Entendiendo el código de los sentimientos de los hombres

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El mito de que los hombres son insensibles crea problemas de relación perjudiciales. Daphne Rose Kingma, autora de Los hombres que nunca conocimos, dice:

"Hemos descartado a los hombres como el género sin sentimientos, nos hemos dado por vencidos. Debido a la forma en que los niños socializan, su capacidad para lidiar con las emociones se ha socavado sistemáticamente. A los hombres se les enseña, punto por punto, a no sentir, a no llorar y a no encontrar palabras para expresarse."

No por el hecho de que los hombres no sean adeptos a expresar sus sentimientos, debes pensar por un minuto que no sienten o que no sienten profundamente. Muchas veces, los hombres expresan sus sentimientos usando un código secreto, un código que ni siquiera ellos pueden descifrar.

Los hombres pueden convertir un sentimiento en otro. Los hombres pueden convertir los sentimientos estereotípicamente femeninos, como la tristeza o la vulnerabilidad, en sentimientos como la ira o el orgullo, sentimientos más socialmente aceptables para ellos.

Recuerdo a una pareja que vino a verme en apuros porque recientemente se habían enterado de que su hija adolescente había sido violada por su novio. Surgió un gran conflicto porque Juan estaba amenazando con matar al novio, preocupando tremendamente a su esposa e hija. Les preocupaba que realmente pudiera buscar venganza y terminara en la cárcel. Con algo de trabajo, pude ayudar a Juan a expresar sus verdaderos sentimientos: lloró, diciendo que se sentía responsable por lo que había sucedido, como si debería haber sido capaz de proteger a su hija. Se sentía terriblemente triste porque su hija estaba pasando por tanto dolor y estaba justificadamente enojado. Después de expresar toda la gama de sus sentimientos, dejó de amenazar con matar al joven y fue más capaz de apoyar a su hija de maneras útiles.

Los hombres pueden cambiar sus sentimientos a otro ámbito. Los hombres pueden expresar emociones solo en lugares donde se sienten seguros y donde la expresión de sentimientos se considera aceptable. Solo mira cómo actúan los hombres en eventos deportivos: no es raro verlos expresar gran exuberancia y afecto, darse abrazos y chocar las manos. Los jugadores de fútbol y hockey, considerados como algunos de los hombres más "machos" de todos, parecen bastante cómodos expresando sus sentimientos entre sí durante un partido. ¿Dónde más verías a los hombres golpearse juguetonamente en el trasero? Pon a estos mismos hombres en otro contexto, y probablemente no verías el mismo nivel de apertura y comodidad.

Los hombres pueden experimentar sus sentimientos a través de quejas físicas. No es raro ver a los hombres experimentar sus sentimientos a través de cosas como dolores de cabeza o dolores de espalda. Puedes conocer a un hombre que tiene dolores de cabeza sólo los fines de semana, o se enferma durante las vacaciones. ¿Por qué sucede esto? Porque mientras los hombres están trabajando, pueden cortar sus sentimientos. Sin embargo, sin la estructura del trabajo, sus sentimientos y necesidades emergen, y éstos pueden expresarse a través de síntomas físicos.

Los hombres enfrentan un "doble imperativo" cuando se trata de expresar emociones. Aunque es posible que los hombres no siempre sepan lo que sienten, hay una cosa de la que están seguros: están convencidos de que están en un doble imperativo importante. La sociedad anima a los hombres a expresar sus sentimientos, pero cuando lo hacen, sus parejas a menudo quedan petrificadas, si no es que horrorizadas. Las mujeres, pueden creer, que quieren que sus parejas muestren sus sentimientos, pero solo ciertos sentimientos y solo en dosis que puedan manejar. De hecho, los resultados de numerosos estudios de investigación, así como la experiencia clínica, nos dicen que los hombres pueden tener razón en desconfiar de las mujeres que les imploran que muestren sus verdaderos sentimientos. Los hombres que se desvían de la norma masculina tradicional al ser emocionalmente expresivos y hablar de sus miedos a menudo son juzgados como mal ajustados.

Los sentimientos de los hombres pueden tomar desprevenidos a todos. Parte del problema para algunos hombres puede ser que han silenciado sus sentimientos durante tanto tiempo que no han desarrollado recursos para manejarlos cuando surgen. Tal emoción no planificada e inesperada a menudo puede resultar abrumadora.

Trabajé con una pareja para la que este era el caso: Roberto había aceptado un nuevo trabajo que estaba a varias horas de distancia. Emilia lo alcanzaría después mientras preparaba su casa para venderla. Al mismo tiempo, discutían sobre si obtener o no un perro. Emilia argumentaba que un perro le proporcionaría la compañía necesaria y la haría sentir segura cuando estuviera sola en su casa. En su forma lógica y analítica, Roberto le dio todas las razones por las que el momento no era el correcto, por ejemplo: ¿cómo podrías mostrar la casa con un cachorro corriendo por ahí, orinando en el piso? A nivel intelectual, Emilia sabía que tenía razón, pero su corazón insistió en que estaría más feliz con el perro. Pasaron varios fines de semana durante los cuales todo lo que hacían era pelear por el problema del perro. Emilia pensaba que Roberto estaba siendo frío e insensible. Roberto pensaba que Emilia estaba siendo irracional. Con mucha persuasión, Roberto accedió a acompañar a Emilia al refugio de animales local "solo para mirar" a los perros. Cuando Roberto vio todas esas filas y filas de perros en jaulas, sabiendo que la mayoría de ellos probablemente serían condenados a muerte, comenzó a sollozar. Emilia dijo que nunca lo había visto llorar tan fuerte. Ella había estado pensando que él no tenía ningún sentimiento, cuando nada podría haber estado más lejos de la verdad.

Mi propia observación ha sido que muchos hombres experimentan emociones intensas pero, como carecen de la formación y el apoyo para dar sentido a esos sentimientos, se quedan con pocas opciones más que enterrarlos más profundo. Es solo cuando los hombres son tomados desprevenidos (como cuando Roberto visitó el refugio de animales) que sus sentimientos son libres de salir a la superficie.

Entonces, no, los hombres no son insensibles. Más bien, muchos están atrapados en los confines de un proceso de socialización que les dice que es difícil llorar, sentir dolor o expresar la miríada de otras emociones que todos experimentamos como resultado de vivir plenamente como seres humanos.