Sesgo
12 sesgos comunes que afectan la manera en la que tomamos decisiones
Asegurémonos de que las decisiones que importan no se tomen con base en sesgos.
22 de abril de 2020 Revisado por Matt Huston
A pesar de que el concepto de superioridad ilusoria data de la remota época de Confucio y Sócrates, todavía resulta sorprendente que la discusión al respecto, transformado en el Efecto de Dunning-Kruger tenga ya 20 años; y aunque puede que sea un efecto causado por mis propios intereses en redes sociales, parece que está apareciendo con mucha frecuencia en las noticias y publicaciones que he estado leyendo últimamente, ¡incluso con memes! Para aquellos que no están familiarizados con el fenómeno, el efecto de Dunning-Kruger se refiere a un sesgo cognitivo en el que los individuos con un bajo nivel de conocimiento sobre un tema en particular evalúan erróneamente sus conocimientos y capacidades como superiores de lo que son en verdad. De manera similar, también se refiere a la manera en la que expertos subestiman su propio nivel de conocimientos o habilidades.
Pero, de nuevo, tal vez son solo mis redes sociales...tal vez es una sección limitada a nuestros nuevos conocimientos sobre economía (Dwyer, 2017; Dwyer, Hogan & Stewart, 2014) y la manera en la que procesamos información (verdadera y falsa) rápidamente y sin esfuerzo con ayuda del internet. En cualquier caso, dada la frecuencia con la que me he encontrado menciones de este sesgo cognitivo últimamente, decidí que podría ser interesante compilar una lista de sesgos cognitivos.
Un sesgo cognitivo se refiere a un 'error sistemático' en el proceso del pensamiento. Esos sesgos usualmente están conectados con la heurística, que es, en esencia, un atajo mental: la heurística nos permite hacer inferencias sin deliberar demasiado y/o aplicar juicios de reflexión, dado que son esencialmente esquemas con soluciones determinadas (West, Toplak, & Stanovich, 2008). Aunque hay muchas heurísticas interesantes por ahí, la siguiente lista enumera exclusivamente los sesgos cognitivos. Además, estos no son los únicos sesgos cognitivos que existen (por ejemplo, también existe el efecto halo y el fenómeno del mundo justo); pero estos son los 12 sesgos más comunes que afectan la manera en la que tomamos decisiones en la vida diaria, recolectados a partir de mi propia experiencia:
1. El efecto de Dunning-Kruger
Además de la explicación dada arriba sobre este efecto, los expertos usualmente están conscientes de lo que no saben y (si todo sale bien) acoplan su honestidad y humildad intelectual de acuerdo con ello. En este sentido, mientras más sepamos, será menos probable que nos sintamos confiados, no por falta de conocimiento sino por precaución. Por el otro lado, si solo sabemos muy poco acerca de algo, probablemente lo veamos de maneras simplistas, sesgándonos a creer que el concepto es más fácil de entender de lo que realmente podría ser.
2. Sesgo de confirmación
Que pusiera el efecto de Dunning-Kruger en primer lugar no significa que crea que es el sesgo más común, es un efecto interesante, claro, pero en mis clases de Pensamiento Crítico les advierto constantemente a mis estudiantes del Sesgo de confirmación. Todos favorecemos las ideas que confirman nuestras creencias existentes y lo que creemos que sabemos. De manera similar, cuando llevamos a cabo una investigación, todos padecemos al intentar encontrar fuentes que justifiquen lo que creemos sobre un tema. Esto sesgo resalta la importancia de ser el abogado del diablo. Esto quiere decir que debemos superar el sesgo de confirmación y considerar ambos lados (o, si hay más de dos, todos los lados) de la historia. Recordemos que somos cognitivamente flojos, no nos gusta cambiar nuestras estructuras (esquemas) de conocimiento y la manera en la que pensamos sobre ciertas cosas.
3. Sesgo de autoservicio
¿Alguna vez reprobaron un examen solo porque el profesor los odiaba? ¿Alguna vez regresaron la semana siguiente y lo pasaron con facilidad después de haber estudiado mucho, sin importar la opinión del maestro? Felicidades, eso fue un sesgo de autoservicio. Le atribuimos nuestros éxitos y resultados positivos a nuestras acciones, regodeándonos en nuestra propia gloria cuando las cosas salen bien, pero cuando nos enfrentamos al fracaso y resultados negativos, tendemos a atribuirle estos eventos a otras personas o a factores contextuales externos a nosotros.
