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Puede que no se necesite mucho para empezar una pelea actualmente. Las personas están estresadas y agotadas. Alguien dice algo que da en un nervio expuesto y antes de que te des cuenta, sientes una ola de ira atravesar tu cuerpo. A veces puede sentirse como que no tienes ningún control y, sin notarlo, puede que estés diciendo o haciendo algo por enojo que podrías lamentar.
A nivel neurológico, esa ola de enojo se relaciona con un desborde de neurotransmisores que literalmente interfieren con tu habilidad de tener una reacción tranquila, lógica y controlada. ¿Alguna vez escuchaste el dicho “cegado por la ira”? Es porque la parte emocional del cerebro está dominando a la parte lógica. Afortunadamente, hay un segundo entre el procesamiento de lo que está pasando y la reacción, donde puedes elegir lo que pasa después.
A veces, parece que las personas saben exactamente cómo agravar las cosas. Saben cómo arrojar un gusano grande y jugoso esperando que lo muerdas para atraerte. Esto se llama “cebar” como en la pesca, en donde arrojar un cebo tiene la intención de lograr que un pez muerda. En caso de iniciar una pelea, el antagonista quiere que muerdas. Agitan un desafío delante de ti para molestarte y lograr que pierdas el control. Eso les da validación y satisfacción (¡tal vez incluso los haga reír!) y para ti, eso es todavía más agravante.
No es posible tener una conversación razonable con alguien que no está siendo razonable. Mientras más intentes ser cooperativo, justo y razonable, más seguirán atacándote. Hay un dicho, ¿Quién es más tonta, la persona tonta e irracional, o la que intenta tener una conversación racional con un tonto? En otras palabras, no puedes cooperar con alguien que no está dispuesto a cooperar. Tal vez creas que ser razonable es la mejor estrategia para evitar una pelea, pero, en algunas circunstancias en realidad te obliga a ser absorbido por el caos.
La manera más efectiva de evitar una pelea es no ser tentados por la carnada y alejarnos. Incluso si sabes que tienes la razón, ¿vale la pena perder tu paz? ¿Realmente quieres caer en su juego de cebo? Puedes decir, “no voy a participar en esto” y alejarte. Esta es una comunicación clara, se enfoca en tu elección y no deja espacio para respuestas. Se quedan agitando su cebo en un arroyo vacío, sin peces interesados en morder el anzuelo.
Algunos pueden intentar lanzar un cebo más grande (palabras acusatorias o de burlas) mientras te alejas. Déjalos tener la última palabra, porque, a fin de cuentas, ¿a quién le importa? No significa nada. Si te encuentras deseando defenderte, atacar o estallar, recuerda, “no vale la pena”. No vale la pena salir lastimado, ser arrestado o dañar tu propiedad. No le des la satisfacción, no lo vale.
Esto ocurre en niveles tanto micro como macro, desde discusiones familiares hasta argumentos políticos. Cuando las emociones se calientan, no importael punto lógico que quieras presentar, no será escuchado. Elige tus discusiones. No es efectivo intentar convencer a alguien que cambie sus creencias si tienen un lazo emocional hacia lo que creen. En su lugar, acepta estar en desacuerdo. No se trata de ser pasivo sobre tu punto de vista, sino de ser selectivo sobre cuándo y dónde es más efectivo expresarte.
Si tienes a un familiar, exesposo o colaborador que gusta de instigar peleas, entonces ya sabes que probablemente intentarán hacerte morder el anzuelo. Obsévalos sin reaccionar y mira cómo se esfuerzan por obtener tu atención. No participes. Si sabes que va a haber una confrontación con la intención de instigar, molestar y odiar, ¿por qué darles la atención? Si las personas las ignoran y no participan, se quedarán sin audiencia.
Por otro lado, usa tu voz, esfuerzos y energía hacia acciones productivas. También es útil forjar alianzas y rodearte de personas con mentalidades similares para obtener validación y afirmación. Si tienes suerte, podrías tener una oportunidad de llevar a cabo conversaciones productivas, explorando diversos puntos de vista con personas que tienen actitudes abiertas e inquisitivas.
De otra manera, tal vez quieras pensarlo dos veces antes de desperdiciar tu tiempo satisfaciendo los intentos de otras personas por molestarte o provocarte a entrar en peleas o discusiones inútiles, desalentadoras y nada productivas. Esto es especialmente cierto si esto incluye insultos, comentarios despectivos o de menosprecio. Si hay odio, no participes.
A version of this article originally appeared in English.
