Por qué tus preferencias románticas podrían sorprenderte

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Una variedad de investigaciones muestra que nuestras preferencias declaradas de pareja y nuestras elecciones reales de pareja a menudo no coinciden entre sí (Eastwick et al., 2011; Fugère et al., 2023; Kurzban y Weeden, 2005; Luo y Zhang, 2009).

Por ejemplo, mis colegas y yo descubrimos que, aunque las mujeres afirmaban que preferían a los hombres ambiciosos e inteligentes a los hombres físicamente atractivos, esas mujeres también tenían más probabilidades de elegir al hombre más atractivo (en lugar del hombre ambicioso e inteligente) como la mejor pareja a largo plazo. Del mismo modo, Kurzban y Weeden descubrieron que, aunque las personas que se involucraban en citas rápidas calificaban la educación y la amabilidad como más importantes que las características físicas, era más probable que esas personas eligieran citas futuras que fueran físicamente atractivas en lugar de educadas o amables.

Una razón por la que nuestras preferencias autoinformadas pueden no coincidir con los rasgos de nuestras parejas elegidas es que la atracción está fuertemente influenciada por factores subconscientes o inconscientes. Así como podemos subestimar la importancia del atractivo físico para nuestras elecciones de pareja, podemos desconocer algunos de las otras fuertes influencias que impulsan nuestra atracción hacia los demás.

Cuando los investigadores les preguntan a las personas qué atributos son los más deseables en una pareja a largo plazo, los encuestados tienden a decir que rasgos como la amabilidad, la inteligencia y el buen sentido del humor son esenciales en una pareja (Lippa, 2007). Aunque los investigadores Conroy-Beam y Buss (2016) encontraron evidencia de que nuestras preferencias de pareja impulsan nuestras elecciones de pareja, también explican por qué podríamos elegir parejas que carecen de esos rasgos "esenciales".

Primero, a pesar del número aparentemente interminable de parejas potenciales que podríamos encontrar en las plataformas de citas en línea, una persona "que realmente encarne todas estas cualidades deseadas puede no existir en el grupo de apareamiento elegible". Es decir, debido a que cada pareja potencial posee un conjunto de rasgos, puede ser difícil encontrar una persona que ejemplifique todas nuestras características preferidas. Por ejemplo, podríamos encontrar a alguien que sea amable e inteligente pero no muy divertido o alguien que sea divertido e inteligente pero no muy amable. Como afirman los autores, "cumplir con una preferencia a menudo requiere relajar otra".

En segundo lugar, "el apareamiento es un esfuerzo inherentemente competitivo: las parejas deseables siempre escasean en comparación con las que compiten por ellas". Por lo tanto, aunque alguien que es una pareja muy deseable podría tener dificultades para encontrar una pareja ideal, para la mayoría de las personas, será difícil encontrar una pareja que coincida con todos o incluso con la mayoría de nuestros ideales.

Finalmente, "cada persona no solo debe seleccionar a su pareja preferida, sino también ser seleccionada por esa pareja". Incluso si logramos encontrar una pareja que encarne todas nuestras características ideales, esa persona también tiene que estar románticamente interesada en nosotros.

Afortunadamente, a menudo es fácil estar satisfecho con una pareja que no posee todos nuestros rasgos ideales. Por ejemplo, si descubrimos que una pareja es amable e inteligente pero no divertida, tendemos a poner menos énfasis en el sentido del humor en el futuro (Fletcher et al., 2000). Del mismo modo, tendemos a poner más énfasis en los rasgos positivos que poseen nuestras parejas. Además, cuanto mejor conocemos a las parejas potenciales y más las respetamos, más atraídos nos sentimos por ellas, independientemente de los rasgos que posean (Kniffin y Wilson, 2004).

Aunque nuestras elecciones románticas pueden ser sorprendentes, y aunque nuestras parejas pueden no tener todos los rasgos que creemos que necesitamos, aún podemos encontrarnos en relaciones ideales.