Narcisismo
Los cinco tipos de personas que debes sacar de tu vida
El crítico, el narcisista, el que construye paredes y más.
6 de mayo de 2020 Revisado por Lybi Ma
Podemos leer los mejores libros de autoayuda y poseer verdadera sabiduría acerca de las relaciones, pero a muchos de nosotros todavía nos entorpece la toxicidad. Tenemos miedo de expresarnos y confrontar a aquellos que producen vibras tóxicas y nos da aún más miedo dejar una relación amorosa, amistad o trabajo debido a la toxicidad.
La toxicidad se presenta de muchas formas: algunas de sus peores expresiones aparecen en individuos que parecen agradables y resplandecientes en el exterior. Esto puede ser una ilusión, las cosas no siempre son lo que aparentan y pasa lo mismo con las personas. Las cinco caras de las relaciones tóxicas son características comunes de la personalidad, pero pueden ocultarse detrás de una persona exitosa y amable en la superficie.
Demasiado personal
La toxicidad en una relación es algo que un autor y colega mío experimentó de primera mano. lo que resultó en una pasión por comunicar acerca del tema. Ella escribió:
“Yo por mi parte tenía todas las herramientas para evitar una relación tóxica, pero luego me metí a una relación emocional y mentalmente tóxica con alguien que parecía tenerlo todo, una excelente familia, una educación prestigiosa, una carrera exitosa y una personalidad aparentemente amable. No tardé mucho tiempo en darme cuenta de que todo era una fachada. Entendí qué tan profundamente corre la toxicidad y por qué es tan importante escapar de la tortura mental y emocional cuando alguien parece ser tan 'perfecto' exteriormente.
Como dice el dicho, 'la belleza solo está en la piel'. Aprendí la importancia de reconocer las relaciones y amistades tóxicas y cómo navegar este tipo de relaciones. He aprendido a sacar a la gente negativade mi vida y a atesorar a aquellos que aportan algo positivo. Al final, me he vuelto una persona más fuerte en todos los aspectos, a pesar de que fue necesario ser arrastrada por el lodo por lo que pareció un camino interminable lleno de oscuridad."
Ya sea cortando los lazos con una amistad, pareja romántica, familiar o colaborador, la mayoría de nosotros podemos identificarnos con la sensación de ahogarnos debido a un individuo tóxico. Por supuesto, hay muchas más que cinco facetas en las relaciones tóxicas, pero las que describo a continuación están entre las más comunes. Estas facetas pueden superponerse y es posible que dos o más ocurran de manera simultánea. Si nos damos cuenta que estamos en una relación que posee cualquiera de estas características, tal vez sea buena idea dedicaralgo de tiempo a reflexionar cómo nos sentimos realmente cuando estamos cerca de ese individuo.
1. El crítico
¿Suena familiar una relación en la que uno se siente juzgado y criticado todo el tiempo? Las críticas son distintas a los consejos, y es importante entender la diferencia. Consideremos el hábito de llegar tarde: puede afectar nuestras relaciones personales y profesionales, y la mayoría de nosotros lo consideramos un hábito negativo. Pero todos tenemos problemas personales que resolver y todos cometemos errores.
Ahora imaginemos que llegamos 15 minutos tarde a una cena sin avisarle a la otra persona. Esa persona está visiblemente molesta y, en lugar de preguntar por qué llegamos tarde y qué pasó, automáticamente empieza a insultarnos: "Siempre llegas tarde y nunca tienes consideración por los demás. He estado aquí sentada por quince minutos esperándote y, pase lo que pase, no pareces ser capaz de llegar a tiempo."
Este es un ejemplo perfecto de crítica, esta pareja es capaz de criticar cada uno de nuestros movimientos: "¿Te vas a poner eso?" "¿Por qué nunca...?" "¿Qué pasa contigo?" La lista sigue y sigue. Nos sentimos menos y creemos que nunca podremos hacer nada bien, sin importar cuanto nos esforcemos.
Ahora imaginemos que llegamos tarde a una cena sin avisarle a la otra persona. La otra persona está visiblemente molesta pero en lugar de arremeter, la otra persona nos pregunta sobre el patrón. "Me he dado cuenta de que llegas tarde muy seguido, ¿hay alguna razón? ¿Alguien más ha notado esta tendencia?" Este es un individuo intentando entender por qué ocurre este patrón dañino. En lugar de culpar a su pareja, esta persona culpa a la acción.
Un crítico puede traerle mucha toxicidad a una relación. Puede que un crítico nunca use insultos, pero probablemente insultará nuestras creencias, aspecto y pensamientos constantemente, esto suele pasar porque tiene baja autoestima y quiere tener el control. En lugar de intentar hacer sugerencias para mejorar nuestros malos hábitos, se aferra a cualquier excusa para reprochar estos hábitos y entorpecernos personalmente.
El crítico critica a la persona en lugar de al comportamiento. La experiencia más perjudicial que puede tener una persona es cuando un padre le dice: "Eres una niña/niño mala/malo", en lugar de decirle, "Hiciste algo malo".