4. La maldición del conocimiento y el sesgo de retrospección
De cierta forma similar a la Heurística de la disponibilidad (Tversky & Kahneman, 1974) y en cierto punto a El efecto del consenso falso, en el momento que entendemos (verdaderamente) nueva información, esa información ahora está disponible para nosotros y se vuelve aparentemente evidente. Incluso se vuelve fácil olvidar que hubo un momento en el que no conocíamos esa información así que asumimos que los demás, al igual que nosotros, saben esta información: la maldición del conocimiento. Sin embargo, usualmente es una suposición injusta creer que los demás comparten el mismo conocimiento. El sesgo de retrospección es similar a la maldición del conocimiento, una vez que tenemos información sobre un evento se vuelve obvio que iba a suceder. ¡Debí haberlo visto venir!
5. Sesgo de optimismo/pesimismo
Como se puede adivinar por el nombre, tendemos a sobreestimar la probabilidad de resultados positivos, particularmente si estamos de buen humor, y a sobreestimar la probabilidad de resultados negativos si nos sentimos tristes o tenemos una actitud pesimista. En cualquier caso, debemos estar conscientes de que las emociones pueden provocar pensamientos irracionales. ¡Las emociones se quedan en la puerta!
6. La falacia del costo hundido.
A pesar de que se le ha etiquetado como una falacia, yo considero que el 'Costo hundido' es más un sesgo que un estilo de pensamiento defectuoso, dada la manera en la que pensamos en términos de ganar, perder y 'quedar tablas'. Por ejemplo, generalmente creemos que cuando invertimos algo, ya sea dinero, deberíamos obtener algo de vuelta, ya sea esfuerzo tiempo o dinero. Aún así, a veces perdemos y eso es todo, no obtenemos nada de vuelta. Un costo hundido se refiere a algo perdido que no se puede recuperar. Nuestra aversión a las pérdidas (Kahneman, 2011) provoca que nos aferremos irracionalmente a la idea de 'recuperar', incluso cuando algo ya se perdió (lo que se conoce en las apuestas como perseguir la canasta: cuando hacemos una apuesta y la perseguimos, tal vez incluso haciendo más apuestas para recuperar el gasto original [y más, si es posible] a pesar de que, racionalmente, deberíamos dar a la apuesta inicial por perdida). El consejo apropiado sería aceptar las pérdidas.
7. Sesgo de negatividad.
El sesgo de negatividad no está muy alejado del Sesgo de pesimismo, pero tiene diferencias sutiles pero importantes. De hecho, funciona de acuerdo a mecánicas similares a las de la Falacia de costos hundidos en cuanto a que refleja nuestra profunda aversión a perder. Aunque nos gusta ganar, odiamos perder todavía más. Entonces, cuando tomamos una decisión, generalmente pensamos en términos de resultados, ya sea positivos o negativos. El sesgo entra en juego cuando, irracionalmente, le damos más valor al potencial de obtener resultados negativos que al de obtener resultados positivos.
8. El sesgo de declive (también conocido como "Declivismo")
Todos hemos escuchado quejas de que el internet será la caída de la diseminación de información; pero Sócrates supuestamente tenía la misma queja sobre la aparición de la palabra escrita. El declivismo se refiere al sesgo en favor del pasado por encima de 'como están las cosas ahora'. En esta misma línea, todos conocemos a alguien de una generación anterior que empieza todas sus quejas con, 'Pues en mis tiempos...' y luego proceden a explicar cómo las cosas se están poniendo peor. El sesgo de declive probablemente es el resultado de una característica profundamente humana: no nos gusta cambiar. A la gente le gusta que su mundo tenga sentido, les gusta que las cosas estén envueltas en pequeños paquetes fáciles de llevar. Es más fácil relacionarnos con el mundo cuando las cosas tienen sentido para nosotros. Cuando las cosas cambian, también debe cambiar la manera en la que pensamos en ellas; y debido a que somos cognitivamente flojos (Kahenman, 2011; Simon, 1957), nos esforzamos mucho por evitar cambiar nuestros procesos de pensamiento.
9. El efecto del tiro por la culata
El efecto del tiro por la culata se refiere a la manera en la que a más se cuestiona una idea, más se fortalece. Cook y Lewandowsky (2011) lo explican muy bien dentro del contexto de cambiar la opinión de la gente en su libro El libro práctico para desmitificar. El efecto del tiro por la culata probablemente tiene la misma base que el Declivismo en el sentido de que no nos gusta cambiar. También es similar al Sesgo de negatividad, en cuanto a que queremos evitar pérdidas y otros resultados negativos - en este caso, cuando una idea propia está siendo cuestionada o rechazada (es decir, percibimos que se está diciendo que estamos 'equivocados') y por lo tanto nos aferramos con más fuerza que nunca la idea. Sin embargo, hay algunas condiciones para el efecto del tiro por la culata, por ejemplo, también tendemos a abandonar una creencia si hay suficiente evidencia en contra de características específicas.
