Terapia forense
La terapia forense se ocupa de la valoración, evaluación y tratamiento de la salud mental de las personas que se encuentran en el sistema legal por delitos cometidos. Las víctimas y las familias también pueden participar en la terapia relacionada con la ocurrencia de delitos. Un psicólogo forense ayuda al delincuente a examinar las motivaciones de su comportamiento, las acciones cometidas y asumir la responsabilidad de las mismas, lo que puede ayudar a prevenir cualquier actividad futura. Siempre que sea posible, un psicólogo trabaja para prevenir la reincidencia por parte del delincuente y/o evalúa a los reclusos para evaluar la probabilidad de que cometan más delitos. El paciente y el psicólogo pueden trabajar en capacidad terapéutica, de supervisión o de consultoría, según la situación del paciente y los requisitos del sistema legal. El proceso también puede convocar a otros profesionales de la salud, como trabajadores sociales y médicos. La terapia forense, la psicología forense, la psiquiatría forense y los testigos expertos forenses en juicios penales se centran cada uno en diferentes aspectos del comportamiento delictivo. Sin embargo, los términos a veces se usan indistintamente.
Muchos factores intervienen en la reincidencia o reincidencia entre la población criminal, y existe cierto debate sobre la eficacia de este tipo de terapia. Sin embargo, en 2001, la Asociación Estadounidense de Psicología reconoció a la psicología forense como una especialidad que enfatiza la investigación y el análisis.
Los psicólogos forenses trabajan con delincuentes juveniles y adultos, tanto individualmente como en grupos. El trabajo se lleva a cabo en prisiones, hospitales, escuelas, centros especializados de salud mental y comunidades terapéuticas, entornos legales, como servicios de libertad condicional y unidades gubernamentales de evaluación forense. Los pacientes son evaluados por responsabilidad penal, competencia para ser juzgados o riesgo de violencia. Los psicólogos forenses también testifican como testigos expertos en los tribunales. Los casos y las especializaciones pueden incluir abuso y negligencia infantil, custodia infantil y aptitud de los padres, evaluación de riesgos de delincuentes sexuales, evaluación de riesgos de violencia, evaluaciones de menores y sentencias y mitigación. Los psicólogos forenses a menudo trabajan con delincuentes que tienen personalidades antisociales o psicopatía.
Se puede realizar una evaluación con el fin de determinar un curso de tratamiento terapéutico o simplemente para establecer hechos, como la competencia mental, para su uso en el sistema legal. Si un abogado o tribunal le pide a un psicólogo forense que evalúe a una persona, el psicólogo puede evaluar la competencia mental de la persona para ayudar a determinar los hechos en un caso legal, pero no se indica tratamiento terapéutico. Cuando un psicólogo forense está evaluando a un individuo para el tratamiento, el énfasis está menos en determinar los hechos de un caso y más en identificar los problemas de la persona y decidir sobre un plan de tratamiento adecuado. Un psicólogo forense a menudo trabaja como parte de un equipo multidisciplinario.
El objetivo del tratamiento de la terapia forense es comprender qué provoca que una persona cometa un delito y ayudar a esa persona a comprender sus propias motivaciones y asumir la responsabilidad de sus acciones. Al desarrollar esta autoconciencia, así como una comprensión de la naturaleza y el impacto de su delito, es posible que los delincuentes cambien sus patrones de pensamiento y comportamiento para que sea menos probable que actúen o cometan delitos en el futuro.
Un psicólogo forense puede tener una maestría o un doctorado en psicología, trabajo social, asesoramiento o un campo relacionado y, en algunos casos, trabajo académico de posgrado en un programa de psicología forense. Los requisitos educativos y de licencia pueden variar de un lugar a otro.
Es importante buscar un psicólogo con el que sea posible establecer una comunicación clara y una sensación de buen ajuste. Además, la experiencia cuenta, por lo que es recomendable buscar un psicólogo que haya tenido una amplia formación y experiencia en esta área.
Puedes hacerle preguntas como:
- ¿Con qué frecuencia se ha enfrentado a problemas como este antes?
- ¿Cómo saber si un paciente es un buen candidato para la terapia forense?
- ¿Cómo funciona la terapia forense?
- ¿Cómo mides el progreso?