2. El agresor pasivo
La agresión pasiva es la expresión pasiva del enojo. Algunos ejemplos comunes son dejarnos esperando continuamente o hacer que lleguemos tarde a una cita. Todos conocemos a alguien pasivo-agresivo. Nunca sabemos qué mensaje está intentando expresar una persona así. Se suele sentir como si tuviéramos que cuidarnos de absolutamente todo cuando estamos con una persona pasivo-agresiva. Negación de sentimientos, sarcasmo y groserías disfrazadas de halagos son todos ejemplos de una actitud pasivo-agresiva.
Imaginemos que hicimos algo para molestar a nuestra pareja, pero no sabemos exactamente qué fue. Le preguntamos qué nos molesta para evitar molestar a nuestra pareja en el futuro. Sin embargo, la otra persona no nos dirá qué le molestó, en su lugar, responde, "estoy bien" o "no me enojé", mientras se aleja de nosotros. Esto nos pone a preguntarnos una y otra vez qué está pensando esta persona y por qué no para de enviarnos mensajes ocultos. Tal vez pasemos horas intentando leerle la mente a la persona mientras retrocedemos paso a paso todo lo que hicimos o dijimos en el día.
Si alguien es incapaz de comunicarse de manera directa, usa el sarcasmo como mecanismo de defensa, envía mensajes mezclados o actúa como si nada malo estuviera pasando, a pesar de que exhibe emociones negativas, probablemente estamos lidiando con un agresor pasivo.
3. El narcisista
El narcisista actúa como si fuera un regalo de parte de los dioses para el universo, lo sabe todo, es mejor en todo y no teme decírselo al mundo. Sin importar que tan inteligentes o experimentados seamos, nunca estaremos a la altura de esta persona. El narcisismo se considera un desorden de la personalidad y es tóxico. Un narcisista se pone sobre un pedestal desde el que mira a todos los demás como inferiores. Probablemente nos haga sentir como que estamos compitiendo con esta persona en cada situación. Los narcisistas suelen oponerse a encontrar el punto medio, carecen de empatía y entendimiento y quieren ser el centro de atención. Suelen arruinar ocasiones especiales, como un cumpleaños o un hito en la carrera profesional de alguien más, porque necesitan ser halagados constantemente, incluso cuando es el momento de brillar de alguien más. En realidad, un narcisista se odia a sí mismo. Los narcisistas se ofenden muy fácilmente, lo que provoca ira y odio porque su autoestima es casi nulo. Los narcisistas están dispuestos a destruir todo y a todos a su alrededor si se sienten heridos o rechazados.
4. El constructor de muros
Construir un muro se refiere a la acto de rehusar cualquier tipo de comunicación para evadir un problema. La mayoría conocemos a alguien así: una persona que se niega a participar en conversaciones o compartir sus sentimientos cuando surgen asuntos importantes. Esto suele hacer que la otra persona se sienta insignificante o indigna de una comunicación honesta. Quienes lo llevan a cabo suelen proyectar frialdad y se niegan a admitir que hay un problema, pero no querer comunicarse crea sentimientos negativos y barreras que dificultan prolongar una relación difícil. Además, puede generarnos sentimientos de culpa y resentimiento. Si intentamos comunicarnos con una persona que conocemos bien y se rehúsa a ser honesta y abierta con nosotros, tal vez deberíamos reconsiderar nuestros motivos para permanecer en esa relación en primer lugar.
Al no recibir respuesta a nuestras preguntas, nos sentimos frustrados y enojados por la falta de comunicación y porque la otra persona no participa en el discurso interpersonal que esperaríamos.
5. La personalidad antisocial
El Desorden de Personalidad Antisocial (DPAS) está definido dentro del Manual Estadístico y de Diagnóstico de Enfermedades Mentales e incluye características de sociopatía (que se considera como resultado de condiciones sociales como abuso en la infancia y caracterizado por comportamientos explosivos y a veces violentos, pero presumiblemente con la capacidad de empatía y remordimiento) y psicopatía (no sentir remordimiento o empatía, sacar ventaja legalmente de otras personas, y estar frecuentemente involucrado con fraude u otros crímenes de cuello blanco con diversas motivaciones incluyendo venganza y codicia).
Todos tenemos tendencias hacia varias características de la personalidad, lo que probablemente es la razón por la que el público en general es tan fácilmente seducido por esas personas: nos vemos reflejados, al menos en parte, en el comportamiento de la gente con DPAS. También perdonamos e incluso recibimos a la gente con DPAS de la misma manera en la que nosotros mismos hemos sido perdonados y recibidos (un principio de las religiones judeocristianas). Sin embargo, los psicópatas son camaleones psicológicos que actúan a la perfección el papel emocional requerido para manipular cada situación e interacción y obtener dinero, sexo, poder, ego, gratificación, etc. Son tan hábiles en ello que sus víctimas no se dan cuenta de lo que está pasando. Este comportamiento psicológicamente predatorio solamente puede prevenirse mediante una investigación diestra del historial de dolor y sufrimiento que el individuo ha dejado atrás. No es de sorprender que la mayoría de la gente no lo cree y descarta la evidencia hasta que es demasiado tarde. El "amor" de un psicópata es principalmente una necesidad de control, adulación y poder que se ocultan detrás de la portada de su libro.
A version of this article originally appeared in English.