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Verificado por Psychology Today

Relaciones

Las 11 razones por las que nos enamoramos

Enamorarnos es una manera rápida de lograr la autoexpansión.

StockLite/Shutterstock
Fuente: StockLite/Shutterstock

Una pregunta que recibe mucha atención en la literatura psicológica es por qué la gente se enamora. Una respuesta prometedora es que el amor romántico ocurre cuando los atributos que generan atracción general y los factores sociales y circunstancias que producen la pasión son particularmente fuertes.

Los atributos de la atracción generales son los siguientes (Aron, et al. 1989):

  1. Similitud: Esto incluye similitud en las creencias de la gente y, en menor grado, similitud de características de la personalidad y maneras de pensar.
  2. Cercanía: Esto incluye familiaridad del uno con el otro, lo que puede ser resultado de pasar tiempo juntos, vivir cerca, pensar en el otro o anticipar las interacciones con la otra persona.
  3. Características deseables: Este atributo general de la atracción se enfoca particularmente en una apariencia física exterior que se encuentra deseable y, en menor grado, en características deseables de personalidad.
  4. Atracción recíproca: Saber que le gustas a la otra persona o que se siente atraída por ti puede incrementar tu propia atracción hacia ella.

Dos factores adicionales que pueden ayudar a explicar por qué la gente se enamora involucran la selección de pareja de apareamiento (Aron, et al. 1989):

  1. Influencias sociales: Una unión potencial que satisface las normas sociales generales, así como aceptación de la unión potencial dentro de la red social a la que pertenece, puede contribuir a que la gente se enamore. En contraste, una unión que no satisface las normas sociales generales o no es aceptada por la red social de la gente puede resultar en que la gente se desenamore.
  2. Satisfacer necesidades: Si una persona puede satisfacer las necesidades de compañía, amor, sexo o apareamiento, hay una probabilidad mayor de que otra persona se enamore de ella.

Parece que otros cinco factores son necesarios para que el amor sea verdaderamente apasionado en lugar de ser un tipo de amor amistoso (Aron, et al. 1989):

  1. Excitación/peculiaridad: Estar en un ambiente inusual o excitante puede incitar la pasión, incluso si el ambiente se percibe como peligroso o aterrador (Dutton & Aron, 1974).
  2. Señales específicas: Una característica particular de la otra persona podría incitar una atracción particularmente fuerte (por ejemplo, partes de su cuerpo o características faciales).
  3. Disponibilidad: Mientras más deseamos estar en una relación, más baja está nuestra autoestima y más probabilidades hay de que nos enamoremos.
  4. Aislamiento: Pasar tiempo a solas con otra persona también puede contribuir al desarrollo de la pasión.
  5. Misterio: Si hay algún misterio alrededor de la otra persona e incertidumbre sobre lo que la otra persona piensa o siente, preguntarnos cuando iniciará el contacto también puede contribuir a la pasión.

Aron et al. (1989) examinaron cuáles de estos factores tenían mayor prevalencia en estudiantes universitarios con base en sus descripciones de sus experiencias al enamorarse. Los investigadores encontraron que el factor mencionado con mayor frecuencia como precedente a experiencias de amor fue encontrar ciertas características del otro como deseables, así como reciprocidad de las emociones experimentadas. Hubo una frecuencia moderada de descripciones acerca de la otra persona que fueron percibidas como similares a las de los participantes en la investigación.

Los investigadores argumentan que el modelo de autoexpansión propuesto por Aron & Aron (1986) predice esta valoración de factores. En el modelo de autoexpansión, somos más propensos a enamorarnos cuando percibimos a la otra persona como una manera de que lograremos una rápida autoexpansión. Entrar a una relación comprometida requiere que renunciemos a parte de nuestra autonomía personal incluyendo a la otra persona en nuestra vida. Si la otra persona posee características deseables, su presencia en nuestra vida podría percibirse como una expansión del ser en lugar de una pérdida de libertad (Aron & Aron, 1996).

Entonces, no es sorprendente que muchos de los factores generadores de pasión, incluyendo la excitación/peculiaridad, disponibilidad y misterio, se relacionan tanto con la propensión para enamorarse como con un incremento de la ansiedad. Los niveles de adrenalina en la sangre y otros químicos del estrés aumentan por los disparadores de la ansiedad.

Como lo argumentaron Dutton y Aron (1974), sentir niveles incrementados de adrenalina a veces se confunde con el sentimiento de estar enamorado de alguien. Dutton y Aron (1974) encontraron que más hombres se enamoraron de una entrevistadora atractiva cuando les hacía preguntas en situaciones que les provocaban ansiedad (un puente de suspensión que provoca temor) en comparación con situaciones tranquilas (un puente que no provoca temor). Así que, incluso en ausencia de la mayoría de los demás predictores del inicio de un amor romántico, conocer a alguien en una situación que provoca ansiedad puede hacer que nos enamoremos de esa persona.

Otra característica interesante del amor es que una proximidad percibida hacia un nuevo amante crea niveles más altos del químico de recompensas y motivación, dopamina, mientras que la distancia puede llevar a la añoranza. Aron et al (2005) usaron resonancias magnéticas para estudiar a las personas que estuvieron intensamente enamorados por un periodo de entre 1 y 17 meses. Los sujetos observaban una foto de su persona amada y luego, después de una tarea de distracción-atención, observaron una foto de un individuo conocido. Los investigadores encontraron una activación cerebral elevada en el área ventral tegmental derecha y el cuerpo postero-dorsal derecho y núcleo caudado medial, áreas ricas en dopamina asociadas con la motivación y recompensa, en respuesta a las fotografías de la persona de la que estaba enamorado el sujeto. Así que, cuando estamos enamorados, la presencia real o imaginaria del ser amado es motivadora y satisfactoria.

El modelo de autoexpansión propuesto por Aron & Aron (1986) puede explicar este resultado: cuando una persona concibe que su interés romántico y él o ella forman una unión fuerte, las características deseables de la persona amada activan una respuesta de recompensa. Esto puede provocar que hagamos esfuerzos extra para estar con nuestra pareja potencial con el fin de experimentar la sensación más intensa de satisfacción y recompensa.

El modelo de autoexpansión también predice que los factores de similitud y cercanía deberían tener un efecto paradójico en las etapas tempranas del enamoramiento pero deberían tener una influencia más significativa en la duración del amor (Acevedo & Aron, 2009). La principal razón es que la familiaridad y similitud hacen menos probable que la otra persona constituya una expansión de nosotros, una vez que la incluyamos en nuestra vida.

Estos predictores son consistentes con los hallazgos de neurociencia. Los bajos niveles de serotonina probablemente se balancean con la similitud y familiaridad, lo que puede evitar que la gente se enamore (Zeki, 2007). Sin embargo, en etapas posteriores de una relación amorosa, algunos factores pueden estar relacionados con niveles más altos de los químicos del afecto y la formación de la formación de lazos, oxitocina y vasopresina, que han demostrado aumentar durante la fase de una relación amorosa que alienta el lazo romántico y el acercamiento de la pareja (Zeki, 2007).

Fuente: Oxford University Press, se usa con permiso

Berit "Brit" Brogaard es autor de Sobre el amor romántico y co escritor de La mente superhumana.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Berit Brogaard D.M.Sci., Ph.D

La Dra. Berit Brogaard, Maestría en ciencias, es profesora de filosofía y directora del Brogaard Lab for Multisensory Research en la Universidad de Miami.

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