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Verificado por Psychology Today

Relaciones

3 Señales de que eres prisionero de tus propias expectativas

Las expectativas desbordadas pueden quitarte la alegría de vivir.

Los puntos clave

  • Las expectativas poco realistas prepararon el escenario para la autodestrucción.
  • Las expectativas infladas pueden dañar tu autoestima, relaciones y perspectivas.
  • Corrige el curso al ser más flexible, fomentar la gratitud y establecer metas ambiciosas/realistas.
Photo by Stormseeker on Unsplash
Source: Photo by Stormseeker on Unsplash

Es natural tener altas expectativas. Pero, ¿qué sucede cuando tus expectativas son exageradas?

Las expectativas exageradas pueden tener un impacto devastador en tu vida en tres áreas clave:

1. Autoestima: pones la vara demasiado alta para ti.

  • "Voy a perder 4.5 kilos en tres días".
  • "Voy a aumentar mis ingresos en el primer trimestre en un 300 por ciento".
  • "Me despertaré al amanecer todos los días y escribiré una novela exitosa en un mes".

Escribir una novela, perder peso y aumentar tus ingresos son grandes metas. Pero cuando los casas con expectativas poco realistas, estás preparando el escenario para la autodestrucción. En consecuencia, tu autoestima recibe un gran golpe, ya que te das muy poco crédito por los esfuerzos y te culpas por no cumplir con los plazos imprácticos.

2. Relaciones: con frecuencia te sientes herido y decepcionado por los demás.

  • "Mi pareja romántica debería conocer mis necesidades sin que yo se lo pida".
  • "Quiero que todos mis amigos se comuniquen conmigo regularmente y vean cómo me va".
  • "Mis compañeros de trabajo necesitan reconocer lo valioso que soy para ellos".

Las expectativas turgentes tensan las relaciones. Presionar constantemente a amigos, compañeros de trabajo o parejas románticas para satisfacer sus demandas es un verdadero aguafiestas. Empiezan a sentirse intimidados y agobiados por ti. Cuanto más exigente emocionalmente seas, más personas te evitarán.

3. Perspectiva: desarrollas una perspectiva pretenciosa y arrogante de la vida.

  • "¿Por qué siempre me rodea la incompetencia?”
  • "Sé que tengo razón sin importar lo que digan".
  • "Nadie sabe más que yo".

Amargado, crítico y duro, esperas que el mundo cumpla con tus expectativas extremas. En lugar de culparte por esperar demasiado, encuentras fallas en todo. Al final, nadie escapa a tu condena.

Cómo romper el hábito de las altas expectativas

Los hábitos de alta expectativa hacen que te concentres en el futuro constantemente. Como resultado, disfrutas menos del momento presente y aprecias poco tu pasado. Considera estos tres pasos para recuperar un poco de equilibrio en tu vida.

1. Establece expectativas ambiciosas y realistas. Es genial tener grandes sueños, pero no esperes que se materialicen de la noche a la mañana. Es mejor dar pasos pequeños y constantes a diario que presionar para obtener gratificación instantánea. Como sugirió el filósofo budista Daisaku Ikeda: "Las verdaderas victorias son las que logramos cada día".

2. Fomenta la gratitud. Puede que no hayas escrito tu novela en un mes, pero es probable que hayas terminado uno o dos capítulos. Reconoce y aplaude tus esfuerzos, incluso cuando no estén a la altura de tus expectativas.

3. Sé flexible. Si no cumples una fecha límite, no uses eso como excusa para devaluarte. La vida está llena de eventos inesperados que descarrilan nuestros planes. Sé flexible. Tómate el tiempo para descansar y restablecer tus objetivos. Las expectativas flexibles reducen los niveles de estrés y generan una mayor atención plena.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Sean Grover L.C.S.W.

Sean Grover, Trabajador Social Clínico con licencia, es autor y psicoterapeuta que liderea uno de los grupos de terapia más grandes en los Estados Unidos.

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