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Verificado por Psychology Today

Liderazgo

El peligro de los líderes de culto

Pistas sobre lo que hace a un líder patológico de culto.

Una de las preguntas que me hacen con frecuencia mis estudiantes de criminología y psicología es: ¿cómo sabes cuando un líder de culto es “malvado” o “malo”? Estas palabras son, claro, descriptores vagos hasta cierto punto, pero también me hacen la pregunta de “¿cuándo es un líder de culto patológico o peligroso para los demás?” Esta es una pregunta válida en vista del récord histórico de sufrimiento y dolor causada por varios líderes de culto alrededor del mundo.

A partir de mis estudios de cultos y líderes de culto durante mi estancia en el FBI, aprendí desde temprano que hay algunas cosas que buscar, que, como mínimo, dicen “cuidado este individuo es peligroso y con toda probabilidad causarán daño a los demás”.

Habiendo estudiado a profundidad la vida, enseñanzas y comportamientos de Jim Jones (Jonestown Guyana), David Koresh (Davidianos de la rama), Stewart Traill (La Iglesia del Entendimiento Bíblico), Charles Manson, Shoko Ashara (Aum Shinrikyo, Aleph), Joseph Di Mambro (La orden del templo solar), Marshall Heff Applewhit (Las puertas del paraíso) Bhagwan Rajneesh (El movimiento Rajneesh) y Warren Jeffs (líder polígamo), puedo decir que lo que destaca de estos individuos es que todos eran o son patológicamente narcisistas. Tienen o tenían un exceso de creencia de que son especiales y de que ellos, y solo ellos, tenían las respuestas a los problemas y debían ser venerados. Exigían lealtad perfecta de sus seguidores y se valoraban en exceso y devaluaban a aquellos a su alrededor, eran intolerantes a las críticas y, por encima de todo, no les gustaba ser cuestionados o desafiados. Y aún así, a pesar de estos rasgos menos que encantadores, no tuvieron problemas atrayendo a aquellos que estaban dispuestos a pasar por alto estas características.

Estos rasgos de personalidad destacan como la primera advertencia para aquellos que podrían estar a punto de asociarse con ellos, pero hay muchas más. Esta es una colección de rasgos de líderes de culto que nos indican su psicopatología. Esta lista no es exhaustiva ni es la última palabra sobre el tema; es solamente mi colección personal basada en estudios y entrevistas que he llevado a cabo durante mi carrera.

Si sabes de un líder de culto que tenga todos estos rasgos hay una muy alta probabilidad de que estén lastimando emocional, psicológica, física, espiritual o financieramente a aquellos a su alrededor. Y, por supuesto, esto no toma en consideración el dolor que sus seres queridos experimentan también.

Estos son los rasgos típicos de un líder de culto patológico de los que deberías cuidarte:

