Trauma
La psicología de la pandemia
Cómo superar la respuesta de huir, luchar o congelarse en relación con la pandemia.
2 de diciembre de 2020 Revisado por Devon Frye
Hace muchos años leí dos libros fascinantes escritos por una psiquiatra rusa, la Dra. Orla Kharitidi, nacida en Siberia, quien trabajó en un hospital mental del estado en la era soviética. Se sintió atraída por el estudio de las tradiciones chamánicas de la región. Kharitidi escribió sobre el “espíritu del trauma” y cómo puede dominar el ser propio, y detalló las cosas que aprendió a partir de las herramientas antiguas que se pasaban de generación en generación de sanadores nativos.
Parece que con la actual pandemia de COVID-19, el mundo está sumergido en el “espíritu del trauma”. Muchas personas se han enfermado y, luego de recuperarse, deben lidiar con síntomas confusos y permanentes. Muchas personas han perdido a seres queridos como resultado de complicaciones causadas por el virus; muchos han tenido que cerrar sus negocios y muchos han perdido el sustento.
Kharitidi escribió sobre cómo las culturas antiguas entendían que el viaje de la vida involucra riesgos, peligros y transiciones que por naturaleza son traumáticas. La tarea de los humanos es aprender a manejar los traumas que son inherentes a la naturaleza de la vida. Tenemos un dicho en el campo de la traumatología psicológica: “o procesas el trauma o el trauma te procesa a ti”. Tradicionalmente, los trabajadores de emergencia y los militares se han volcado hacia espíritus como el alcohol para intentar procesar eventos angustiantes y abrumadores. Sabemos que este enfoque no suele terminar bien. La dopamina liberada temporalmente gracias al alivio que brinda el alcohol es solo un sustituto barato para la paz mental lograda naturalmente que viene de integrar por completo el trauma en el ser propio.
Sabemos que las emociones y la memoria del trauma tienen una manera de quedarse estancadas en los tejidos de nuestro cuerpo. Hay una naturaleza eléctrica en el cuerpo y cuando nos enfrentamos con estrés abrumador, el cuerpo se llena de adrenalina a partir de neuroquímicos liberados para las respuestas de luchar, huir o congelarse. Sin liberar y neutralizar estos neuroquímicos de emergencia, el sistema límbico puede tomar el control de funciones más altas en la corteza y nos quedamos viviendo en un estado de terror, dominados por sentimientos de desesperanza e impotencia. Si esto persiste, lleva a un estado de colapso organísmico, es decir, nos congelamos en todos los aspectos de la vida. Puede llevar a síntomas de fatiga crónica y muchas de las características que relacionamos con estrés postraumático.
Como mencioné en mi próximo libro, Lady Gaga habló valientemente de su experiencia de trauma a partir de un ataque sexual y cómo la experiencia la llevó a problemas de dolor crónico. Sabemos a partir de psicoterapias basadas en síntomas somáticos que el cuerpo tiene memoria. El lenguaje de esa memoria es la sensación. Con frecuencia es útil interrumpir la narrativa verbal de un trauma y dejarse caer al reino de la sensación, donde el cuerpo puede contar su historia. Es fascinante ver cómo el cuerpo se comunica cuando le permitimos contar su historia mediante sensaciones físicas. Sin este proceso, el trauma puede quedarse estancado en las células de nuestros cuerpos y aislarse de los procesos mentales más complejos que nos permiten la libertad de seguir adelante.
El mundo tiene que procesar muchos traumas en respuesta a la pandemia global. Debemos ayudarnos con todos los recursos de la humanidad para hacer limonada con estos limones. Cuando me quejé de los muchos traumas que había encontrado en mis pacientes y en mi propia vida, mi analista de entrenamiento, un sobreviviente del holocausto me decía con frecuencia, “el trauma es una oportunidad con ropa de trabajo”. La actitud iluminada hacia el trauma es que a fin de cuentas se revelará como un regalo, aunque uno muy doloroso, que nos puede llevar a entender más profundamente el amor y la compasión.
El Dr. Michael Osterholm, profesor de enfermedades infecciosas de la universidad de Minnesota y experto en salud pública, habla sobre la manera en la que estamos lidiando como sociedad con la fatiga por la pandemia y la ira por la pandemia. Creo que muchos de nosotros también estamos lidiando con congelamiento por la pandemia. Y sabemos a partir de la adaptación de Hans Selye al modelo de estrés que, después de lidiar con estrés inescapable, sigue un estado de agotamiento y colapso.
¿Cómo manejamos este estado de estrés e incertidumbre prolongados? Algunas de las herramientas básicas de psicoterapia basada en trauma pueden ayudar. Podemos enfocarnos en crear un lugar de seguridad, practicar el autocuidado y mantener relaciones positivas. Todas son cruciales para la salud mental y un sentido de bienestar generalizado.
Un buen autocuidado involucra ejercicio y una dieta saludable, así como mantener la propia mente activa y estimulada positivamente. La meditación y el yoga son excelentes herramientas que le han servido a la humanidad por siglos. Mantenerse positivo y recordar que sobreviviremos a esto mejorará la respuesta de nuestro sistema inmune mientras seguimos todas las indicaciones. También es momento de elevar nuestras acciones de amabilidad, que también mejorarán nuestro propio sistema inmune así como los sistemas inmunes de aquellos que tocamos a través de nuestros actos de amor y cuidado.
A version of this article originally appeared in English.