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Verificado por Psychology Today

Sabiduría

5 Señales de que eres muy sabio para tu edad

Los secretos de la verdadera sabiduría se esconden de forma sorprendente a plena vista.

Amit Kumar / Unsplash
Fuente: Amit Kumar / Unsplash

Un reciente estudio publicado en Personality and Social Psychology Review propone el "modelo de sabiduría integrativa", basado en la investigación de la sabiduría. Los investigadores descubrieron que las personas sabias tienden a mostrar cualidades notables que les permiten navegar incluso en las situaciones más desafiantes con gracia.

Aquí hay cinco características de un individuo sabio, según el estudio.

1. Sed de exploración

Los investigadores descubrieron que las personas sabias buscan una comprensión más profunda de la vida y poseen una curiosidad innata que, en tiempos difíciles, se convierte en el impulso para una exploración exhaustiva, lo que les permite analizar problemas desde diversos ángulos mientras consideran los matices contextuales. En consecuencia, perciben los diferentes puntos de vista como fuentes de enriquecimiento y adoptan perspectivas diversas sin sentirse amenazadas.

Tales individuos priorizan el crecimiento personal continuo a través de la introspección y la asimilación de los conocimientos personales y experiencias compartidas de vida. La sabiduría refleja una apertura a las experiencias que expande nuestra cosmovisión y le permite a una persona profundizar incluso en las experiencias internas más complejas o incómodas para alimentar la autoconciencia.

2. Una profunda preocupación por los demás

Los individuos sabios expresan preocupación empática y se preocupan genuinamente por el bienestar de los demás.

Los investigadores escriben: "La voluntad y la capacidad de identificar con precisión las emociones de los demás y sentir simpatía por ellas les da a las personas acceso a información relevante sobre la situación y las personas involucradas".

Esto les permite responder de manera efectiva en casi cualquier situación.

La sabiduría también implica una "orientación al bien común", que trasciende los intereses personales para lograr un bien social más amplio. Las personas sabias buscan constantemente soluciones a problemas que aseguren resultados equitativos para todas las partes involucradas. Su altruismo se extiende más allá de apoyar a sus círculos inmediatos, reflejando compasión y preocupación ética por la humanidad en general.

La investigación muestra que cuando uno puede descentrar su perspectiva, mantener espacio para los demás o ponerse en el lugar de otra persona, conduce a un razonamiento más sabio. Sin embargo, identificarse demasiado con los demás puede obstaculizar nuestra capacidad para ver el panorama general en situaciones que requieren una perspectiva matizada. La sabiduría óptima a menudo radica en lograr un equilibrio entre no estar demasiado distante ni excesivamente absorto en la difícil situación de los demás.

3. La capacidad de regular las emociones

Los individuos sabios exhiben una notable resiliencia emocional en medio de la adversidad. Esto no significa que estén perfectamente tranquilos en todo momento, sino que resalta su habilidad para navegar y regular emociones tumultuosas a medida que surgen. Muestran altos niveles de inteligencia emocional al identificar, comprender y manejar las emociones dentro de sí mismos y de los demás. Incluso en los escenarios más desalentadores, pueden emplear el humor y es poco probable que se distraigan con la ira, el miedo o la aprensión.

Esta competencia se vuelve especialmente crucial en situaciones inciertas o emocionalmente desafiantes. Los investigadores llaman a esto el "estado mental de sabiduría, una disposición de mente abierta, afectuosa y serena que permite a una persona sabia aprovechar al máximo sus habilidades cognitivas y satisfacer las demandas situacionales.

4. Aprendiendo de las experiencias de la vida

Las personas sabias hacen una introspección profunda sobre los acontecimientos de la vida, extrayendo conocimientos valiosos de experiencias personales y observadas o indirectas. Aplican los conocimientos adquiridos sobre ellos mismos para comprender a los demás.

Los individuos sabios también son conscientes de la incertidumbre de la vida y la imprevisibilidad inherente. Entienden que tienen un control limitado sobre los acontecimientos de la vida y aceptan la inevitabilidad del cambio, fomentando una mentalidad adaptativa a las circunstancias cambiantes. Por último, muestran humildad intelectual al saber que también hay limitaciones en su conocimiento personal y que siempre hay más que aprender.

5. La capacidad de autorreflejarse

Los individuos sabios poseen la voluntad y la capacidad de introspectar, profundizando en sus emociones, pensamientos y acciones. Esto sirve como una herramienta para descubrir prejuicios ocultos y limitaciones personales, aprender de los errores pasados y fomentar una autoconciencia más profunda.

La capacidad de autorreflexión fomenta un punto de vista más imparcial y menos egoísta al abordar los problemas. Por ejemplo, al ayudar a un amigo con sus preocupaciones, las personas sabias reconocen sus propios prejuicios para asegurarse de que su juicio no se vea nublado y, en cambio, hablan sobre lo que más beneficiaría a su amigo.

Conclusión

La sabiduría puede nutrirse y mejorarse. Al cultivar habilidades como una orientación exploratoria, empatía y regulación emocional, los individuos crean una mentalidad propicia para un comportamiento sabio. Un individuo sabio tiene en mente el bien mayor mientras reconoce sus limitaciones, enriquece sus propias vidas y contribuye positivamente al mundo que lo rodea.

Esto también aparece en Forbes.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Mark Travers Ph.D.

El Dr. Mark Travers, es un psicólogo estadounidense con títulos de la Universidad de Cornell y la Universidad de Colorado Boulder.

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