7 Señales del trastorno evitativo de la personalidad

El trastorno evitativo de la personalidad (AVPD, por sus siglas en inglés) puede ser un trastorno social y relacionalmente incapacitante. Se estima que aproximadamente el 2.5% de los adultos padecen este trastorno (Lampe & Malhi, 2018) y el género no parece ser un factor predictivo.

Los síntomas de la AVPD comienzan a manifestarse en la infancia, pero el trastorno generalmente no se diagnostica hasta la edad adulta, cuando las relaciones en todos los ámbitos, desde el social hasta el ocupacional, se vuelven demasiado desafiantes para perseguirlas. Los indicadores infantiles de que el trastorno podría desarrollarse incluyen la falta de relaciones positivas y saludables con los adultos, así como la incapacidad de desarrollar amistades con sus compañeros. La timidez extrema y la renuencia a participar en la interacción social informal normal también pueden ser signos de un desarrollo posterior de AVPD. Se cree que el AVPD es el resultado de una combinación de influencias de la naturaleza y la crianza, en el sentido de que puede haber una tendencia innata a la timidez extrema, pero el entorno y las relaciones tempranas entre niños y adultos probablemente desempeñan un papel en el desarrollo real del AVPD.

Cómo se siente sufrir de AVPD

Las personas que presentan los síntomas de AVPD rara vez se contentan con su afección. Reconocen que están aisladas y que anhelan participar en relaciones saludables y mutuamente comprometidas con los demás. Los seres humanos anhelan la interacción social y se ha demostrado que los vínculos sociales predicen la salud, la longevidad y el bienestar subjetivo a lo largo de la vida. Desafortunadamente, las personas diagnosticadas con AVPD se sienten incapaces de desarrollar relaciones saludables y su sensación de insuficiencia y miedo al rechazo crean barreras para la mayoría de los intentos de establecer nuevas relaciones. La soledad y la sensación de no encajar con los demás pueden comprometer la salud emocional y física.

Sorensen et al. (2020) señalaron que las personas diagnosticadas con AVPD pueden atribuir sus comportamientos a las experiencias relacionales de la primera infancia. Ya sea que hayan sido criados por padres inadecuadamente preparados o francamente dañinos, o que hayan experimentado burlas y acoso en las escuelas, hay conciencia de los sentimientos de ser juzgados, descartados o tratados de manera diferente incluso cuando eran niños pequeños. En el momento en que se produce un diagnóstico de AVPD en la edad adulta, el marco de referencia y los patrones cognitivos de la autoevaluación negativa están profundamente arraigados y pueden ser difíciles de deshacer.

Interrupción de la carrera

Debido a las facetas aislantes de AVPD, las opciones de carrera están limitadas por este diagnóstico. Encontrar un trabajo donde haya un riesgo limitado de compromiso social es a menudo el factor más importante para determinar las aspiraciones profesionales. El mayor énfasis en la pertenencia, el trabajo en equipo y la colaboración en las industrias y los entornos de trabajo crea una paradoja para las personas con AVPD; si bien anhelan estas condiciones, su miedo al rechazo y al juicio descartan el empleo en este tipo de entorno acogedor. Las entrevistas de trabajo o los eventos de "meet-and-greet" pueden ser tan terriblemente riesgosos para estas personas que el miedo a decir lo incorrecto, usar el atuendo incorrecto o dar otros pasos en falso es paralizante y sacrifican las oportunidades de avance para evitar la amenaza de ser juzgadas como inadecuadas.

Riesgos de relación

No es sorprendente que los individuos con AVPD también puedan sufrir un trastorno de personalidad dependiente. Este trastorno refleja una malsana dependencia de otro en la medida en que el propio sentido del yo se ahoga en la necesidad de asegurar que sean aceptados y valorados por los demás. Una vez que un individuo con AVPD forma un apego mutuo con otro, su miedo al rechazo puede catapultarlo a un papel de devoción servil al otro. Por lo tanto, su miedo al rechazo los mantiene atados a una persona y disminuye la motivación para acercarse a nuevos amigos potenciales u otras personas importantes.

Desafortunadamente, las personas con AVPD malinterpretan las señales sociales, así como las emociones de los demás. Son observadores agudos de los demás y tan hipervigilantes con el comportamiento de quienes los rodean que otros en su presencia notan la incomodidad, la tensión y la "separación" de las personas con AVPD. Esto convierte sus peores temores en profecías autocumplidas; por lo tanto, crean un entorno en el que se confirma su certeza del rechazo de los demás debido a su incapacidad para sentirse cómodos y participar en entornos sociales.

Siete síntomas del Trastorno Evitativo de la Personalidad

Si bien la introversión y la extroversión se dividen de manera bastante uniforme en toda la población, alguien que es clínicamente diagnosticable con AVPD mostrará al menos cuatro de los siguientes siete síntomas (APA, 2013):

1. No participa en actividades ocupacionales que requieran una buena cantidad de contacto interpersonal debido a sus temores de ser criticado o rechazado.
2. Se niega a relacionarse con los demás a menos que se sientan seguros de que les gustarán a los demás.
3. Es impulsado por el miedo a la vergüenza y el ridículo incluso en sus relaciones íntimas, lo que limita su capacidad para estar completamente presentes y comprometidos.
4. No puede relajarse en entornos sociales debido al miedo persistente al rechazo o la desaprobación.
5. Los sentimientos de ser inadecuado o menos que los demás les impiden ser plenamente ellos mismos en nuevos entornos sociales.
6. Posee una percepción fuertemente negativa de sus habilidades sociales, personalidad y adecuación.
7. Experimenta un miedo a la vergüenza y la humillación tan fuerte que es muy reacio a correr riesgos personales o probar nuevas actividades.

Cómo obtener ayuda para el Trastorno Evitativo de la Personalidad

Con muchos trastornos de la personalidad, aquellos que cumplen con los criterios para el diagnóstico pueden no darse cuenta de que incluso tienen un problema. Los narcisistas no tienen problemas para ponerse por delante de los demás y están totalmente convencidos de su "especialidad"; las personas que acumulan posesiones no reconocen los peligros que presentan sus hogares desordenados; las personas histriónicas definitivamente creen que merecen la atención que sus comportamientos están diseñados para atraer. Sin embargo, muchas personas diagnosticadas con el trastorno evitativo de la personalidad reconocen que se están perdiendo los placeres de la conexión social y el vínculo que otros disfrutan fácilmente.

La mitigación de los síntomas puede ocurrir a través de intervenciones terapéuticas apropiadas. Centonze et al. (2021) encontraron que crear una alianza sólida entre el médico y el cliente puede ser un comienzo efectivo. Además, el uso de técnicas como imágenes guiadas y reescrituras puede ser útil para reducir las tendencias negativas de autoevaluación de estos individuos, así como para ayudarlos a replantear e interpretar con mayor precisión las emociones y los comportamientos de los demás. El tratamiento adecuado apoyará los esfuerzos de las personas para desarrollar habilidades sociales más efectivas, para leer con mayor precisión las emociones de los demás y estar más dispuestas a participar en la creación de nuevas relaciones.