El racismo cobra un precio a largo plazo en la salud mental y física de sus víctimas. Un nuevo estudio profundiza para revelar cómo los cambios específicos en el cerebro juegan un papel en estos efectos.
El racismo cobra un precio a largo plazo en la salud mental y física de sus víctimas. Un nuevo estudio profundiza para revelar cómo los cambios específicos en el cerebro juegan un papel en estos efectos.