Terapia
6 Metáforas para la recuperación
Una mejor comprensión de la terapia puede ayudar a los pacientes a participar mejor en ella.
21 de agosto de 2024 Revisado por Margaret Foley
Los puntos clave
- Las metáforas para describir el proceso terapéutico puede ayudar a los pacientes a comprender mejor su proceso
- Por ejemplo, la metáfora del yeso ayuda a los pacientes a reconocer que el cuerpo se cura a sí mismo con apoyo
- Una mayor comprensión y comodidad con el proceso puede hacer que la terapia sea más efectiva
A menudo he utilizado seis metáforas para ayudar a mis pacientes adolescentes a comprender mejor la naturaleza de su psicoterapia y su viaje hacia la recuperación.
Un yeso
“Cuando se rompe un hueso, ¿qué lo cura?”
Responder a esta pregunta permite a mis pacientes reconocer que el cuerpo se cura a sí mismo con apoyo.
Luego les explico que mi papel como psicólogo es similar a un yeso que encierra una extremidad rota. El psicólogo ayuda a estabilizar al paciente, lo que le permite curarse a sí mismo con mayor facilidad.
Irritación en la piel
“¿Qué sucede inmediatamente después de rascarte una erupción de urticaria?”
Si los pacientes han experimentado eczema, una erupción por hiedra venenosa o incluso alguna irritación por la picadura de un mosquito, saben que rascarse una erupción al principio se siente bien, pero luego empeora. Es mejor evitar buscar un alivio inmediato.
Explico que tratar la ansiedad presenta una situación análoga. Al igual que alguien que intenta aliviar una picazón inmediatamente rascándose, muchas personas intentan aliviar la ansiedad aliviándola inmediatamente evitando lo que les causa ansiedad. Desafortunadamente, ese alivio rápido se produce a costa de empeorar la erupción o la ansiedad.
Una erupción empeora porque se irrita al rascarse. La ansiedad empeora porque el paciente evita su detonador, sin aprender nunca a tolerarla y a afrontarla mejor.
Un árbol
“¿Es más fácil corregir un árbol torcido cuando es un retoño o cuando es viejo?”
Es evidente que es más fácil sostener un retoño sujetándolo a un poste, mientras que un árbol adulto no se puede enderezar.
Cuando hablamos de los beneficios de la terapia continua, señalo que con reuniones periódicas se pueden detectar los problemas y abordarlos antes de que se vuelvan muy difíciles de manejar. Por ejemplo, un adolescente que está empezando a juntarse con la gente equivocada puede animarse a buscar un nuevo grupo de amigos, en lugar de tener que lidiar con las consecuencias de las circunstancias difíciles que pueden surgir entre los adolescentes que participan en actividades ilícitas.
Una herida
“¿Por qué es importante limpiar una herida?”
Para que cicatrice correctamente, es necesario limpiar una herida. Sin embargo, muchas veces la limpieza puede doler.
De la misma manera, la terapia a veces causa molestias, pero este proceso puede conducir a la recuperación.
Un río
“¿Ir con la corriente es tan sencillo como dejarse llevar por un río?”
A menudo comento con mis pacientes que es más fácil dejarse llevar por la corriente. En lugar de enfadarse o pelearse cuando las cosas no salen como uno quiere, muchas veces es más prudente aceptar ciertas situaciones y seguir adelante. Esto es especialmente cierto si uno tiene poco o ningún control sobre ellas.
Sin embargo, es importante agitar el barco con suavidad para que no se desvíe de su rumbo. De manera similar, en la vida, de vez en cuando es necesario hacer correcciones para mantener el rumbo adecuado.
Una vasija agrietada
“¿Cómo puede ser útil una vasija rota?”
Hay un antiguo cuento popular chino sobre una vasija que estaba rota y no podía transportar agua como otras vasijas. La vasija tenía una mala opinión de sí misma debido a este defecto. No se daba cuenta de que su dueña utilizaba la grieta para regar las flores que estaban al costado del camino por el que pasaban mientras llevaba agua del pozo a su casa.
Este cuento popular ilustra la importancia de reconocer que, a menudo, nuestros defectos pueden ser nuestras herramientas únicas que podemos usar para mejorarnos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea. Un sentimiento similar se refleja en el arte japonés del kintsugi, en el que la cerámica rota se repara con un esmalte hecho de un metal precioso. La cerámica reparada resultante puede exhibirse como una bella obra de arte.
En resumen
El uso de metáforas puede ayudar a los pacientes a sentirse más cómodos con el proceso terapéutico y, por lo tanto, puede hacer que la terapia sea más efectiva.
A version of this article originally appeared in English.