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Verificado por Psychology Today

La intuición es una forma de conocimiento que aparece en la conciencia sin una deliberación obvia. No es mágica, sino más bien una facultad en la que las corazonadas son generadas por la mente inconsciente que tamiza rápidamente a través de la experiencia pasada y el conocimiento acumulativo.

A menudo se le conoce como "instinto", la intuición tiende a surgir de manera holística y rápida, sin conocimiento del procesamiento mental subyacente de la información. Los científicos han demostrado repetidamente cómo la información puede registrarse en el cerebro sin una reflexión consciente e influir positivamente en la toma de decisiones y otros comportamientos.

De dónde viene la intuición
SpeedKingz/Shutterstock

Los psicólogos creen que la intuición se basa en los poderes de coincidencia de patrones, ya que la mente peina la experiencia almacenada en la memoria a largo plazo de situaciones similares y presenta juicios hechos en ese momento basados en ellas. El procesamiento automático de la información que subyace a la intuición se puede ver en el fenómeno cotidiano conocido como "hipnosis de carretera", que ocurre cuando un conductor viaja por kilómetros sin tener un pensamiento consciente sobre la actividad de conducir el automóvil.

¿La intuición es lo mismo que los instintos?

La intuición a menudo se conoce como "instinto", ya que parece surgir completamente formado a partir de una parte profunda de nosotros. De hecho, es el producto del procesamiento cerebral que compara automáticamente los elementos rápidamente percibidos de la experiencia actual con la experiencia y el conocimiento pasados, y se entregan a la conciencia con considerable certeza emocional.

 

¿Cómo se relacionan los instintos con las primeras impresiones?

La intuición, al igual que las primeras impresiones, sirve a la necesidad del cerebro de predecir y prepararse para lo que sucederá después. Las primeras impresiones son evaluaciones rápidas y holísticas de las personas basadas en señales perceptivas sutiles y en el juicio de sus intenciones de ayudar o dañar. Ambos se basan en procesos automáticos y, como sistemas de evaluación rápida, ambos están sujetos a errores, especialmente por los sesgos que tenemos.

 

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Cuándo confiar en tu instinto
Anatomy Inside/Shutterstock

Nuestros instintos a menudo son correctos, pero tendemos a darles una certeza que no siempre merecen. Tienden a ser más precisos en algunos dominios de la experiencia que en otros, como en la formación de las primeras impresiones. La intuición también suele ser valiosa para detectar el engaño y otras formas de peligro, y para detectar la orientación sexual.

¿Debo confiar en mi intuición?

Los instintos tienen su valor en la toma de decisiones complejas. Los estudios de altos ejecutivos muestran que incluso después de analizar montones de datos, la información no les dice qué hacer; ahí es donde la intuición es una guía. Las personas suelen citar criterios de apariencia racional para sus acciones y no revelan las preferencias subjetivas de los sentimientos que surgen espontáneamente.

 

¿Mi intuición siempre es correcta?

Los expertos encuentran que la intuición, sin importar cuán bien se sienta, es más confiable en algunas áreas de actividad que en otras. Por ejemplo, puede ayudar a generar nuevas ideas o nuevas retóricas, pero no cuentes con ella para comprender el vocabulario, donde el pensamiento reflexivo se ajusta mejor a la tarea o para juzgar a los candidatos para un trabajo. Realmente muchas situaciones utilizan una combinación de deliberación reflexiva intencional e intuición automática.

 

Lecturas esenciales