Terapia cognitivo conductual
El punto de vista de un psicólogo sobre escapar de la Cueva de Platón
Por qué esto nos importa a todos.
14 de noviembre de 2023 Revisado por Monica Vilhauer Ph.D.
Los puntos clave
- La famosa alegoría de la Cueva de Platón nos enseña sobre confundir la percepción con la realidad.
- Nos volvemos prisioneros de una cueva de nuestra creación confundiendo nuestra perspectiva con la verdad.
- Al cambiar de perspectiva, podemos escapar de la cueva para ver otras realidades posibles.
Es posible que hayas aprendido sobre la alegoría de la Cueva de Platón en tu curso de introducción a la filosofía en la universidad. Quizás recuerdes las generalidades, pero déjame profundizar en los detalles y explicar por qué todavía importa unos 2,400 años después. Mi opinión refleja mi perspectiva como psicólogo activo y lo que creo que nos enseña sobre confundir la percepción con la realidad.
En La República, Platón cuenta la historia de un grupo de hombres encarcelados en una cueva. Los hombres están encadenados a la pared de la cueva y sus cabezas y cuellos están atados de tal manera que solo pueden mirar de frente a la pared en blanco de la cueva. No pueden darse la vuelta ni siquiera ver a los otros prisioneros encadenados. Detrás de ellos hay un fuego que arroja luz sobre la pared. En ocasiones, los presos ven sombras en la pared proyectadas por objetos que pasan detrás de ellos frente al fuego. Para estos hombres, las sombras son la realidad. Los hombres también escuchan sonidos que resuenan en la cueva, creyendo que provienen de las sombras.
Los prisioneros en la cueva no pueden concebir ninguna realidad más allá de lo que perciben, por lo que son prisioneros no solo porque están físicamente atados, sino porque están limitados por sus experiencias sensoriales. Algunos de los hombres son liberados y ascienden fuera de la cueva, donde quedan expuestos al brillo del sol. Al principio, los prisioneros liberados quedan cegados por el sol, pero a medida que recuperan la vista, ven objetos reales en el mundo de la luz por primera vez. Cuando regresa a la cueva oscura, el prisionero liberado no puede ver en la oscuridad, lo que lleva a los prisioneros restantes a creer que a su compañero de prisión le robaron los ojos al salir de la cueva y que cualquiera que intente obligarlos a salir debería ser ejecutado.
Para Platón, todos somos prisioneros de una cueva de nuestra propia creación cuando confundimos la verdad con impresiones sensoriales del mundo que nos rodea. La verdad está más allá de lo que podemos percibir a través de nuestros sentidos. Como ejemplo cotidiano, imagínate parado en la orilla del océano y mirando hacia el horizonte. El océano aparece como una extensión plana hasta donde alcanza la vista. Guiado solo por tus sentidos, podrías concluir que la Tierra realmente debe ser plana. Como los prisioneros de la cueva de Platón, podrías confundir la mera apariencia con la verdad.
Los filósofos continúan debatiendo el significado de la alegoría de la cueva de Platón. Como psicólogo, tomo la alegoría de la cueva de Platón como un ejemplo de cómo nos convertimos en prisioneros de nuestras propias perspectivas al crear una falsa sensación de realidad basada en cómo percibimos el mundo y le damos sentido. En películas populares como Matrix y El Show de Truman, esta idea toma una forma ficticia en la que los personajes asumen que lo que perciben y experimentan en su vida cotidiana es real, cuando en realidad es simplemente una ilusión.
En mi práctica terapéutica, veo cómo las perspectivas que los pacientes añaden a sus experiencias de vida limitan su campo de visión, lo que les dificulta ver las cosas desde un ángulo o punto de vista diferente. Gran parte de nuestro trabajo en terapia se enfoca en liberar la mente de una "cueva" creada por uno mismo al salirse de la forma habitual de construir la realidad y probar perspectivas alternativas. Permíteme ofrecer tres sugerencias rápidas para cambiar las perspectivas que he encontrado útiles en la práctica clínica:
- Saliendo de la "Cueva". Un cambio de perspectiva implica imaginar que estás ayudando a un amigo que está experimentando un problema similar al tuyo. Salir de ti mismo dando consejos a otra persona puede ayudarte a ver cuán limitado o incluso distorsionado puede ser tu pensamiento sobre tu situación. Por ejemplo, podrías estar sintiéndote miserable al juzgar tu comportamiento con más dureza de lo que lo harías con un comportamiento similar de un amigo.
- Inversión de roles. Intenta ver las cosas desde la perspectiva de otra persona. Por ejemplo, invierte los roles imaginando lo que un amigo podría decirte sobre tu problema. Esto puede ayudarte a ver tu problema bajo una nueva luz.
- Uso de la proyección del tiempo para cambiar tu perspectiva. También puedes cambiar de perspectiva usando tu imaginación para proyectarte en el tiempo. Imagínate veinte o treinta años en el futuro, mirando hacia atrás en tu vida, recordando un evento en particular que parecía tan preocupante en un momento anterior. Con el beneficio de la retrospectiva y la sabiduría que conlleva la edad y la experiencia, ¿qué podría decirte tu yo mayor a tu yo más joven sobre esta experiencia preocupante? ¿Qué nueva perspectiva puedes imaginar que conduzca a una interpretación diferente de los eventos?
La famosa alegoría de la Cueva de Platón todavía importa porque todos podemos convertirnos en habitantes ignorantes de las cavernas cuando asumimos que la única realidad posible es lo que vemos frente a nuestros ojos o concebimos en nuestras mentes. Creer que la realidad debe ser como parece es similar a tratar las sombras como realidad. Para escapar de esta "cueva" de nuestra propia creación, necesitamos mirar al mundo y a nosotros mismos desde una nueva perspectiva. Es posible que no podamos controlar mucho en la vida (el estado del mundo, la economía, los Jets ganando el Super Bowl), pero podemos controlar cómo respondemos a los eventos de la vida y las perspectivas que aportamos a estas experiencias. Muchas de las otras publicaciones de este blog ofrecen sugerencias para cambiar de opinión de maneras que conduzcan a cambios de perspectiva.
(c) 2023 Jeffrey S. Nevid
A version of this article originally appeared in English.