Crecimiento postraumático
El crecimiento postraumático es el cambio psicológico positivo que algunas personas experimentan después de una crisis de la vida o un evento traumático. El crecimiento postraumático no niega la angustia profunda, sino que postula que la adversidad puede producir cambios involuntarios en la comprensión de uno mismo, de los demás y del mundo. De hecho, el crecimiento postraumático puede coexistir con el trastorno de estrés postraumático.
El fenómeno fue identificado por los psicólogos Richard Tedeschi y Lawrence Calhoun en la década de 1990. Según su investigación, la pareja describió cinco categorías de crecimiento que ocurren con el tiempo: Los sobrevivientes de trauma reconocen y aceptan nuevas oportunidades. Forjan relaciones más sólidas con los seres queridos, así como con las víctimas que sufrieron de la misma manera. Cultivan la fuerza interior a través del conocimiento de que han superado tremendas dificultades. Adquieren un aprecio más profundo por la vida. Y su relación con la religión y la espiritualidad cambia y evoluciona.
Las crisis de la vida son eventos sísmicos. Tienen el poder de sacudir las creencias arraigadas de las personas y obligarlas a pensar de maneras completamente nuevas sobre sí mismas, sus relaciones y el mundo. Por lo tanto, enfrentar un evento traumático y tratar de darle sentido puede conducir a cambios poderosos en el pensamiento.
No todas las personas que sufren un trauma experimentan un crecimiento postraumático, pero para quienes lo sufren, los cambios pueden durar toda la vida. Aunque se desconoce el número exacto, los investigadores estiman que de la mitad a dos tercios de los sobrevivientes de trauma pueden experimentar un crecimiento postraumático.
Ciertas características hacen que el resultado del crecimiento postraumático sea más probable: aquellos que lo experimentan tienen más probabilidades de ser mujeres, adultos en el momento del trauma, y encarnan los rasgos de personalidad de apertura a la experiencia y extraversión.
El crecimiento postraumático va más allá de la resiliencia. En lugar de perseverar a través de circunstancias desafiantes, representa la capacidad de reflexionar, crecer y cambiar verdaderamente la perspectiva de uno. Sobrevivir a una batalla agotadora contra el cáncer, por ejemplo, puede llevar a alguien a renunciar a su trabajo y dedicar su vida a la lucha contra el cáncer. Pueden experimentar un nuevo aprecio por la vida, un compromiso con sus valores y una conexión con sus seres queridos.
Los psicólogos continúan explorando y debatiendo el crecimiento postraumático. Muchos estudios se han basado en los autoinformes de un individuo para evaluar cómo ha cambiado, pero el crecimiento percibido y el crecimiento real no siempre están alineados. (Algunos estudios, sin embargo, incorporan entrevistas con miembros de la familia para validar los cambios.)
Algunos expertos creen que el crecimiento postraumático es en realidad un mecanismo de afrontamiento para ayudar a los sobrevivientes a superar su visión del mundo destrozada y su nuevo sentido de vulnerabilidad. Puede ser una herramienta adaptativa para revisar la narrativa de nuestra vida y volver al equilibrio, pero una que no necesariamente resulta en una perspectiva mejorada.
Los sobrevivientes de trauma que desean cultivar el crecimiento pueden esforzarse por procesar la experiencia una vez que tienen espacio para ello. Es casi imposible evolucionar en medio de una crisis, pero la reflexión posterior puede proporcionar una base para el crecimiento. Los sobrevivientes pueden explorar cómo la experiencia cambió su forma de pensar, si aprecian la vida de una manera nueva, si sus relaciones se han profundizado o si encarnan un nuevo sentido de espiritualidad
La creencia de que el estrés es dañino puede crear una carga adicional de "estresarse por sentir estrés". Pero hay formas de cambiar tu forma de pensar para aprovechar los beneficios del estrés. Presta atención a las oportunidades de crecimiento que acompañan al estrés y elige aquellas situaciones que tengan valor personal. Replantea cómo percibes el factor estresante y regula tu respuesta fisiológica, por ejemplo, realizando ejercicios de respiración.
Si bien algunos pueden decidir esforzarse por alcanzar objetivos de superación personal durante el encierro, esa filosofía no debería ser necesariamente la predeterminada. El crecimiento después de la pandemia puede ocurrir en el futuro cuando las personas hayan regresado a un nivel básico de funcionamiento. Mientras tanto, simplemente hacer frente es clave, al esperar un aumento a corto plazo en los síntomas de salud mental, permitir que las emociones negativas sigan su curso y mantener un registro de las habilidades de afrontamiento efectivas.
Muchas personas no experimentan un lado positivo de una experiencia traumática, y eso está bien. Los sobrevivientes pueden simplemente trabajar para procesar la experiencia y frenar su influencia en la vida diaria. Las terapias efectivas para el TEPT incluyen terapia de exposición prolongada y terapia de procesamiento cognitivo, y los medicamentos pueden abordar los síntomas difíciles. Una nueva investigación está comenzando a revelar las características neurobiológicas que pronto pueden ayudar a prevenir y curar el TEPT.
Los profesionales tomarse el tiempo de conocer a los pacientes en su mentalidad actual y evitar minimizar su sufrimiento o saltar a soluciones prácticas. Pero el conceptos de crecimiento postraumático puede introducirse suave y gradualmente ayudando a los pacientes a reflexionar sobre las ideas de su experiencia, por ejemplo, descubriendo que eran más fuertes de lo que pensaban o que han cambiado sus prioridades en la vida.