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Verificado por Psychology Today

Motivación

¿Has dejado de hacer ejercicio?

Hay muchas razones para abandonar un programa de ejercicios.

Los puntos clave

  • Es contraproducente que las personas se culpen a sí mismas por no hacer ejercicio.
  • Examinar las razones para abandonar una rutina de ejercicios puede ayudarles a las personas a desarrollar una rutina que se mantenga.
  • Puede ayudar a aumentar lenta y gradualmente la actividad física o intentar una actividad diferente.

Si has intentado hacer ejercicio, unirte a un gimnasio, una clase de baile aeróbico o simplemente hacerlo por tu cuenta, ¿qué sucedió? Tal vez lo encontraste desagradable, no tuviste el tiempo, o era demasiado aburrido. Tal vez odiabas sudar, te sentías cohibido o carecías de la habilidad para jugar el deporte o aprender los movimientos de baile. ¡Sé cómo te sientes! ¿Por qué alguien querría tensar sus músculos, quedarse sin aliento o sentirse agotado?

Hay muchas razones para dejar de fumar, pero ¿cómo te sientes después de abandonarlo? ¿Desanimado? ¿Culpable? ¿Decepcionado de ti mismo? ¿Crees que eres demasiado perezoso? En lugar de este pensamiento negativo, puedes examinar la causa de tu caída y desarrollar una estrategia para incorporar el ejercicio en tu rutina diaria.

Comienza por reconocer que los nuevos hábitos, especialmente cuando son difíciles de desarrollar, toman tiempo para que puedas abandonar los pensamientos desagradables que has tenido sobre tus intentos anteriores de mantenerte activo. Rara vez alguien enciende un interruptor y tiene una transformación instantánea. Es mucho más común tener varios inicios en falso y luego muchas repeticiones antes de que un nuevo comportamiento se convierta en un hábito.

A continuación, revisa tu último intento de hacer ejercicio. ¿Qué ha ocurrido? A veces, un simple cambio en la rutina puede descarrilar el ejercicio. Si saliste de vacaciones, te enfermaste o cambiaste tus horas de trabajo, es posible que te haya resultado difícil reanudar el ejercicio. O tal vez intentaste trotar o practicar un deporte y descubriste que simplemente no lo disfrutabas. Tal vez tus objetivos eran poco realistas. Si has estado inactivo y te has unido a un gimnasio, la rutina de ejercicios sugerida por tu entrenador podría haber sido demasiado extenuante. Una vez que hayas identificado la razón por la que te rendiste, podrás encontrar una rutina que puedas mantener.

En futuras publicaciones del blog tendré sugerencias detalladas para superar las barreras para desarrollar un hábito de ejercicio cómodo, pero aquí hay algunas ideas para comenzar:

  • Si incluir el ejercicio en tu apretada agenda es un problema, piensa en "bocadillos de ejercicio"; pequeños descansos en tu rutina que pueden ser episodios cortos de actividad. Recuerda que las tareas como rastrillar las hojas del jardín o trapear los pisos pueden contar. Solo hazlo vigorosamente.
  • Si tu intento anterior fue demasiado difícil, demasiado agotador dejándote sin aliento, o simplemente doloroso, simplemente reduce la intensidad o intenta otra cosa. ¿Qué actividad te gustaba cuando eras más joven? ¿Andar en bicicleta? ¿Bailar? ¿Puedes desarrollar una rutina de ejercicios usando esa actividad?
  • ¿Te sientes cohibido por la ropa de entrenamiento que llama la atención sobre tu cuerpo o tonto porque careces de coordinación o habilidad? La dificultad no es con la actividad, sino con cómo piensas sobre la actividad (más sobre eso más adelante).

Hay muchas razones para renunciar al ejercicio, pero, con expectativas realistas, puedes superar tu renuencia y convertir el ejercicio en un hábito.

Edward Abramson, PhD
Fuente: Edward Abramson, PhD

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Edward Abramson Ph.D.

El Dr. Edward Abramson, es psicólogo clínico y autor de It's NOT Just Baby Fat! También es profesor emérito de psicología en la Universidad Estatal de California, Chico.

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