Identidad
'Ahora sí puedes confiar en mí': el impacto de una confesión en la credibilidad
El vínculo entre declarar crecimiento personal y denunciar comportamientos pasados.
17 de julio de 2024 Revisado por Jessica Schrader
Los puntos clave
- Reflexionar sobre el cambio de identidad afecta la disposición a confesar malas conductas pasadas.
- Comunicar el cambio de identidad aumenta la probabilidad de confesión.
- La prueba auténtica del cambio de identidad es una vida cambiada.
Cualquiera que se haya hecho amigo, haya salido o haya trabajado con alguien que esté dispuesto a admitir un comportamiento deshonesto en el pasado está familiarizado con la cuestión de cómo un pasado accidentado confesado predecirá el futuro. Sin embargo, esta pregunta se interpreta de manera diferente dentro de diferentes tipos de relaciones. Un nuevo interés romántico que supuestamente se arrepiente de una infidelidad pasada puede ser visto como particularmente digno de confianza, especialmente a través de lentes color de rosa. Pero en un entorno profesional, bajo una perspectiva más dura, un empleador puede no ser tan rápido en descartar transgresiones o fallos éticos pasados admitidos.
Quizás la cuestión de si un tigre realmente cambia sus rayas sea cuestión de tiempo. Pero según las investigaciones, nuestra percepción de si un delincuente anterior realmente ha cambiado su identidad personal depende de ser honesto acerca del pasado.
La verdad te hará libre: cómo una confesión mejora la credibilidad
Beth Anne Helgason y Jonathan Zev Berman (2022) estudiaron cómo reflexionar sobre el cambio de identidad afecta la voluntad de confesar malas conductas pasadas. Descubrieron que dicha reflexión aumentaba la confesión y disminuía la justificación de las malas conductas pasadas, y que denunciar abiertamente las malas conductas pasadas era particularmente impactante porque comunicar públicamente el cambio de identidad aumentó la probabilidad de confesión más allá de la reflexión privada.
Helgason y Zev Berman explican cómo cortar la conexión con su yo pasado permite a las personas admitir sus fechorías y, al mismo tiempo, disminuir el miedo de que la confesión implique su carácter moral actual, lo que les permite explicar: “Pero ya no soy así”. Observan que confesar una mala conducta anterior no sólo ayuda a “corregir un error”, sino que a menudo proporciona una sensación de alivio. Pero como las personas desean ser consideradas decentes y morales tanto ante ellas mismas como ante los demás, confesar un mal comportamiento pasado puede ser riesgoso para su reputación. Esto es particularmente cierto si se tiene en cuenta que el carácter moral se considera un rasgo constante y duradero de la identidad personal.
Pero podría haber un punto medio seguro que implique admitir el cambio ante uno mismo, así como públicamente ante los demás.
Una profesión pública incita a la confesión
Helgason y Zev Berman descubrieron que incitar a las personas a reflexionar sobre el cambio personal puede facilitar la confesión y reducir la tentación de justificar fechorías pasadas, en lugar de ver las transgresiones anteriores como una señal de crecimiento personal. Descubrieron que comunicar públicamente el cambio de identidad a otras personas aumentaba las posibilidades de confesión más allá de la simple reflexión, avanzando la investigación sobre los beneficios personales y sociales de la discontinuidad de la identidad. También sugieren que comunicar el cambio de identidad puede reducir los costos reputacionales potencialmente negativos que, de otro modo, vincularían a las personas con transgresiones pasadas. Muchas personas que han limpiado sus vidas no quieren ser definidas por su pasado. Pero no siempre es tan sencillo.
Demostrar un cambio de identidad puede ser desafiante
Helgason y Zev Berman reconocen que el cambio de identidad es difícil de probar. Sin embargo, aunque algunas personas puedan sospechar, reconocen que es más probable que se crea a un transgresor del pasado que profesa un cambio cuando confiesa, en lugar de ser descubierto. Y además, cuando se trata de exposición versus divulgación, los detalles importan. La mayoría de los participantes en su estudio confesaron haber cometido delitos relativamente menores, lo que generó la pregunta de si las personas también estarían dispuestas a admitir transgresiones más graves, especialmente aquellas que implican un mayor riesgo de castigo.
La conclusión de esta investigación es tanto empírica como práctica. La prueba de una identidad cambiada es una vida cambiada. Alguien que ha dado un giro vivirá su nueva dirección positiva, dando el fruto de una nueva existencia. Observar si alguien está hablando y caminando facilitará una percepción precisa de la nueva identidad profesada.
A version of this article originally appeared in English.