Tú y tu yo autosaboteador

¿Qué necesitas para ser tú? Este y posteriores posts se enfocarán en un conjunto de procesos mentales que juegan un papel crucial en el sufrimiento humano y disminuyen nuestra posibilidad de crecer y florecer.

¿Qué necesitas para ser tú?

Fuente: Gioele Fazzeri/Unsplash

Nuestra mente es nuestro recurso más poderoso, más vulnerable y más desconocido. Vivimos en un planeta extraordinario en un universo asombroso, y sin embargo, el estrés crónico, los trastornos del sueño y el miedo han alcanzado proporciones epidémicas. Las mayores amenazas para la salud que enfrenta el mundo son la depresión y el agotamiento. Nuestra atención se interrumpe permanentemente y se caracteriza por una volatilidad sin precedentes.

El autosabotaje se refiere a una amplia categoría de psicodinámica que aumenta nuestro sufrimiento real y nos hace mucho más vulnerables al sufrimiento futuro. Ser capaz de regular o minimizar las fuerzas del autosabotaje juega un papel muy importante en nuestro bienestar y salud mental, pero también es muy relevante para la salud de nuestra sociedad y medio ambiente. Las elecciones y acciones hechas por una mente que sufre afectan todas las interacciones con los demás y el mundo. Por lo tanto, es crucial prestar atención a las causas del autosabotaje del dolor y la miseria.

El autosabotaje bloquea lo que necesitas para ser tú

Probablemente conozcas la famosa cita atribuida al escritor francés Marcel Proust: "el verdadero viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevos paisajes, sino en tener nuevos ojos". Esta cita es la versión resumida y popularizada que proviene de El Prisionero, publicado originalmente en 1923. Más adelante, incluiré el texto completo.

Tener nuevos ojos se trata de nuestro viaje hacia una vida vivida con libertad, curiosidad y asombro, e implica la necesidad de replantear nuestra percepción del mundo. La percepción fresca resultante puede guiarnos a descubrir lo que necesitamos para convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos y expresarlo como la vida floreciente y fructífera que buscamos.

El autosabotaje es cualquier acción que se interpone en el camino de lograr este objetivo hacia una vida plena. Es lo que constriñe u obstruye nuestra visión, nos impide ver o aplicar posibles soluciones. El autosabotaje comprende la dinámica mental que nos hace arrastrarnos por la vida: perdemos nuestra capacidad de ver quiénes somos y qué necesitamos. Comenzamos a vivir en una cueva mental y miramos paralizados a la oscuridad. Es la tragedia de una mente que se encierra en sus propios hábitos mentales, incapaz de detenerse y replantear su dirección. Incapaz de atreverse a creer en las posibilidades, a vivir desde el estado de libertad y a ver el mundo desde una perspectiva abierta; con nuevos ojos.

Este proceso puede ser muy dramático y dañino, pero sobre todo existe como un juego muy sutil de pensamientos y emociones recurrentes e inextricablemente entrelazados que colonizan nuestra mente en el fondo de todo lo que percibimos. Perdemos la capacidad de ver el mundo desde una perspectiva de curiosidad y asombro. No vemos nuestro extraordinario planeta en un universo asombroso. Esta dinámica es el tema central de mi nuevo libro Entrando en nuestra posibilidad más alta.

¿Una falta de regulación de nuestros pensamientos y emociones?

El autosabotaje, es una desregulación de todo lo que hacemos, sentimos, pensamos y nos convertimos. A menudo es una dinámica mental profundamente oculta que tiene sus raíces en miedos inconscientes, pensamientos habituales, creencias poco realistas y emociones destructivas.

¿Por qué los seres humanos llevan dentro este potencial de devastación? ¿Por qué inevitablemente encontramos maneras de dañarnos o destruirnos física, mental o emocionalmente y arruinar, perturbar, bloquear y socavar nuestras vidas personales, relacionales y profesionales? Evitamos deliberadamente nuestro propio éxito y bienestar general, a veces de manera notablemente efectiva. Las expresiones más comunes y visibles de autosabotaje son la dilación, la autolesión, la automedicación con drogas o alcohol, el consumo de estrés, el conflicto interpersonal y el suicidio.

¿Cómo puede nuestra mente crear una prisión tan autodañina y autodestructiva?

Pasé los últimos 25 años investigando esta pregunta. En mi próximo post me centraré en las dinámicas sutiles que siempre están en juego en la mente humana y pueden ser reforzadas y amplificadas por nosotros mismos y nuestro entorno: cómo esas tendencias sutiles en nuestra mente pueden crecer en patrones no conscientes y destructivos. Nuestra vulnerabilidad emocional crece lentamente, desapercibida y profundamente oculta.