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Verificado por Psychology Today

Autoestima

Cómo dejar de tomarte las cosas personalmente

Ocho pasos para empezar a tomarte las cosas menos personalmente.

Blend Images/Shutterstock
Fuente: Blend Images/Shutterstock

Cuando otras personas te dañan y te tomas sus acciones personalmente, se puede sentir como si te hubieran golpeado en el estómago. Sé que suena un poco dramático, pero cuando eres sensible, o lo que algunos llaman hipersensible, tiendes a tomarte las cosas de forma bastante personal. Sientes todo muy profundamente, incluso cuando no tiene nada que ver contigo. Si las personas hablan mal de ti en tu cara o a tus espaldas, es suficiente para destruir tu sentido de autovaloración. A veces, las personas ni siquiera tienen que decir nada; puede que simplemente interpretes sus expresiones faciales negativas o movimientos corporales como algo que hiciste mal, provocando que recuerdes cada cosa que podrías haber dicho o hecho para molestarlas.

Es fácil para los demás decir, “no te lo tomes personal. No se trata de ti”. Y mientras que esa declaración es verdadera, es difícil tenerlo en mente cada que nos encontramos con alguien de mal humor. Para las personas sensibles, puede parecer que solo un robot podría lograr no sentirse afectado por los demás. Y, enfrentémoslo; la verdad es que todos somos emocionales, especialmente cuando se trata de amigos y familiares, así que no podemos simplemente dejar de preocuparnos. Sin embargo, hay maneras en las que podemos manejar mejor nuestra sensibilidad y evitar tomarnos cosas tan personalmente que nos lastimen por días o nos pongan a pensar mal sobre nosotros mismos. Estos son algunos consejos:

1. Conoce tu valía inherente.

Si te conoces a ti mismo y tu valía como persona, no juzgarás tan rápidamente a los demás. Tómate tiempo para saber que no eres lo que otros dicen que eres. Lista cinco cosas de ti por las que estés agradecido y recuérdalas siempre que te sientas sensible.

2. Conoce tus detonantes emocionales.

Todos nosotros tenemos detonantes emocionales del pasado. Ciertas acciones por parte de otras personas pueden detonar nuestra sensibilidad sobre cosas en particular. Por ejemplo, si tu padre era excesivamente crítico y tú intentabas ser perfecta para satisfacerlo, que alguien señale que cometiste un error podría detonar una reacción más sensible en ti que en otra persona bajo la misma situación. Cuando te molestes por algo, pregúntate, “¿me molesta realmente esta situación o es uno de mis detonantes emocionales?”

3. Practica la autenticidad.

Esta es la práctica de dejar ir los pensamientos de que necesitas ser alguien más y realmente abrazar quién eres. Debes aceptar verdaderamente quién y qué eres con el fin de ser tu auténtico yo. Practica la autenticidad haciendo lo mejor para ti, poniéndote a ti en primer lugar u entendiendo por completo lo que es bueno para ti.

4. Comete errores.

Como dice el dicho, “para ser nuestra mejor versión, primero tenemos que ser nuestra peor versión”. Permítete cometer errores y entender que solo son parte del mapa llevándote a la persona que siempre quisiste poder ser. Cuando des un paso en falso, no olvides perdonarte. Es importante responsabilizarte por tus acciones, pero no te castigues demasiado si alguien te desaprueba. Acepta que no eres perfecto y recuerda que realmente no es un error si aprendes de ello.

5. Pon límites.

Poner límites adecuados en tus relaciones te ayudará a tomarte las cosas menos personalmente. Pones estos límites en su lugar cuando dices que no al trabajo, amor y otras actividades que no quieres hacer o que te hacen daño emocionalmente. Hacer demasiado para satisfacer a los demás puede llevarte a sentirte excesivamente sensible cuando hacen algo que te molesta.

6. Déjalo ir.

Usa una experiencia dolorosa de tu pasado para ayudarte a ser quien eres. Úsalo para darte fuerza, empatía y carácter. Todos tenemos algo que nos ha lastimado. No permitas que defina quién eres. En su lugar, úsalo para volverte más fuerte y enorgullecerte.

7. Sé consciente de que la amabilidad no es un pase a la aceptación.

Tendemos a esperar que si somos amables y buenos con todos, dándoles todo lo que tenemos, nos tratarán igual de vuelta. Pero ser amables con los demás no siempre compra su aceptación y aprobación. Servimos mejor a otros y a nosotros mismos si hacemos las cosas porque queremos, no porque esperamos algo de vuelta.

8. Sé lógico.

Cuando algo te molesta o te hace sentir incómodo, es útil echar un vistazo a la situación desde una perspectiva más lógica: ¿la situación requería de la reacción que tuviste o perdiste los estribos innecesariamente? ¿La otra persona está realmente haciendo algo malo o estás tomándote la situación muy personalmente? Si alguien está siendo verdaderamente hiriente, puedes, ¿puedes pedir lo que necesitas o trabajar en dejarlo ir?

Si no reconoces conscientemente la necesidad sin satisfacer que está detonando tus reacciones emocionales, te sentirás apresado por tus propias emociones. Por otro lado, si te ves de forma honestay ves las expectativas a las que te aferras, puedes empezar a ver la vida más objetivamente. Te liberarás para elegir tus respuestas ante los demás en el futuro, empieza a responsabilizarte más por ti mismo, y permanece más emocionalmente neutral.

A veces nuestras emociones nos exigen ser tan sofisticados y educados como nuestros cerebros lógicos. Por lo tanto, es de mucha importancia explorar de dónde provienen tus sentimientos, cómo puedes responder a ellos y cómo puedes permitir que la situación te desafíe e inspire al mismo tiempo. Cuando te eduques sobre tus reacciones, puedes convertirlas en respuestas razonables en el futuro.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Ilene Strauss Cohen Ph.D.

La Dra. Ilene S. Cohen, es psicoterapeuta y tiene un blog, da clases en el Departamento de Consejería en la Universidad de Barry.

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