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Contrario a la idea errónea popular, no tienes que estar "loco", desesperado o al borde de un colapso para ir a terapia. Al mismo tiempo, la terapia no suele ser necesaria para cada pequeña lucha que la vida te presenta, especialmente si tienes un fuerte sistema de apoyo de amigos y familiares. Entonces, ¿cómo sabes cuándo es el momento de ver a un terapeuta?
La mayoría de las personas pueden beneficiarse de la terapia al menos en algún momento de sus vidas. A veces las señales son obvias, pero en otras ocasiones, algo puede sentirse un poco fuera de lugar y no se puede entender lo que es. Así que sigues adelante, tratando de mantener tu vida ocupada hasta que se establece que la vida se ha vuelto inmanejable. Antes de llegar a este punto, aquí hay cinco señales que puedes necesitar ayuda de un profesional:
1. Sentirte triste, enojado, o de otra manera “no como tú mismo”.
La tristeza, la ira o la desesperanza incontrolables pueden ser signos de un problema de salud mental que puede mejorar con el tratamiento. Si estás comiendo o durmiendo más o menos de lo habitual, te alejas de tu familia y amigos, o simplemente te sientes "desactivado", habla con alguien antes de que se desarrollen problemas serios que afecten tu calidad de vida. Si estos sentimientos se intensifican hasta el punto de que te preguntas si vale la pena vivir la vida o si tienes pensamientos de muerte o suicidio, busca ayuda de inmediato.
2. Abusar de drogas, alcohol, comida o sexo para afrontar las cosas.
Cuando recurres a una sustancia o comportamiento para ayudarte a sentirte mejor, tus habilidades de afrontamiento pueden necesitar algún ajuste fino. Si te sientes incapaz de controlar estos comportamientos o no puedes detenerte a sopesar las consecuencias negativas en tu vida, puedes estar luchando con un comportamiento adictivo o compulsivo que requiere tratamiento.
3. Has perdido a alguien o algo importante para ti.
El duelo puede ser un proceso largo y difícil de soportar sin el apoyo de un experto. Si bien no todo el mundo necesita asesoramiento durante estos tiempos, no hay vergüenza en la necesidad de un poco de ayuda para atravesar la pérdida de un ser querido, un divorcio, o ruptura significativa, o la pérdida de un trabajo, especialmente si has experimentado múltiples pérdidas en un corto período de tiempo.
4. Algo traumático ha sucedido.
Si tienes antecedentes de abuso, negligencia u otro trauma con el que no has tratado completamente, o si eres víctima de un crimen o accidente, enfermedad crónica o algún otro evento traumático, cuanto antes hables con alguien, más rápido podrás aprender formas saludables de sobrellevarlo.
5. No puedes hacer las cosas que te gustan.
¿Has dejado de hacer las actividades que normalmente disfrutas? Si es así, ¿por qué? Muchas personas encuentran que las emociones y experiencias dolorosas les impiden salir, divertirse y conocer gente nueva. Esta es una bandera roja de que algo anda mal en tu vida.
Si decides que vale la pena probar ir a terapia, esto no significa que estás iniciando toda una vida de “autoanálisis”. De hecho, un estudio de 2001 en el Journal of Counseling Psychology encontró que la mayoría de las personas se sienten mejor dentro de siete a 10 visitas. En otro estudio, publicado en 2006 en el Journal of Consulting and Clinical Psychology, el 88 por ciento de las personas que iban a terapia informaron mejoras después de solo una sesión.
Aunque una enfermedad mental grave puede requerir una intervención más intensa, la mayoría de las personas se benefician de una terapia a corto plazo y orientada a objetivos para abordar un problema específico o un conflicto interpersonal, salir de una rutina o tomar una decisión importante de la vida. La oportunidad de hablar sin censura con un profesional imparcial sin temor al juicio o repercusiones puede cambiar la vida.
Puedes obtener una gran visión de tus propios patrones y problemas. Incluso puedes tener muchas de las habilidades para manejarlas por tu cuenta. Aún así, puede haber ocasiones en las que necesites ayuda, y cuanto antes la obtengas, más rápido podrás volver a disfrutar de la vida.
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A version of this article originally appeared in English.
