida. Aquellos que la padecen usualmente demeritan sus propias emociones y las dejan de lado. Puede que ni siquiera estén conscientes de su depresión o no quieran reconocer sus síntomas por miedo a ser considerados como "débiles."
El sello de la depresión sonriente es la tristeza. La sonrisa y fachada externa son un mecanismo de defensa, un intento de esconder sus verdaderos sentimientos. Una persona podría estar experimentando tristeza por una relación fallida, retos en su trabajo, o por falta de lo que consideran un verdadero propósito en la vida. La tristeza también podría manifestarse como un constante sentimiento general de que "algo simplemente no está bien."
Otros síntomas comunes de la depresión sonriente son sentimientos de ansiedad, miedo, enojo, fatiga, irritabilidad, desesperanza y desesperación. Aquellos que sufren de esta y otras formas de depresión también podrían experimentar problemas para dormir, dificultad para disfrutar de actividades placenteras y una pérdida de libido. La experiencia de cada quien es diferente. Es posible sentir solamente uno o todos estos síntomas.
Otra manera de pensar acerca de la depresión sonriente es percibirla como usar una máscara. La gente que sufre de depresión sonriente pueden no mostrar una sola pista de su problema al mundo exterior. Con frecuencia mantienen un trabajo de tiempo completo, dirigen una casa, participan en deportes y tienen una vida social bastante activa. Con su máscara puesta, todo parece genial, a veces incluso perfecto. Sin embargo, debajo de la máscara están sufriendo de tristeza, ataques de pánico, baja autoestima, insomnio y, en algunos casos, pensamientos suicidas.
El suicidio puede convertirse en una amenaza particular para los individuos que padecen depresión sonriente. Típicamente, la gente que padece la depresión severa clásica tiende a tener pensamientos suicidas pero no la energía para actuar sobre sus sentimientos. Sin embargo, aquellos que padecen de depresión sonriente tienen la habilidad energética para planearlo y hacerlo suceder. Por eso la depresión sonriente puede ser más peligrosa que una forma clásica de depresión severa.
La buena noticia es que hay ayuda disponible. Este es uno de los problemas de salud mental más tratables. Ya sea a través de terapia regular o psicoterapia, es posible navegar con éxito hacia la salida de este estado de pensamiento y liberarse de la tristeza. Una persona sufriendo de depresión sonriente podría negarlo o incluso molestarse cuando alguien cercano se lo mencione, esto es normal. Con frecuencia, la gente no está consciente de la depresión sonriente y la palabra "depresión" puede sonarles extrema. Hay que tener en cuenta que podrían considerar pedir ayuda como una señal de debilidad o algo que solamente necesita la gente sumamente alterada.
Además del tratamiento y terapia, aquellos que la estén padeciendo pueden empezar por abrirse con las personas a su alrededor. Elegir a un miembro cercano de la familia, amigo o confidente y practicar discutir sus sentimientos y preocupaciones puede ayudar a aliviar los síntomas. Es importante evitar la preocupación de ser una carga. A veces olvidamos que aquellos a nuestro alrededor estarán felices de ayudarnos de la misma manera en la que nosotros les ayudaríamos. Abrirse y compartir sentimientos es un elemento clave para lidiar con pensamientos depresivos.
Mientras sigamos negando o evadiendo lo que nos hace sentir vacíos, será casi imposible arreglar el problema. Cuando no se atienden los pensamientos y sentimientos depresivos, tienden a apilarse y empeorar. Lo más importante es buscar ayuda.
Rita Labeaune, Psy.D., es una psicóloga clínica con un consultorio en Beverly Hills. Trata a adultos que lidian con depresión sonriente y otras formas de depresión, ansiedad y desórdenes del humor.
A version of this article originally appeared in English.