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Los puntos clave
- Muchas personas albergan una emoción central desde la infancia que no son capaces de reconocer o identificar.
- Tu emoción central se "programa" en tu sistema nervioso y puede surgir a menudo en la edad adulta.
- Vivir negligencia emocional en la infancia te hace más vulnerable a ser agobiado por una emoción central.
Ana vive una vida increíblemente activa. Es gerente de oficina de una empresa próspera, va a la escuela por la noche para obtener su título en negocios, canta en el coro local, ve a sus muchos amigos los fines de semana y viaja con frecuencia con su pareja de cinco años. No hace falta decir que Ana no tiene mucho tiempo libre.
Cada noche, antes de que Ana se vaya a dormir o cuando está en casa mientras su pareja está fuera de la ciudad por trabajo, una sensación de dolor se apodera de ella. Ella odia este sentimiento. La idea de experimentar el dolor por la noche la aterroriza. Por lo tanto, continúa ocupada y concentrada en la agitada vida que tiene a su alrededor y duerme con la televisión encendida a todo volumen todas las noches hasta que se duerme.
¿Qué es esta sensación de dolor dentro de Ana? Es lo que muchos psicólogos llaman una "emoción central". Está tan arraigada que su firme control sobre tu vida puede afectarte sin que tú lo sepas.
Una emoción central es una emoción que te visita a menudo y durante todas las etapas de tu vida. Es una emoción que se desarrolla en la infancia y tiende a ser poderosa y visceral.
Las emociones centrales están dentro de ti y de la mayoría de las personas que te rodean. Aunque todos podemos experimentarlas, nadie parece hablar de ellas. Es una emoción que probablemente experimentaste con más frecuencia, o con mayor intensidad, en la infancia. Ha estado dentro de ti durante mucho tiempo y siempre está a la vuelta de la esquina, esperando ser tocado.
Negligencia emocional infantil y emociones centrales
Un niño está fuertemente influenciado por el entorno en el que crece. Las reglas, expectativas, normas, valores y emociones de sus padres se integran en el cableado de un niño. Lo que aprenden y absorben de su familia se convierte en una gran parte de quiénes son. Lo que un niño siente constantemente en su crianza lo seguirá hasta la edad adulta.
Si bien todos tenemos emociones centrales, algunas personas son más vulnerables a ser gobernadas por ellos. Estas personas son las que crecieron con negligencia emocional infantil. En este tipo de ambiente, a un niño no se le enseña cómo funcionan las emociones. Sus sentimientos no se abordan, no se reconocen y, a veces, incluso se invalidan o se dejan de lado.
Sin un padre que te enseñe a identificar y nombrar, tolerar y manejar, o expresar y comunicar tus emociones, estas emociones permanecen dentro de ti, sin procesar y esperando ser notadas. Es más probable que las emociones viejas y sin procesar te sigan hasta la edad adulta si experimentas negligencia emocional infantil.
Sabemos que Ana, por el ejemplo anterior, tiene una emoción central que la molesta. Cuando era niña, los padres de Ana estaban extremadamente arraigados en sus carreras. Se quedaba sola en casa y tenía diferentes niñeras que la cuidaban, incluso en las vacaciones familiares. Se sentía sola. A pesar de sentirse así, sus padres no parecieron darse cuenta de que anhelaba su presencia. Entonces, Ana también aprendió a dejar de lado esta emoción. Y continúa haciéndolo en la edad adulta mientras se mantiene ocupada y distraída.
Es común experimentar tu emoción central como desagradable y onerosa. En un esfuerzo por deshacerte de él, haces todo lo posible para mantenerlo bajo control, ya sea distrayéndote, ignorándolo, evitándolo o negándolo.
Desafortunadamente, estas son tácticas que probablemente aprendiste de tu entorno emocionalmente negligente. No se te dieron las herramientas para lidiar efectivamente con emociones poderosas a tu alrededor o dentro de ti. Pero nunca es demasiado tarde para aprender las habilidades emocionales esenciales para lidiar con estos sentimientos.
Tu emoción central: lo que necesitas saber
Tu emoción central está directamente conectada con tu infancia. De hecho, cuando te permites sentir tu emoción central, obtienes acceso a recuerdos de tu pasado. Esto se debe a que tu emoción central es una vía hacia tus problemas no resueltos. Es la clave para sanar viejas heridas.
Haces que tu emoción central se sienta más fuerte al ignorarla. Imagina que tienes una herida profunda por un accidente. Si eliges ignorarlo, es muy probable que contraigas una infección y tengas que lidiar con problemas más graves en el futuro. Si atiendes la herida (la desinfectas, suturas y la vendas), es más fácil que se cierre y sane.
Una forma infalible de sanar tu emoción central es permitirte sentirla y procesarla. La única salida es a través.
Los siguientes son los pasos para procesar adecuadamente tu emoción central.
8 Pasos para procesar tus emociones centrales
- ¿Cuál es tu emoción central? ¿Cómo lo describirías con palabras? ¿Cómo se siente en tu cuerpo?
- Comienza a prestarle atención a lo largo de tu vida cotidiana. Observa instancias cuando lo experimentes. ¿Es durante ciertos momentos del día? ¿Cuándo estás cerca de ciertas personas? ¿Cuándo estás en un tipo específico de entorno?
- Observa tus intentos de resistir la emoción.. Quizás te encuentres desplazándote por el teléfono, comiendo, comprando o distrayéndote de otras maneras. Haz un esfuerzo consciente para sentarte con tu emoción central en lugar de desviar tu atención de él.
- Mientras estás sentado con tu emoción central, reflexiona sobre los momentos en los que has sentido esto antes. ¿Ciertas experiencias en tu vida de hoy sacan a relucir esta emoción? Tener un bolígrafo y papel para este paso es útil.
- ¿Tu emoción central contiene ciertas creencias o mensajes? ¿Qué dice esta emoción de ti? ¿Por qué te habrías sentido así de niña?
- A medida que adquieras más claridad sobre tus emociones centrales, compártelas con una persona de confianza. Hablar de ello es solo otra forma de enfrentarlo en lugar de evitarlo.
- Intenta generar tu emoción central a voluntad. Esto te permite sentir que tienes la capacidad de manejar y controlar esta emoción, no como si la emoción te controlara a ti.
- Tómate el tiempo para aprender sobre la negligencia emocional infantil. Sanar de la negligencia emocional infantil implica aprender sobre tus emociones y relacionarte con ellas de manera diferente. Esta es una forma directa de comprender tu emoción central y detener el patrón generacional de negligencia emocional.
Conociéndote a ti mismo en tu núcleo
A través de este proceso, aumentarás tu tolerancia a la incomodidad, ganarás conciencia de ti mismo y sanarás viejas heridas que te han estado siguiendo durante décadas.
Si te relacionas con Ana, es posible que sientas que estás huyendo de algo. Probablemente sea difícil quedarte quieta y respirar porque una emoción dolorosa podría estar al acecho. Cuando comienzas a procesar tus emociones, estás aumentando tu capacidad de manejar emociones difíciles en el futuro. Estás recuperando tu poder.
Entonces, no más correr. Date la vuelta y mira de qué huyes. No te arrepentirás.
© Jonice Webb, Ph. D .
A version of this article originally appeared in English.
