8 maneras de superar el remordimiento

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¡Uy! Hiciste una metida de pata de clase mundial.

Te comportaste de una manera que tuvo un impacto negativo en ti, en una situación o las personas que amas. No puedes dejar ir la culpa y el autodesprecio que sientes por lo que hiciste. Crees que debes de ser una terrible persona. Te sientes atorado, como si no merecieras amor ni alegría, y como si fueras un completo fraude. Te has convencido a ti mismo de que eres un monstruo.

Los pensamientos negativos y sentimientos que acompañan los recuerdos de esa cosa que hiciste crean más y más problemas. Te haces daño, tu baja autoestima causa un incremento en el estrés y depresión. Estás dañando tus relaciones, porque cuando las personas creen que no merecen ser amadas terminan por construir paredes que las separan de las personas más importantes en sus vidas, bloqueando la posibilidad de una intimidad genuina. También daña tu carrera, salud, espíritu, y felicidad futura al aferrarte a esos pensamientos, opiniones y juicios negativos sobre ti mismo.

Entonces, ¿cómo te beneficia continuar con la autodeprecación diaria? Pues... no lo hace.

Veamos lo que Heather Edwards tiene que decirnos acerca de superar el remordimiento. Todos cometemos errores y pueden devorarnos por dentro. Considera estas ocho maneras de seguir adelante.

El pasado impacta al presente y al futuro:

Ya que no podemos cambiar el pasado, podemos enfocarnos en transformar el momento presente e impactar el futuro de manera positiva.

1. Aceptar que los humanos somos criaturas falibles. Si estás leyendo esto, eres parte de la especie. Cometerás errores, algunos grandes y otros pequeños. Tu remordimiento demuestra que te importa. Eso es bueno. Pero, un remordimiento prolongado puede interferir con todas las áreas de tu vida, tu relación, tu carrera, tu salud, etc. Encuentra un mantra. Cree en él. Puede sonar parecido a esto: "soy un ser humano falible. Cometo errores. Sin embargo, merezco amor y soy capaz de amar."
2. ¿Qué beneficio hay en odiarse a uno mismo? Si tú, la situación, o las personas que aman no se benefician del odio que sientes por ti mismo, entonces no lo hagas más. Haz otra cosa. ¿Qué sería mejor? Considera lo que quieres realmente, felicidad, amor, aceptación, logros, pertenencia, generosidad, gratitud. Enfócate en eso. Deja de pensar en lo que deberías haber hecho. ¡Deja de engancharte en un pasado imposible de cambiar!
3. Atrapar a los pensamientos negativos con las manos en la masa. Puede parecer de forma tan automática que al principio no lo notas. Escucha esos mensajes negativos con calma. Presta atención a tu monólogo interno. No aceptes esas declaraciones como un hecho. Desafíalas deliberadamente y transfórmalas en declaraciones positivas. Incluso es posible que lo opuesto a lo que estás pensando sea lo más cercano a la realidad. Cuando me digo a mí mismo que "¡soy un idiota! nunca debí haber hecho eso", el sentimiento resultante es la vergüenza. Cuando digo, "Ah, pude haberlo hecho mejor. Intentaré algo distinto la próxima vez." El resultado es empoderamiento para esforzarnos más en el futuro.
4. ¿Qué detona esos pensamientos negativos? ¿Hay ciertas personas, situaciones o memorias que activen el monólogo interior negativo? Prepárate antes de enfrentarte a ellos con tu mantra y afirmaciones para que te sientas empoderado a mantenerte fuerte cuando estés frente a ellos. Practica la respiración profunda, imágenes positivas, o tómate un tiempo fuera para reagruparte y reconstruir tu eje interno. Citando a Alice Walker, "la manera más común en la que la gente renuncia a su poder es creyendo que no lo tienen."
5. ¿Cómo afectan esos pensamientos a los comportamientos y sentimientos? Buddha, Norman Vincent Peale, Gandhi, Lao Tzu, William Shakespeare, Miles Davis, Steve Jobs, Carl Sagan y Albert Einstein, todos son personajes que reconocían el poder de los pensamientos. Le dan forma a nuestras intenciones, sentimientos, motivaciones y comportamientos. Que tus sentimientos trabajen PARA TI no en tu contra.
6. Enfocarse en la gratitud. Empieza un diario. Escribe acerca de tres cosas que valores y aprecies cada día. Invierte más tiempo y energía pensando en lo positivo y no en lo negativo. Notarás cómo gradualmente te vas sintiendo más tranquilo, libre y feliz.
7. Definir quién eres y quién quieres ser. Abraza tus cualidades positivas. Date una pausa para hacer un inventario. ¿Cómo llegaste a donde estás en la vida? ¿Qué te hace atractivo para otras personas? ¿Qué te hace gracioso, confiable, digno de amor, inteligente, interesante o muchas otras cosas deseables? Enorgullécete de tus valores y contribuciones. Existen. Ama lo que te hace especial.
8. Ofrecerte una disculpa sincera y perdonarte. El remordimiento y el resentimiento te mantienen prisionero de pensamientos negativos y emociones. Permítete la libertad de aceptar tus imperfecciones, errores y lapsos de mejores juicios. Discúlpate con aquellos afectados y confía en que serás una persona más fuerte y más sabia de ahora en adelante.

Aprende algo útil:

Respecto a esa cosa que hiciste...bueno, si no cometes errores, no estás viviendo. Sin errores no estás creciendo, estirándote y cambiando. Sin errores, no estás probando nuevas cosas ni explorando nuevas ideas. No hay ningún ser humano perfecto. Déjalo ir. Deja que se vuelva parte de tu pasado. Empieza desde cero. ¡Enfócate en el futuro y vive la vida que quieres!

Asistente de investigación: Gabriel Banschick