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Verificado por Psychology Today

Dieta

Comprender la psiquiatría nutricional

¿Es todo un revuelo? ¿Existe alguna evidencia para ello?

iStock, de Getty Images
Fuente: iStock, de Getty Images

¿La nutrición y la dieta pueden desempeñar una función en el tratamiento de las enfermedades mentales? Algunos dirían que sí. Con el 70 por ciento de la población estadounidense que ahora tiene sobrepeso o es obesa, ¿quién no necesita un cambio en su dieta? Para las personas con enfermedades mentales crónicas, las tasas de obesidad son significativamente más altas. Las tasas de diabetes también han aumentado, en algunos casos, son un 300 por ciento más altas. Las personas con enfermedades mentales crónicas mueren unos 25 años antes que cualquier otra persona, a menudo por problemas como ataques cardíacos, apoplejías y cáncer. ¡Están perdiendo un tercio de sus vidas! Supuestamente, una mejor dieta podría ayudar.

Pero, ¿realmente puede una dieta tratar los trastornos psiquiátricos? ¿Puede un cambio en la dieta mejorar los síntomas o incluso hacerlos desaparecer? ¿Para trastornos como ansiedad, TEPT, depresión crónica, bipolaridad o incluso esquizofrenia? La mayoría están escépticos. Estos son trastornos graves, son trastornos cerebrales. Muchos consideran que se deben a “desequilibrios químicos” y los medicamentos son la única solución posible. Es casi seguro que no son provocados por una mala dieta. La mayoría de las personas conoce la teoría biopsicosocial de la enfermedad mental: que existen muchos factores que llevan al desarrollo de trastornos mentales. Generalmente, una mala dieta no aparece entre ellos. Por supuesto, dadas las altas tasas de obesidad, una dieta podría ayudar a estas personas a perder peso, pero aún necesitan tratamiento para sus trastornos cerebrales. ¿Correcto?

Bienvenidos al campo de la psiquiatría nutricional. Las controversias son abundantes. Por todo el Internet se pueden encontrar afirmaciones disparatadas de curas milagrosas. Las intervenciones dietéticas recomendadas son generalizadas y contradictorias. Las guerras dietéticas son feroces.

Coma carne. No coma carne.

Los carbohidratos son el enemigo. Los carbohidratos son esenciales.

Comer alimentos bajos en grasa es la solución.

Coma vitaminas. Tome suplementos.

El problema son los productos químicos en nuestro suministro de alimentos, coma alimentos orgánicos.

El problema es la inflamación, los antioxidantes son la respuesta.

El problema es el microbioma intestinal, los probióticos son la clave.

¿Cómo podemos entender de qué se trata todo este alboroto?

Los partidarios de la psiquiatría nutricional suelen utilizar dos líneas famosas: “Que la comida sea vuestra medicina y la medicina sea vuestro alimento”. Esta cita de Hipócrates es inspiradora, pero el griego no ofreció una receta para curar la esquizofrenia o la depresión grave. “Somos lo que comemos de la cabeza hasta los pies”. Por muy agradable que sea esta advertencia para niños, no ofrece soluciones específicas para la ansiedad paralizante, la tendencia al suicidio crónico o las alucinaciones. Una vez más, los trastornos graves requieren soluciones serias, no clichés trillados.

En mi reciente artículo publicado en el Journal of Clinical Psychiatry: “Diets and Disorders: Can Foods or Fasting Be Considered Psychopharmacological Therapies?” (Dietas y trastornos: ¿los alimentos y el ayuno se pueden considerar terapias sicofarmacológicas?), traté de darle sentido a todas estas afirmaciones. Resumí lo que considero que son las cinco categorías de tratamiento delimitadas dentro de la psiquiatría nutricional. Son muy diferentes entre sí y hacen suposiciones opuestas sobre las causas de las enfermedades mentales y los efectos de las intervenciones nutricionales. Las categorías son las siguientes:

  1. Añadir algo a la dieta (p. ej., vitaminas o suplementos). Esta categoría supone que las personas tienen deficiencia de una vitamina o un nutriente esencial y esta deficiencia está causando su enfermedad. Reemplazarlo solucionará el problema.
  2. Eliminar algo de la dieta (p. ej., toxinas o alérgenos). Esta categoría supone que hay algo en la dieta, como el gluten o la coloración artificial de alimentos, que está causando la enfermedad. Eliminar esta toxina o alérgeno de la dieta solucionará el problema.
  3. “Dietas saludables”. Una combinación de añadir alimentos saludables y eliminar los alimentos no saludables. Esta categoría tiene un poco de las categorías n.º 1 y n.º 2.
  4. El microbioma intestinal. Existe nueva evidencia de que los microbios en nuestros intestinos desempeñan una función significativa en muchas enfermedades, incluidos los trastornos mentales. Lo que comemos afecta a estos microbios. También podemos cambiar nuestros microbios intestinales al tomar prebióticos y probióticos. ¿Esto ayuda?
  5. El ayuno y la dieta cetogénica. Estas dos intervenciones tienen una larga historia en el campo de la medicina. Cambian el metabolismo humano. Esto puede tener efectos profundos en el cerebro y el cuerpo humano. Estas intervenciones no hacen suposiciones sobre la causa raíz de los trastornos. Pueden ser eficaces incluso cuando no hay un problema con la dieta de una persona.

Aunque es evidente que hay mucho revuelo, este campo de la psiquiatría nutricional está avanzando. Hay psiquiatras, psicólogos e investigadores que están comprometidos con entender la ciencia de cómo la dieta puede afectar la salud del cerebro. La International Society for Nutritional Psychiatry Research es una de esas organizaciones comprometida con el avance de este campo. Fundada por Felice Jacka, una prominente investigadora australiana.

Durante los próximos meses, publicaré una serie de artículos aquí, al abocarme de lleno a cada una de estas categorías para ayudarlo a comprender todo esto. Los trastornos reales requieren soluciones reales. Integrado en todo este revuelo que llamamos psiquiatría nutricional, puede haber, de hecho, algunas soluciones reales. Separar la ciencia de las afirmaciones frívolas es un reto. Espero que le resulte útil.

Si tiene preguntas o áreas de particular interés, déjelas en la sección de comentarios y haré todo lo posible para agregarlas a la lista de los próximos artículos.

DESCARGO DE RESPONSABILIDAD: Nada en este artículo está destinado como consejo médico. Se insta a las personas con problemas de salud a buscar atención médica de un proveedor médico competente. No se crea ninguna relación entre médico y paciente por este artículo o por cualquier respuesta a los comentarios publicados en este foro por el Dr. Chris Palmer.

Crédito de imagen de LinkedIn: Monkey Business Images/Shutterstock

Imagen de Facebook: Josep Suria/Shutterstock

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Christopher M Palmer M.D.

Dr. Med. Chris Palmer, es director del Departamento de Posgrado y Educación Continua en el Hospital McLean y profesor asistente de psiquiatría en la Escuela de Medicina de Harvard.

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