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Los puntos clave
- Nadie puede mejorar efectivamente en nada sin una forma de medir y verificar el progreso.
- Para tener éxito como buscador de la felicidad, debes saber lo feliz que eres y cuánto más feliz quieres ser.
- El Cuestionario Edo es una nueva herramienta para medir la felicidad, tanto objetiva como subjetivamente.
Imagínate inscribirte en una clase de acondicionamiento físico y, como todos los demás estudiantes, has comenzado rápidamente los ejercicios diarios según las instrucciones del entrenador. Sin embargo, no tienes idea de cuánto pesas actualmente en libras o kilogramos, lo que genera la pregunta razonable: ¿Cuál es tu peso corporal objetivo?
Saber cuánto pesas actualmente y tener en mente un peso objetivo preferido es necesario para que tu determinación, resiliencia y perseverancia evolucionen e importen, a medida que buscas condición física.
Del mismo modo, imagina que estás persiguiendo la felicidad, esforzándote día y noche por ser más feliz, pero no tienes idea de lo feliz que eres actualmente. Una pregunta muy razonable es: ¿Cuándo y cómo sabrás que eres "más feliz" y cómo sería ser "más feliz de que..."?
Al igual que en la búsqueda de condición física, el sentido común sugiere fuertemente que antes de comenzar cualquier nuevo esfuerzo, debes autoevaluarte para saber dónde te encuentras actualmente y dónde te gustaría estar. Por lo tanto, es imprescindible realizar una prueba previa y una prueba posterior de felicidad, ya que nadie puede mejorar efectivamente en nada sin una forma de medir, cuantificar y verificar el progreso.
El Cuestionario Edo, nuestra herramienta para medir la felicidad, también conocida como la Escala PISA, ahora está disponible para que la usen quienes buscan la felicidad, defensores de la felicidad, entrenadores, investigadores, directores de recursos humanos y funcionarios de bienestar (Obayuwana, 2024).
El Cuestionario Edo
El Cuestionario Edo (o Escala PISA) es una herramienta de autoevaluación de 12 ítems para medir la felicidad. Puede diferenciar e identificar individuos felices, infelices, muy felices, languideciendo o floreciendo en cualquier cohorte determinada. Es una herramienta perfecta para calificar la felicidad con cualquier propósito o razón, cuando y donde se desee una medición precisa de la felicidad. Es particularmente adecuada para realizar pruebas y volver a realizar pruebas al monitorear el progreso o confirmar mejoras. Es breve y precisa, fácil de administrar y calificar, sin problemas de sesgo de deseabilidad social.
Su unidad de medida es PHI (o Personal Happiness Index por sus siglas en inglés), que oscila entre 0.125 en el extremo languideciente de la escala y 8.0 en el extremo floreciente de la escala. El cuestionario tiene buena consistencia interna con un valor alfa de 0.88. El índice de validez de contenido es de 0.85, y se utilizan cinco PYMES para calcular el CVR. La confiabilidad del Test-retest es de 0.95
¿Por qué conocer tu PHI?
El PHI es una verdadera medida de tu bienestar, objetivamente determinada y subjetivamente verificable. Es muy parecido a pesarte, determinar tu altura o tomarte la presión arterial y la temperatura, realizadas objetivamente por ti mismo, utilizando la herramienta adecuada.
Para todos los adultos, ya sean campesinos o millonarios, rurales o urbanos, e independientemente de su edad, género, idioma, cultura, geografía, ingreso anual o PIB nacional, el PHI es una forma válida de saber objetivamente cuándo eres "más feliz" y también, cuánto "más feliz que..." El siguiente informe de caso es muy ilustrativo.
El Informe del caso de AJ
AJ era una mujer de cuarenta y tres años que era subdirectora de una escuela secundaria. Ella asistió a una de mis presentaciones y posteriormente me solicitó en privado servicios de coaching de felicidad uno a uno.
Durante la segunda etapa de nuestras sesiones individuales de coaching de felicidad, se calculó que su PHI era 0.932, que se encuentra en la zona" infeliz". En la cuarta etapa de nuestras sesiones de coaching, se diseñó un PDR personalizado (o rutina diaria personal por sus siglas en inglés) que era exclusivo de sus circunstancias y se le dio para que lo actualizara. AJ regresaría después de seis semanas de realizar y actualizar su PDR. En lugar de seis semanas, apareció tres meses después con abundantes disculpas por su tardanza. Cuando se le volvió a hacer la prueba, tenía un PHI de 2.314, un progreso muy impresionante. Pasó de la Zona C "infeliz" directamente a la Zona A "muy feliz", superando la Zona B "feliz".
Ese fue un progreso inusual, pero muy bienvenido. Mientras me maravillaba en silencio de la efectividad de la coach de felicidad en la que me había convertido, AJ sonrió ampliamente y dijo que tenía buenas noticias para compartir: "Me han ascendido al rango de directora, ¿y adivina qué? También tengo un compromiso de boda", mientras mostraba un anillo de diamantes en su dedo. En ese momento, me di cuenta de por qué había tardado tres meses en regresar a la quinta etapa de nuestra relación cliente-coach en lugar de seis semanas. También me di cuenta de que su impresionante aumento en PHI podría tener muy poco que ver con la eficacia de mi entrenamiento.
Aunque sigue siendo cuestionable cuán importante fui realmente, como coach, en el progreso de AJ; el Cuestionario Edo capturó con mucha precisión su progreso. Sin el uso del cuestionario Edo, no había forma de cuantificar de manera objetiva y precisa el progreso que había logrado.
¿Para quién es el cuestionario Edo?
Sin excepciones, todos queremos ser más felices y se nos recomiendan innumerables métodos y ejercicios que promueven la felicidad, pero sin ninguna herramienta probada para verificar objetivamente el progreso.
Por lo tanto, se recomienda el uso del Cuestionario Edo por parte de buscadores de felicidad, coaches de felicidad, psicólogos investigadores, directores de felicidad, directores de servicios humanos (o recursos), defensores de la felicidad y aquellos responsables políticos que están directa o indirectamente involucrados en el "negocio" de la felicidad.
A version of this article originally appeared in English.
