El impacto del omega 3 en la salud mental

El uno por ciento de la población mundial tiene esquizofrenia. Al menos 54 genes diferentes con mutaciones espontáneas pueden hacer que alguien sea vulnerable a la esquizofrenia; luego, una variedad de factores ambientales actúan sobre esta vulnerabilidad para iniciar los síntomas. La esquizofrenia se caracteriza por una serie constante de síntomas que no todos los pacientes expresan.

La mayoría de los pacientes experimentan una fase prodrómica, que es un período entre la aparición de los síntomas iniciales y el desarrollo completo del trastorno, donde muestran síntomas psicóticos no específicos. Esta fase de transición de síntomas modestos a síntomas mayores es de interés para los neurocientíficos porque podría ofrecer una oportunidad para una intervención terapéutica que podría prevenir la transición a un trastorno psicótico. Estos individuos se definen como de alto riesgo clínico (ARS); tienen un riesgo del 22% de desarrollar psicosis en el primer año después de su diagnóstico inicial.

Además de una variedad de mutaciones genéticas que predisponen a alguien a la esquizofrenia, una cantidad considerable de evidencia sugiere que la inflamación y el estrés oxidativo juegan un papel fundamental durante las primeras etapas del trastorno. La evidencia es tan convincente que muchos de los mejores modelos animales de esquizofrenia se centran en el papel de la inflamación.

Los medicamentos antipsicóticos actuales que afectan la función de la dopamina son inadecuados para tratar los síntomas negativos y cognitivos y tienen efectos secundarios graves y desagradables que desalientan a los pacientes a tomar sus medicamentos. Necesitamos mejores medicamentos e intervenciones que puedan retrasar o prevenir el desarrollo de la psicosis. Algunos estudios recientes han investigado intervenciones dietéticas que podrían defenderse contra la inflamación o el estrés oxidativo.

Investigando los beneficios clínicos de los ácidos grasos omega 3

La atención se ha centrado en los beneficios para la salud de los ácidos grasos omega-3 en la dieta. Hay dos ácidos grasos omega-3 importantes: el ácido docosahexaenoico y el ácido eicosapentaenoico. Ayudan a organizar y luego resolver nuestra respuesta inflamatoria al regular los niveles de proteínas inflamatorias.

Se ha considerado intervenir en la etapa prodrómica con ácidos grasos omega-3 en la dieta, sin embargo, los pocos estudios iniciales no produjeron beneficios clínicos significativos.

Un estudio reciente investigó los beneficios clínicos de los ácidos grasos omega-3 en un gran grupo de pacientes de alto riesgo clínico. La intención era prevenir la aparición de psicosis en participantes de alto riesgo que tenían poca o ninguna exposición a medicamentos antipsicóticos que pudieran alterar el nivel de proteínas inflamatorias. Los pacientes con CHR tenían niveles elevados de proteínas inflamatorias en la sangre antes de comenzar la dieta que contenía ácidos grasos omega-3.

Seis y doce meses después de iniciar la dieta rica en ácidos grasos omega-3, los niveles plasmáticos de proteínas inflamatorias disminuyeron significativamente. Este resultado fue similar al de otros estudios que han demostrado los efectos antiinflamatorios de los ácidos grasos omega-3 en pacientes con trastornos neurodegenerativos, trastornos cerebrovasculares isquémicos y trastornos psiquiátricos como la depresión y el trastorno bipolar. Sin embargo, a pesar de la reducción de los biomarcadores sanguíneos de inflamación, los pacientes no demostraron beneficios clínicos significativos. Las dietas altas en ácidos grasos omega-3 generalmente son beneficiosas; desafortunadamente, no son capaces de alterar la progresión de los síntomas psicóticos durante la fase prodrómica.