Relaciones
10 Razones para dejar de juzgar a la gente
Juzgar a alguien no define a esa persona, nos define a nosotros.
15 de mayo de 2020 Revisado por Gary Drevitch
Aunque nos esforcemos por no hacerlo, todos juzgamos a los demás. Tal vez sea por cosas pequeñas, como un colaborador que se tomó demasiado tiempo para ir a comer. O tal vez sea por cosas más grandes, como que una persona se comporta de manera egoísta y hiere nuestros sentimientos.
La psicóloga y maestra de meditación Tara Brach cuenta esta historia con frecuencia: imagina que caminas por el bosque y ves a un perrito. Se ve tierno y amigable. Te le acercas y haces un movimiento para acariciarlo. De repente, gruñe e intenta morderte. El perro ya no parece tierno y sientes miedo y posiblemente enojo. Luego, el viento mueve las hojas del piso y ves que el perro tiene una de sus piernas atorada en una trampa. Ahora sientes compasión por el perro. Sabes que se volvió agresivo porque le duele y está sufriendo.
¿Qué podemos aprender de esta historia? ¿Cómo podemos juzgar menos a los demás?
- No culparse. Estamos instintivamente cableados para sobrevivir. Cuando vemos a un perro (o una persona) que podría mordernos (literal o metafóricamente), por supuesto que nos sentimos amenazados. Entramos en la modalidad de pelear, huir o congelarnos y somos incapaces de ver la miríada de posibles razones por las que los demás se comportan de cierta manera. Tendemos a ponernos rígidos y a la defensiva. Esta es una primera reacción normal. La clave es pausarnos antes de actuar motivados en esta modalidad.
- Ser atentos. A pesar de que juzgar es un instinto natural, intentemos darnos cuenta de lo que estamos haciendo antes de hablar o enviar un correo electrónico grosero para evitar daños potenciales. No podemos borrar las palabras una vez que las decimos. Pausemos. Primero veamos si podemos entender de dónde viene el comportamiento de la persona. Intentemos replantear nuestros pensamientos críticos internos como pensamientos positivos, o al menos neutros. Después de todo, como el perro en la trampa, realmente no sabemos las razones por las que alguien se comporta como lo hace.
- Despersonalizar. Cuando alguien está en desacuerdo con nosotros o nos hace la vida difícil de alguna manera, recordemos que usualmente no es por nuestra causa. Probablemente esta se encuentra en su dolor o sus problemas. ¿Por qué no darles el beneficio de la duda? Will Smith dijo una vez, "nunca subestimes el dolor de una persona, porque, honestamente, todo el mundo está luchando contra algo. Algunas personas son mejores para ocultarlo que otras."
- Buscar la bondad inherente. Esto requiere práctica, ya que por naturaleza nuestras mentes buscan los aspectos negativos, pero si lo intentamos, casi siempre podemos encontrar algo bueno en las demás personas.
- Repetir el mantra, "igual que yo". Recordemos que somos más parecidos que distintos. Cuando siento que estoy criticando a alguien, intento recordarme que la otra persona ama a su familia al igual que yo y quiere ser feliz y libre de sufrimiento al igual que yo. Lo más importante, esa persona comete errores, al igual que yo.
- Replantear. Cuando alguien hace algo que no nos gusta, tal vez podemos pensar simplemente ,que están resolviendo un problema de manera distinta a como lo haríamos nosotros. O tal vez tienen un plan diferente al nuestro. Esto podría ayudarnos a tener una mente más abierta y aceptar su comportamiento. El Dalai Lama dice: "la gente elige diferentes caminos buscando satisfacción y felicidad. Solo porque no están en nuestro camino no significa que se han perdido."
- Observar nuestro propio comportamiento. A veces es posible que estemos juzgando a alguien por algo que nosotros mismos hacemos o hemos hecho. Por ejemplo, la próxima vez que nos encontremos gritándole a alguien mientras manejamos, preguntémonos, "¿alguna vez he manejado así de mal?" Claro que sí, todos lo hemos hecho.
- Aprender antes de hablar. Cuando la gente hace cosas molestas, puede ser que sea a causa de una discapacidad. Por ejemplo, es posible que algunas personas que tienen malas habilidades sociales padezcan del síndrome de Asperger. Así que si alguien está invadiendo nuestro espacio personal (como haría alguien con Asperger), recordemos, de nuevo que no es por nuestra causa. Albert Einstein dijo: "Todo el mundo es un genio. Pero si juzgamos a un pez por su capacidad de trepar árboles, pasará toda su vida creyendo que es estúpido."
- Darle a los demás el beneficio de la duda. Alguien me dijo alguna vez, nadie se despierta una mañana y decide: "hoy voy a ser un patán." La mayoría de nosotros hacemos lo mejor que podemos con lo que tenemos en ese momento.
- Sentirse bien con uno mismo. Brené Brown dice: "Si me siento bien con mi estilo de crianza, no me interesa juzgar las decisiones de los demás. Si me siento bien con mi cuerpo, no voy por ahí burlándome del peso o aspecto de otras personas. Somos duros los unos con los otros porque nos estamos usando como receptor de nuestras propias deficiencias percibidas."
Y, finalmente, recordemos que juzgar a otras personas no define quiénes son ellos, define quiénes somos nosotros.
A version of this article originally appeared in English.