Depresión
Los 10 rasgos característicos de la depresión oculta
5. Te enfocas demasiado en las tareas, usando los logros como una manera de sentirte valioso.
24 de agosto de 2020 Revisado por Gary Drevitch
Lo que puede ser intrigante en la exploración de la depresión perfectamente oculta (DPO) es esta pregunta: si no sabes cómo revelar tu dolor, ¿cómo se supone que los demás identifiquen lo que está pasando? ¿Cómo lo podrías averiguar por tu cuenta?
La mejor opción es identificar qué constituye el síndrome de depresión perfectamente oculta (un término que yo inventé). ¿Qué es un síndrome? Es un grupo de comportamientos o creencias que se encuentran juntos constantemente, algo así como sal y pimienta. Cuando vemos uno, sin duda encontraremos al otro. Es de esperar que la identificación de los rasgos del síndrome en sí agregue una lente muy necesaria a tu propia cámara, ya sea que se trate de ti o algún otro individuo como un padre, un médico, un terapeuta, un maestro o un amigo. Es hora de dejar de pasar por alto esta presentación de la depresión, una que no se ajusta a los criterios de la depresión clásica, pero que puede ser potencialmente dañina.
10 características comúnmente compartidas de la depresión perfectamente oculta
A continuación se presentan 10 características principales de la DPO. No todos están presentes en todas las personas que podrían reconocerse en el síndrome. Pero son bastante consistentes.
Si te identificas con DPO...
1. Eres muy perfeccionista, con una voz interior constante y crítica de intensa vergüenza.
Tener una racha perfeccionista es una cosa. Haces lo mejor que puedes porque “si vale la pena hacerlo, vale la pena hacerlo bien”. Pero, puede que te reprendas silenciosamente si no estás en la cima, todo el tiempo. Puede que te permitas un área en la que no eres competente, por ejemplo, reírte y decir que no podrías patinar aunque tu vida dependiera de ello, o que no puedes contar un chiste. Pero si es una actividad que significa algo para ti, necesita aparentar perfección, especialmente si será evaluada o vista por otros. Eres el padre perfecto, el abogado más exitoso, el mejor de la clase o el mejor amigo del mundo. Consistentemente estás midiendo y evaluando tu estatus, y si no cumples con las expectativas percibidas, elevas la presión. La vergüenza interior gobierna tus decisiones y tu mundo.
2. Demuestras un sentido de responsabilidad elevado o excesivo.
Estás demasiado consciente de tus deberes, obligaciones y lealtades y se puede contar contigo en un aprieto. Eres la primera persona en notar que algo está mal y en buscar soluciones. Eres un buen líder aunque no eres bueno delegando. Esta sensación de responsabilidad puede volverse dolorosa, ya que puedes culparte fácilmente, en lugar de tomarte un momento para entender el panorama más amplio. Esta tendencia puede hacerte fácil de manipular.
3. Se te dificulta aceptar y expresar emociones dolorosas.
Sé que cuando estoy sentada delante de alguien que me sonríe alegremente mientras describe una pérdida o decepción considerable probablemente me acabo de cruzar con alguien más que se está escondiendo. No siempre, pero es una pregunta que me hago como terapeuta.
El enojo se evita o niega. La tristeza se exilia a la parte trasera del clóset. La decepción es para quejosos. Puede que ni siquiera tengas las palabras para expresar estas emociones. Te quedas en cama la mayor parte del tiempo en lugar de conectar con tu corazón para analizar, decodificar y pensar sobre las cosas.
4. Te preocupas mucho y evitas situaciones donde no sea posible tener el control.
No eres alguien que pueda quedarse fácilmente en el presente. Si haces yoga, tal vez odias la posición final que sugiere que respires y te relajes. Tal vez amas cocinar, pero te cuesta mucho trabajo sentarte con tus invitados y disfrutar la cena.
La necesidad de control es fuerte, así que pasas mucho tiempo preocupándote por las cosas que podrían ocurrir para interrumpir el control. Irónicamente, es importante ocultar esta preocupación. Entonces, su existencia podría no ser evidente para los demás. Las personas niegan con la cabeza y se preguntan en voz alta si hay algo en el mundo que te preocupe porque nunca te angustias por cosas pequeñas.
Y sin duda generas una apariencia de alguien para quien las cosas salen fácilmente sin invertir mucho esfuerzo; tu preocupación está oculta justo por debajo de la sonrisa.
5. Te concentras intensamente en las tareas y utilizas los logros como una forma de sentirte valioso.
“Eres tan bueno como tu último éxito lo indica”. Cuentas con tus actividades y tus logros para distraerte de cualquier inseguridad interna o temores que podrían intentar salir de su escondite.
