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Hay una razón por la que se han compuesto numerosas canciones sobre lo difícil que es decir "lo siento". Disculparse no es fácil o natural para la mayoría de la gente, incluyéndome a mí. Con frecuencia estamos demasiado sumergidos en nuestras propias vidas y necesidades como para considerar cómo podríamos estar lastimando a los demás, ya sea intencionalmente o no. En muchas de estas instancias, una disculpa genuina no solo es necesaria, sino que puede ser lo único que podría reparar una relación que de otra forma estaría rota.
Como alguien que siempre ha batallado con ofrecer disculpas de corazón a sus seres queridos, busqué la ayuda de expertos para mejorar en decir "lo siento."
1. Reconocer nuestros errores
Según la doctora Elizabeth M. Minei, el primer paso para pedir una disculpa es explicar el error. La persona que cometió el error debe reconocer y demostrar que entiende por qué lastimó a la otra persona. La doctora explica que "el motivo de este paso es que solo decir '¡perdón!' sin comunicar que entendimos por qué nuestras palabras o acciones fueron hirientes tiene menos impacto sobre el oyente."
2. Ser sinceros.
Esto parece bastante sencillo, pero vivimos en una cultura en la que la norma entre políticos y figuras públicas son expresiones superficiales que en realidad no son una disculpa. Con frecuencia, dicen algo como, 'Lo siento si te causé daño', o "Lo lamento pero..." Según la terapeuta de Nueva York, Kimberly Hershenson, una disculpa sincera y humilde no intenta justificar lo que se hizo mal. En su lugar, "muestra que reconocemos nuestras acciones hirientes, aceptamos responsabilidad y estamos dispuestos a cambiar."
3. Pedir perdón.
Cuando pedimos perdón, le damos a la otra persona la oportunidad de reaccionar y responder. Hay que darles tiempo. Incluso si nunca logran perdonarnos, es un gesto importante que les devuelve a ellos el control. La experta en salud mental y relaciones, Keba Richmond-Green, dice "pedir perdón les da la oportunidad de tomarlo o dejarlo."
4. Una disculpa no implica ganar o perder.
En su práctica, la terapeuta familiar y matrimonial, Carolyn Cole, ha visto a demasiadas parejas que dicen que solo quieren ganar o tener razón en una pelea. Pero decir las palabras "lo siento" cuando cruzamos una línea no es lo mismo que decir, "tienes toda la razón en esta situación." En realidad, explica Cole, una disculpa simplemente significa que "valoramos la relación más que nuestro ego."
5. No culpar a la otra persona.
Este es el obstáculo que más me cuesta a mí superar en mis propias disculpas, ya que usualmente me gana el impulso dede señalar la forma en que alguien más me provocó para actuar de cierta manera. Según la terapeuta de relaciones Rhonda Milrad "decir, 'no lo habría hecho si tú no hubieras hecho esto primero', envía un mensaje de que no estamos tomando responsabilidad por nuestras acciones." En otras palabras, culpar a la otra persona básicamente invalida nuestra disculpa.
6. Estar preparados para disculparnos muchas veces.
A veces una disculpa simplemente no es suficiente. Para mostrar arrepentimiento genuino, el rabino Shlomo Slatkin recomienda pedir perdón constantemente y ofrecer garantías a nuestros seres queridos, especialmente si fueron errores graves. Dice que "disculparse y esperar que todo regrese a la normalidad porque dijimos que lo sentimos es irreal. El arrepentimiento ayudará a reducir el enojo que la otra persona probablemente está sintiendo y ayudará a reconstruir la confianza."
7. Decirles que cambiaremos.
La mayoría de nosotros estamos de acuerdo que una disculpa no significa nada si todo sigue igual después. Es por eso que es tan importante darle seguimiento con "la manera en la que planeamos cambiar nuestro comportamiento para evitar este problema en el futuro," dice el Dr. Jesse Matthews. Más importante aún, debemos cumplir con los cambios que prometemos. Es la única manera en la que la otra persona sabrá que verdaderamente estamos arrepentidos.
Pero, ¿y si no nos perdonan?
Esta es la parte más difícil. A veces, sin importar lo que hagamos o digamos no será suficiente. En su experiencia, Minei ha encontrado que "una disculpa adecuada y buen ejecutada tiene 12 veces más probabilidades de obtener el perdón del receptor". De igual forma, si nuestra disculpa no es aceptada, ella recomienda que evaluemos las razones por las que puede haber sucedido esto. Si el receptor necesita más tiempo, podemos responder con, "entiendo y no tengo problema con darte más tiempo. Me gustaría llamarte la siguiente semana, ¿está bien?"
Minei dice que es posible que a veces la gente dude en perdonarnos porque la restauración que ofrecemos no es suficiente. En ese caso, podríamos responder con, "me gustaría saber que puedo hacer para enmendar esto. ¿Podemos hacer una lluvia de ideas juntos?" Esto demuestra que estamos dispuestos a hacer lo que sea necesario para reparar el daño.
Finalmente, tal vez existan ocasiones en las que la gente directamente se rehusará a disculparnos, sin importar que tan bien intencionados o sinceros seamos. Minei sugiere que solo podemos responder exponiendo nuestro deseo de conservar la relación. Podemos decir, "entiendo que no quieres tener nada que ver conmigo, y lamento que mi error nos trajera hasta aquí, no quiero terminar con nuestra amistad y solo puedo decir que si cambias de opinión yo estoy en toda la disposición de continuar con nuestra relación." Pero después debemos dejarlos tranquilos.
Ofrecer una disculpa nunca será fácil, pero si todo sale bien, estos consejos nos ayudarán a hacerlo mejor.
A version of this article originally appeared in English.