10. El error de atribución fundamental
El error de atribución fundamental es similar al Sesgo de autoservicio, en cuanto a que buscamos excusas contextuales para nuestros fracasos, pero en general culpamos a otras personas o sus características por sus fracasos. También puede originarse de la Heurística de Disponibilidad en el sentido que hacemos juicios basándonos solo en la información que tenemos disponible. Uno de los mejores ejemplos de esto incluye los estereotipos: Imaginemos que estamos manejando detrás de otro coche. El otro conductor se va para un lado y para el otro y acelera y frena aleatoriamente. Decidimos rebasarlos (para no estar atorados detrás de un conductor tan peligroso) y, al pasar y voltear, vemos a una mujer detrás del volante. El Error de atribución fundamental entra en acción y juzgamos que maneja mal por ser mujer (lo que se basa en un estereotipo sin fundamentos). Pero lo que probablemente no sabemos es que la otra conductora tiene a tres niños gritando y haciendo tonterías en el asiento de atrás, mientras que intenta llevar a una a su partido de fútbol, a otro a su clase de baile y a otro a su clase de piano. Tuvo un día particularmente malo y ahora se le hizo tarde para dejar a todos sus hijos porque no pudo salirse del trabajo a la hora de siempre. Si fuéramos esa conductora, juzgaríamos que estamos manejando mal por estas razones, no por quienes somos. Como nota adicional, mi esposa maneja mucho mejor que yo.
11. Sesgo grupal
Como vimos al considerar el Sesgo de autoservicio y el Error de atribución fundamental, tenemos una tendencia a ser relativamente amable cuando hacemos juicios acerca de nosotros mismos. En breve, el sesgo grupal se refiere a la manera en la que favorecemos injustamente a alguien de nuestro propio grupo. Tal vez pensemos que no tenemos sesgos, que somos parciales y justos, pero todos caemos ante este sesgo debido a la evolución. Esto es, desde una perspectiva evolutiva, este sesgo se podría considerar como una ventaja, favorecer a aquellos similares a nosotros, particularmente a nuestras familia promoverá la permanencia de nuestra propia línea de sangre.
12. El Efecto Forer (también conocido como el efecto Barnum)
Como es el caso del Declivismo, para entender mejor al Efecto Forer (comúnmente conocido como el Efecto Barnum), es útil reconocer que a la gente le gusta que su mundo tenga sentido. Si no lo hiciera, no tendríamos una rutina pre existente sobre la cual sostenernos y tendríamos que esforzarnos más para poner nueva información en contexto. Así, cuando hay huecos en el pensamiento de como entendemos las cosas, intentaremos llenar esos huecos con lo que intuitivamente creemos que tiene sentido, y en consecuencia reforzamos nuestros esquemas existentes. Conforme nuestras mentes hacen esas conexiones para consolidar nuestro propio entendimiento del mundo, es fácil entender por qué la gente tiende a procesar e interpretar información vaga de manera que la hace parecer personal y específica para ellos. Dada nuestra naturaleza egocéntrica (junto con nuestro deseo por tener paquetes y patrones bonitos y entendibles), cuando procesamos información vaga, nos aferramos a lo que consideramos importante para nosotros y descartamos lo que no. Dicho de manera sencilla, procesamos mejor la información que creemos que está ajustada específicamente a nosotros, sin importar la ambigüedad. Específicamente, el Efecto Forer se refiere a la tendencia de la gente de aceptar descripciones de personalidad vagas y generales como aplicables únicamente a ellos mismos sin darse cuenta de que la misma descripción podría aplicarse a prácticamente todo el mundo (Forer, 1949). Por ejemplo, cuando la gente lee su horóscopo, incluso la información general y vaga puede parecer como si estuviera dándoles consejos específicos y relevantes para ellos.
Mientras que la heurística generalmente es útil para hacer inferencias, al darnos atajos cognitivos que nos ayuden a evitar la fatiga por decisiones, algunas formas de heurística pueden hacer que nuestros juicios se vuelvan irracionales. A pesar de que cubrimos varios sesgos cognitivos en esta publicación, no son ni de cerca los únicos sesgos existentes, recomiendo revisar yourbias.is. Recordemos que tomamos miles de decisiones todos los días, algunas más importantes que otras, asegurémonos de que las que importan no se hagan con base en sesgos sino en juicios reflexionados y pensamiento crítico.
A version of this article originally appeared in English.