  1. Tiene una idea grandiosa de quién es y lo que puede lograr.
  2. Ocupa su mente con fantasías de éxito, poder y brillantez ilimitados.
  3. Exige obediencia ciega y sin cuestionamientos.
  4. Requiere admiración excesiva de sus seguidores y de externos.
  5. Tiene un sentido de derecho por encima de los demás, esperando un tratamiento especial todo el tiempo.
  6. Explota a otros pidiéndoles su dinero o el de sus parientes, poniéndolos en riesgos financieros.
  7. Es arrogante y altanero en su comportamiento o actitud.
  8. Tiene un sentido exagerado del poder que le permite doblegar las reglas y romper las leyes.
  9. Se aprovecha sexualmente de los miembros de su secta o culto.
  10. El sexo es un requerimiento con los adultos y subadultos como parte de rituales o ritos.
  11. Es hipersensible a la percepción de los demás.
  12. Devalúa públicamente a otros como inferiores, incapaces e indignos.
  13. Hace que los miembros confiesen sus pecados o defectos, sujetándolos públicamente al ridículo o humillación mientras revela debilidades explotables del penitente.
  14. Ignora las necesidades biológicas, físicas, emocionales y financieras de los demás.
  15. Frecuentemente presume sus logros.
  16. Necesita ser el centro de atención y hace cosas para distraer a los demás asegurando que lo noten. Por ejemplo, llegando tarde, usando ropa exótica, discursos excesivamente dramáticos o haciendo entradas dramáticas.
  17. Insiste en siempre tener lo mejor de todo (casa, coche, joyería, ropa) incluso cuando los demás terminan relegados a instalaciones de menos calidad.
  18. No parece escuchar bien las necesidades de otros; la comunicación suele ser solo de una vía y en forma de dictado.
  19. La altanería, grandiosidad y la necesidad de controlar son parte de su personalidad.
  20. Se comporta como si las personas fueran objetos a utilizar, manipular o explotar para ganancias personales.
  21. Al recibir críticas, tiende a explotar no solo con enojo, también con ira.
  22. Cualquiera que lo critique o cuestione recibe la etiqueta de “enemigo”.
  23. Se refiere a no miembros del culto o a los no creyentes como “el enemigo”.
  24. Actúa de manera imperiosa, negándose a escuchar lo que otros piensan o desean.
  25. Se considera omnipotente.
  26. Tiene respuestas o soluciones “mágicas” a los problemas.
  27. Es superficialmente encantador.
  28. Habitualmente declara que los demás son inferiores, solo él es superior.
  29. Tiene cierta frialdad o distanciamiento que hacen que los demás se preocupen por no saber quién realmente es esta persona o si lo conocen de verdad.
  30. Se siente profundamente ofendido cuando percibe indicadores de aburrimiento, de ser ignorado o de haber sido ofendido.
  31. Trata a los demás con arrogancia y desprecio.
  32. Constantemente evalúa a las personas para determinar aquellos que son una amenaza o a aquellos que lo veneran.
  33. La palabra “yo” domina sus conversaciones. No se da cuenta de la frecuencia con la que habla de sí mismo.
  34. Odia ser avergonzado o fracasar públicamente; cuando lo hace, actúa con ira.
  35. Cree que posee las respuestas y soluciones a los problemas del mundo.
  36. HateSe cree una deidad o el representante elegido de una deidad.
  37. “Rigidez”, “intolerancia” o “falta de sensibilidad” son buenas palabras para describir su forma de pensar.
  38. Intenta controlar a otros en lo que hacen, leen, ven o piensan.
  39. Impide que los miembros de su secta contacten con familiares o el mundo exterior.
  40. Supervisa y/o restringe el contacto con familiares o externos.
  41. Trabaja poco pero exige mucho.
  42. Dice que está “destinado a la grandeza” o que será “martirizado”.
  43. Parece ser altamente dependiente del tributo y la adoración y con frecuencia buscará halagos.
  44. Usa aduladores o defensores que garanticen el cumplimiento de sus miembros o seguidores.
  45. Se ve a sí mismo como “imparable” y tal vez incluso dice que lo es.
  46. Oculta antecedentes o familiares que revelarían lo ordinario o común que es.
  47. No cree que tenga algo de malo y, de hecho, se percibe como la perfección o “bendito”.
  48. Les ha quitado la libertad de salir, viajar o buscar una vida y libertad a sus seguidores.
  49. Aísla físicamente al grupo para no ser observado.

Cuando surge la pregunta, “¿cuándo sabemos que un líder de culto es malo, malvado o tóxico?” Esta es la lista que uso para evaluar si el líder de un culto tiene rasgos peligrosos. Por supuesto, la única manera de saber algo con certeza es observar y validar, pero esta características pueden ayudar mucho con eso. Y, como he dicho, hay otras cosas de las que estar al pendiente y pueden haber otras listas, pero esta es la que más me ha servido al estudiar a estos grupos y hablar con antiguos miembros de cultos.

Cuando un líder organizacional o de culto tiene una preponderancia de estos rasgos, entonces podemos anticipar que en algún punto aquellos que se asocian con él, probablemente sufren física, emocional, psicológica o financieramente. Si estos rasgos suenan familiares en cuanto a líderes, grupos, sectas u organizaciones que conoces, entonces espera que aquellos asociados vivan en desesperación y que sufrirán, incluso si todavía no saben que lo harán.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Joe Navarro M.A.

Joe Navarro fue agente de contrainteligencia del FBI y es autor de What Every Body is Saying. Es experto en comunicación no verbal y lenguaje corporal.

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