Ansiedad
5 hábitos mentales que limitan nuestra habilidad de pensar sabiamente
4. Sobreanalizar el rechazo.
11 de diciembre de 2020 Revisado por Ekua Hagan
Nuestro cerebro es como el procesador de una computadora: tiene una cantidad finita de poder de procesamiento o recursos intelectuales que pueden usarse en cualquier momento. Cualquier tarea competitiva (o estado emocional) que ocupe demasiado de nuestro poder intelectual impacta nuestra capacidad de concentrarnos, enfocarnos, resolver problemas, ser creativos o usar otras habilidades cognitivas; como resultado, nuestro IQ funcional se reduce temporalmente.
Para demostrar este principio, intenta caminar mientras cuentas de manera decreciente desde el mil, de siete en siete (1000, 993, 968, etc.) Pronto dejarás de caminar. ¿Por qué? Tu cerebro tiene que trabajar tan duro para hacer los cálculos que no tiene suficientes recursos para poner un pie delante del otro.
Las tareas competitivas más comunes no tienen un impacto significativo en nuestra capacidad de trabajar o estudiar. La mayoría de nosotros podemos hacer tarea mientras escuchamos música y podemos ser absorbidos por un libro mientras comemos.
Sin embargo, algunos hábitos fisiológicos consumen cantidades tan grandes de recursos intelectuales que reducen nuestras capacidades cognitivas. Pocas personas están conscientes de que estos hábitos psicológicos tienen un efecto tan detrimental que tienen pocas probabilidades de pausar lo que están haciendo y esto puede afectar seriamente la capacidad de una persona de desempeñar una tarea a su máxima capacidad.
5 Hábitos psicológicos comunes que afectan nuestro funcionamiento intelectual
1. Repetición
Repetir eventos angustiantes, frustrantes y molestos una y otra vez, especialmente al hacerlo frecuente o habitualmente, puede hacer que nuestras mentes se aceleren con pensamientos o nos agiten emocionalmente, afectando severamente nuestros recursos intelectuales. Además de impactar nuestro funcionamiento cognitivo, hacer esto puede presentar verdaderos peligros a nuestra salud emocional o incluso física.
2. Culpa sin resolver
Todos nos sentimos culpables de vez en cuando. Cuando lo hacemos, típicamente nos disculpamos o llevamos a cabo algún tipo de acción para resolver nuestros sentimientos de culpa. Sin embargo, cuando la culpa no se atiende y aparece constantemente en tu mente, crea una enorme distracción cognitiva que daña seriamente nuestro funcionamiento cognitivo. La solución es dejar de lado esos sentimientos de culpa, tanto como te sea posible.
3. Quejas ineficaces
La mayoría de las personas probablemente compartirán sus frustraciones con amigos en lugar de discutirlas con alguien que podría ayudarles a resolverlas. El problema es que cada vez que contamos nuestra historia, nos frustramos y molestamos. El enojo y la frustración requieren un poder de procesamiento significativo y permiten quejas poco efectivas para volverse una fuga regular en nuestro poder mental.
4. Sobreanalizar el rechazo
El rechazo genera un dolor emocional que impacta considerablemente nuestro humor y tiene un impacto serio en nuestro funcionamiento cognitivo. También hace que nos volvamos autocríticos, un hábito que daña aún más nuestra autoestima, extendiendo la duración de nuestra angustia emocional, y con ello, nuestras habilidades cognitivas dañadas.
5. Preocuparse
Muchas personas no consideran que preocuparse sea dañino. “Solo soy un poco preocupón” podríamos decir con una sonrisa seca. Pero preocuparse genera un estado emocional incómodo y desagradable, y puede ser seriamente distractor. Cuando nos preocupamos sobre algo, tiende a tomar prioridad en nuestras mentes y a dejar todo lo demás de lado. Afortunadamente, es más fácil atender y resolver las preocupaciones (al pensar soluciones potenciales) que la ansiedad.
Pueden encontrar una discusión completa de estos hábitos en mi libro: Primeros auxilios emocionales: sanar el rechazo, la culpa el fracaso y otras heridas diarias.
Derechos de autor 2016 Guy Winch
A version of this article originally appeared in English.