Todos hacemos esto hasta cierto punto. Si estás teniendo un mal día, se siente bien terminar con algo que estuviste retrasando. O te dan un mejor puesto en el trabajo. O alguien te envía un correo acerca de cómo tu amabilidad fue tan significativa. Hay valor en tener un propósito y esforzarse.
Pero puedes llevarlo demasiado lejos. Puede que no conozcas otra manera de obtener un sentido de autoestima, excepto por esos logros y tareas. Y ese es el problema.
6. Tienes una preocupación activa y sincera por el bienestar de los demás, y al mismo tiempo permites que pocos o nadie ingrese a su mundo interior.
Estas no son preocupaciones falsas y no son fingidas ni deshonestas. Es real: preocuparte por los demás es algo que haces muy bien. Sin embargo, no permites que otros sientan alguna vulnerabilidad. No revelas dolor por tu pasado. Puede que tu pareja sepa al respecto, pero no se discute. Hay una pared que detiene a cualquiera que descubra que te sientes solo o fatigado, vacío o abrumado.
Esto puede ser especialmente aterrador cuando hay ideas suicidas presente y no puedes dejar entrar a nadie. De manera devastadora, incluso si lo haces es posible que no te crean. “Qué, ¿estás deprimido? ¿Por qué? Si tienes tantas cosas buenas a tu favor?” Y eso podría llevar a consecuencias devastadoras.
7. Descartas o ignoras el daño o el abuso del pasado o del presente.
La compartimentación es una habilidad. Es la capacidad de sentirnos lastimados, tristes, decepcionados, temerosos y enojados por algo y guardar esos sentimientos hasta que llegue el momento en el que podamos lidiar mejor con ellos. Las personas saludables lo hacen todo el tiempo. Incluso es posible hacerlo con alegría o gusto. A veces no es el momento de explotar en canto.
Sin embargo, si te identificas con DPO, haces una rígida compartimentación excesiva. Desarrollaste cajas fuertes en las que encierras a los sentimientos dolorosos al arrojarlos a los rincones más oscuros de tu mente de manera consciente o inconsciente. Esto te permite descontar, negar o rechazar el impacto de las experiencias de la vida que causaron dolor en el pasado o el presente.
Una mujer que se identificaba con DPO me escribió un correo recientemente diciendo que le diagnosticaron estrés postraumático y que lo había descartado por completo. “Lo que me pasó no fue la gran cosa” escribió “les han pasado cosas mucho peores a otras personas”. Eso podría ser cierto o no, pero el dolor sigue siendo dolor.
8. Tienes problemas mentales colaterales que involucran al control y al escape de la ansiedad.
Vives tu vida de una manera controlada y bien gobernada. Así que los diagnósticos psiquiátricos reales que podrían coexistir con DPO podrían ser trastornos que tengan que ver con control, como trastornos alimenticios y/o rasgos obsesivo-compulsivos. Puede que se utilicen alcohol o medicamentos sedantes para escapar de la ansiedad también.
9. Tienes una fuerte creencia de que debes “contar tus bendiciones” como base al bienestar.
Creo firmemente en contar tus bendiciones. Sin duda alguna: es saludable y puede mantenerte optimista y agradecido. Sin embargo, si llegaste hasta aquí y te identificas con DPO, tal vez te sientas culpable o incluso avergonzado si en algún momento dejas de ser rígidamente positivo. ¿Expresar compasión hacia ti? De ninguna manera; tienes demasiadas bendiciones en tu vida. Y cualquier sugerencia de autocompasión obtiene la designación de lloriqueo o queja. Y eso no se permite.
10. Tienes dificultades emocionales en tus relaciones personales, pero demuestras un considerable éxito personal.
La vulnerabilidad que se relaciona con una verdadera intimidad es difícil para ti. Mientras que sientes un impulso de ser productivo y lograr cosas, es poco probable que sea posible relacionarse contigo a un nivel íntimo. Y tal vez elegiste a una pareja que tampoco permite la vulnerabilidad, o no tiene esa capacidad. Tu relación estará basada principalmente en lo que hacen el uno por el otro, en lugar de lo que son para el otro, con un énfasis en quedarse con los niños, sus carreras y ser una pareja que parece perfecta.
Si te preguntas en dónde te encuentras del espectro de la DPO, puedes tomar este cuestionario en inglés.
La depresión perfectamente oculta es una marca registrada.
Imagen de Facebook/LinkedIn: eldar nurkovic/Shutterstock
A version of this article originally appeared in English.