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Verificado por Psychology Today

Stephen Gallagher Ph.D.
Stephen Gallagher Ph.D.
Ansiedad

La inseguridad laboral es tóxica para la salud

El empleo precario, al igual que el desempleo, daña la salud.

Los puntos clave

  • La inseguridad laboral está en aumento.
  • El empleo en conciertos debe venir con una advertencia de salud.
  • Las personas desempleadas tienen un mayor riesgo biológico para la salud en comparación con las que están empleadas. 
  • Las personas con mayor precariedad laboral tienen el mismo riesgo biológico para la salud que las personas desempleadas. 
Source: @Khz. megapixel
Contratos de empleo
Source: @Khz. megapixel

La inseguridad laboral está en aumento, con muchos trabajos vinculados a contratos a corto plazo, trabajo independiente y la economía de trabajar por proyecto, incluidos los contratos de cero horas. Este tipo de trabajos pueden ser mejores que estar desempleados, pero sin garantías de ingresos, vacaciones o pago por enfermedad, pueden ser muy estresantes. De hecho, no es difícil ver cómo las condiciones de trabajo precarias que ofrecen pueden ser perjudiciales para la salud: si uno tiene que preocuparse excesivamente por el cheque de pago o el próximo contrato, o no puede planificar para el futuro, es probable que las personas en estos puestos experimenten una gran angustia.

Hay una investigación relevante sobre las implicaciones biológicas para la salud de tal inseguridad laboral en la que estuve involucrado hace unos años. Este trabajo fue dirigido por la Dra. Rachel Sumner y su colegas cuando trabajaba en la Universidad de Gloucestershire en el Reino Unido.

¿Qué examinó y encontró esta investigación?

En resumen, esta investigación quería ampliar el trabajo que demuestra que el desempleo es tóxico para la salud. Investigaciones anteriores habían encontrado que estar desempleado, en comparación con estar empleado, es más dañino biológica, física y mentalmente para la salud. En este trabajo, argumentamos que la precariedad laboral es igualmente tóxica para la salud biológica.

Para probar esto, utilizamos el conjunto de datos Understanding Society de Reino Unido, donde seleccionamos individuos en función de su situación laboral (desempleados, empleados a tiempo completo, autónomos y empleados temporales) para ver si diferían en los niveles de citocinas inflamatorias, tales como proteína C reactiva y fibrinógeno. Estas citocinas son algunos de los mecanismos biológicos probables detrás de la asociación entre el desempleo y la enfermedad cardíaca.

Si bien no hubo diferencias grupales para la proteína C reactiva, encontramos que los desempleados tenían niveles más altos de fibrinógeno en comparación con los que estaban empleados, lo que los ponía en desventaja de salud. Sin embargo, cuando profundizamos en los datos, encontramos que el nivel de fibrinógeno en aquellos con contratos precarios (contratos a tiempo parcial/temporales) era similar al observado en el grupo de desempleados, lo que implica que, a pesar de tener mayores ingresos, tenían el mismo riesgo biológico para la salud que los desempleados.

¿Qué tiene de importante esta investigación?

Es importante por varias razones. Uno, anteriormente se suponía que el empleo protegía la salud. Pero este estudio desafía el dogma e implica que no todo el empleo confiere una ventaja para la salud. En particular, encontramos que el empleo precario es tóxico para la salud. En segundo lugar, dado el aumento de la inseguridad laboral, los responsables de la formulación de políticas y los empleadores deben abogar por mejores condiciones de trabajo, leyes más estrictas y apoyo para quienes se encuentran en tales situaciones.

A version of this article originally appeared in English.

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