La intuición es una forma de conocimiento que aparece en la conciencia sin una deliberación obvia. No es mágica, sino más bien una facultad en la que las corazonadas son generadas por la mente inconsciente que tamiza rápidamente a través de la experiencia pasada y el conocimiento acumulativo.
A menudo se le conoce como "instinto", la intuición tiende a surgir de manera holística y rápida, sin conocimiento del procesamiento mental subyacente de la información. Los científicos han demostrado repetidamente cómo la información puede registrarse en el cerebro sin una reflexión consciente e influir positivamente en la toma de decisiones y otros comportamientos.
Los psicólogos creen que la intuición se basa en los poderes de coincidencia de patrones, ya que la mente peina la experiencia almacenada en la memoria a largo plazo de situaciones similares y presenta juicios hechos en ese momento basados en ellas. El procesamiento automático de la información que subyace a la intuición se puede ver en el fenómeno cotidiano conocido como "hipnosis de carretera", que ocurre cuando un conductor viaja por kilómetros sin tener un pensamiento consciente sobre la actividad de conducir el automóvil.
La intuición a menudo se conoce como "instinto", ya que parece surgir completamente formado a partir de una parte profunda de nosotros. De hecho, es el producto del procesamiento cerebral que compara automáticamente los elementos rápidamente percibidos de la experiencia actual con la experiencia y el conocimiento pasados, y se entregan a la conciencia con considerable certeza emocional.
La intuición, al igual que las primeras impresiones, sirve a la necesidad del cerebro de predecir y prepararse para lo que sucederá después. Las primeras impresiones son evaluaciones rápidas y holísticas de las personas basadas en señales perceptivas sutiles y en el juicio de sus intenciones de ayudar o dañar. Ambos se basan en procesos automáticos y, como sistemas de evaluación rápida, ambos están sujetos a errores, especialmente por los sesgos que tenemos.
Debido a que la supervivencia humana depende de evitar el peligro, nuestro aparato mental está cableado para ser especialmente sensible a las señales de peligro y registrarlas antes de que podamos reconocerlas y actuar sobre ellas. Ese conocimiento es un producto del sesgo de negatividad incorporado en el cerebro y puede sentirse intuitivo. Sin embargo, no siempre es preciso, ya que el sistema de alerta temprana se equivoca como en el caso de las falsas alarmas.
Nuestros instintos a menudo son correctos, pero tendemos a darles una certeza que no siempre merecen. Tienden a ser más precisos en algunos dominios de la experiencia que en otros, como en la formación de las primeras impresiones. La intuición también suele ser valiosa para detectar el engaño y otras formas de peligro, y para detectar la orientación sexual.
Los instintos tienen su valor en la toma de decisiones complejas. Los estudios de altos ejecutivos muestran que incluso después de analizar montones de datos, la información no les dice qué hacer; ahí es donde la intuición es una guía. Las personas suelen citar criterios de apariencia racional para sus acciones y no revelan las preferencias subjetivas de los sentimientos que surgen espontáneamente.
Los expertos encuentran que la intuición, sin importar cuán bien se sienta, es más confiable en algunas áreas de actividad que en otras. Por ejemplo, puede ayudar a generar nuevas ideas o nuevas retóricas, pero no cuentes con ella para comprender el vocabulario, donde el pensamiento reflexivo se ajusta mejor a la tarea o para juzgar a los candidatos para un trabajo. Realmente muchas situaciones utilizan una combinación de deliberación reflexiva intencional e intuición automática.
La intuición es un estilo de pensamiento, y las personas difieren en el grado en que confían en la reflexión intencional por un lado y en el conocimiento automático por el otro. Además, las personas difieren en una faceta específica de la capacidad intuitiva, a saber, el aprendizaje implícito, o la capacidad de tomar información compleja sin ser conscientes de haberla aprendido. También, algunas personas tienen más experiencia y conocimientos almacenados en su base de datos de memoria contra el que pueden igualar percepciones actuales.
El aprendizaje se basa en la entrada y recuperación de memoria, y aunque los mecanismos de la memoria operan fuera de la mente consciente, la mayoría de las veces se necesita un esfuerzo deliberado para adquirir la información que se almacenará en la memoria. De hecho, la intuición no es una buena guía para saber qué tan bien estás aprendiendo algo. La intuición sugiere que pasar largos períodos de estudio o práctica so
Es posible perfeccionar tus poderes de intuición. Hasta cierto punto, la intuición se deriva de la experiencia, que se basa en el conocimiento tácito. Fortalecer la intuición requiere hacer uso de la retroalimentación, comparando los resultados de situaciones de la vida real con las decisiones intuitivas que tomaste, Aun así, ser altamente intuitivo en un dominio de la experiencia no garantiza la fiabilidad en todas las áreas.