Biorretroalimentación

La biorretroalimentación puede ser útil para abordar una variedad de desafíos y trastornos. Éstos incluyen:

• Ansiedad
• Estrés
• Trauma
• Insomnio
• Dolores de cabeza tensionales y migrañosos
• SII y estreñimiento
• Incontinencia urinaria
• Algunas condiciones de dolor

Algunos estudios encuentran que la biorretroalimentación puede abordar de manera efectiva una variedad de síntomas. Sin embargo, la investigación también destaca la necesidad de más investigación estandarizada y controlada sobre su eficacia en el tratamiento de trastornos psiquiátricos, así como evidencia de que la técnica supera a los procedimientos de placebo.

Un psicólogo puede usar sensores electrónicos que se adhieren a la piel o los dedos de un paciente o un cinturón que se envuelve alrededor de la cintura para proporcionar información sobre el estado fisiológico del paciente, que se presenta en forma de imágenes o sonidos.

En una sesión típica, que puede durar hasta una hora, el psicólogo explicará qué están rastreando los sensores: frecuencia cardíaca, respiración, presión arterial, tensión muscular, actividad eléctrica en el cerebro o uno o más marcadores fisiológicos. El psicólogo o psicóloga mostrará al paciente cómo las señales se relacionan con diferentes estados físicos o mentales, como sentir más o menos estrés. En última instancia, se puede enseñar a un paciente a emplear ciertas técnicas, como la atención plena o los ejercicios de respiración, para modular estos estados, utilizando la retroalimentación como guía a lo largo del camino.

La biorretroalimentación se puede utilizar en combinación con otras formas de intervención psicoterapéutica.

Al aprovechar la información en tiempo real sobre el estado corporal y demostrar cómo se conecta con los comportamientos conscientes, como pensar en ciertas imágenes, respirar de cierta manera o relajar los músculos, la terapia de biorretroalimentación está diseñada para ayudar a los pacientes a tener más control sobre el funcionamiento de sus cuerpos. En el curso de la terapia, pueden aprender a manejar mejor los síntomas relacionados con la actividad fisiológica observada.

El condicionamiento operante es una explicación de cómo funciona la biorretroalimentación. El condicionamiento operante fue popularizado por el psicólogo B. F. Skinner, quien descubrió a través de su investigación en animales que las recompensas o los castigos podían reforzar los comportamientos deseados. En el contexto de la biorretroalimentación, los comportamientos son respuestas fisiológicas como la temperatura de la piel, la conductancia de la piel, la tensión muscular y las ondas cerebrales, mientras que los reforzadores son manifestaciones auditivas y visuales de las respuestas fisiológicas. La luz, el color o los sonidos se pueden usar para esto. Por ejemplo, un tono más rojo puede representar una mano más cálida, lo que indica un mayor flujo sanguíneo debido a una mayor relajación. Un tono más azul puede representar una mano más fría, lo que indica un menor flujo sanguíneo debido a una menor relajación. En última instancia, la biorretroalimentación puede enseñar a las personas, a través de la práctica, a controlar mejor sus respuestas fisiológicas.

Los pacientes deben consultar a un médico o a un profesional de la salud para que los derive a alguien que pueda ofrecer terapia de biorretroalimentación. La persona que ofrece biorretroalimentación debe ser un médico con licencia y puede tener una certificación para el uso de biorretroalimentación, además de otros títulos y calificaciones.

Además, es importante encontrar un terapeuta con quien sientas comodidad. Es posible que quieras hacerle algunas preguntas antes de comprometerte a trabajar en conjunto. Las preguntas pueden incluir:

• ¿Cómo te ayudaría con tus inquietudes particulares?
• ¿Ha tratado este tipo de problema antes?
• ¿Cuál es su proceso?
• ¿Cuál es su línea de tiempo para el tratamiento?