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Verificado por Psychology Today

Pornografía

Cómo afecta el porno a las relaciones

Un nuevo estudio observa el uso de porno de las parejas en tiempo real.

Para bien o para mal, el uso de la pornografía es una actividad sexual convencional en la sociedad occidental, especialmente entre los adultos más jóvenes. Mucho del tráfico en internet involucra la entrega de material sexualmente explícito a dispositivos personales. De manera similar, hay cientos de páginas que condenan su uso y ofrecen consejos para superar la “adicción al porno”.

Hasta ahora, la investigación sobre los efectos del uso del porno se ha visto influida por los sesgos de los investigadores. Los psicólogos que desean encontrar que ver porno es dañino, sin duda encontrarán que lo es, mientras que aquellos que buscan descubrir que no hace daño o incluso que podría tener beneficios, descubrirán fácilmente evidencias de esto. Y mientras que no hay duda de que algunas personas que usan porno sufren de problemas psicológicos y de relaciones, muchas personas han encontrado maneras de integrar su consumo de porno a sus vidas diarias como un componente saludable de su sexualidad.

Uno de los mayores temores es que ver porno de alguna manera interfiere con o incluso reemplaza las relaciones con seres humanos reales. Pero, ¿cómo exactamente es que el uso de porno afecta nuestra habilidad de construir y mantener relaciones íntimas con otras personas? Esta es la pregunta de investigación que la psicóloga canadiense Marie Pier Vaillancourt-Morel y sus colegas exploraron en un artículo publicado en el Diario de relaciones personales y sociales.

De hecho, ya hay una amplia literatura que evalúa la pregunta de cómo afecta el porno a las relaciones. Sin embargo, como señalan Vaillancourt-Morel y sus colegas, todos los estudios hasta ahora han sufrido de muchas debilidades.

Primero, la mayoría de los estudios les piden a las personas reportar sobre su uso de porno durante un periodo específico del pasado. Este tipo de respuesta se basa demasiado en la memoria autobiográfica, que es conocida por ser poco confiable. Adicionalmente, quienes respondieron podrían estar sesgados hacia ya sea subestimar o sobreestimar su uso de porno, dependiendo de sus actitudes personales hacia el porno.

Segundo, los estudios típicamente solo encuestan a un miembro de la relación. ¿De verdad sabes cómo se siente tu pareja sobre tu uso de porno? Pocas parejas han tenido discusiones tan abiertas sobre asuntos sensibles como este.

Tercero, los estudios que se enfocan en la correlación entre el uso del porno y la satisfacción con una relación típicamente solo los miden en cierto momento del tiempo. Si un estudio encuentra que los usuarios frecuentes de porno están insatisfechos con sus relaciones, no sabemos qué vino primero. Podría ser que ver porno hace que las personas se sientan menos felices con sus parejas, pero también podría ser que buscan el porno para llenar un vacío en sus relaciones íntimas.

Finalmente, virtualmente todos los estudios hasta la fecha solo han observado a parejas heterosexuales. Las investigaciones anteriores muestran que los hombres tienen actitudes más favorables hacia el porno y admiten su uso mucho más que las mujeres. Sin embargo, las dinámicas podrían resultar muy diferentes en las relaciones del mismo sexo (hombre con hombre o mujer con mujer).

Para superar estas debilidades, el estudio realizado por Vaillancourt-Morel y sus colegas reclutaron a más de 200 parejas, lo que incluyó tanto a relaciones del mismo sexo como a relaciones de sexos opuestos. Cada persona en la relación accedió a formar parte de un estudio diario con duración de 35 días en donde respondieron a una serie de preguntas que recibían en su celular cada tarde. Estas preguntas evaluaron cuatro variables:

  • Si usaron porno ese día.
  • Qué tan satisfechos estaban con su relación ese día.
  • Qué tanto deseaban tener sexo con su pareja ese día.
  • Si habían tenido actividad sexual con su pareja ese día.

Al recolectar información de esta manera, los investigadores fueron capaces de evaluar tanto relaciones casuales como las dinámicas entre parejas.

El hallazgo más importante que salió del análisis de datos fue el hecho de que el uso del porno no estuvo relacionado para nada con la satisfacción de una relación. En otras palabras, no hubo evidencias de que ver porno redujera la felicidad de las personas con sus parejas, ni parecían estar usando el porno para compensar deficiencias en sus relaciones. La única excepción fue que las personas tenían muchas menos probabilidades de usar porno el día después de haber tenido sexo con su pareja. Este hallazgo sugiere un interés reducido en el porno después del sexo, en lugar de sugerir que el porno es un reemplazo para ello.

Una preocupación expresada comúnmente es que ver porno puede llevar a las personas a percibir a sus parejas como menos atractivas. Después de todo, ¿quién puede competir con los cuerpos firmes y apetitos sexuales que vemos en el porno? Sin embargo, los datos de este estudio sugieren una dinámica diferente y más compleja.

A pesar de que las mujeres en general ven porno con menos frecuencia que los hombres, también tienen más probabilidades de sentir un incremento en su deseo de tener sexo con su pareja el día que usan porno, y tienen más probabilidades de ejecutar ese deseo. Este hallazgo, que el porno pone a las mujeres de humor para el sexo se mantuvo entre relaciones del mismo sexo y de diferentes sexos. En otras palabras, las mujeres parecen usar el porno como un tipo de juego previo.

Sin embargo, cuando se trata de los hombres y el uso de porno, el resultado fue más complejo. Los hombres en relaciones con otros hombres también mostraron un incremento en el deseo hacia su pareja y tuvieron más probabilidades de tener sexo en los días que vieron porno. Sin embargo, los hombres en relaciones con mujeres tenían menos probabilidades de tener sexo con sus parejas en los días en los que usaban porno.

Este último resultado se alinea con la mayoría de las investigaciones sobre cómo afecta el porno a las relaciones, como se esperaba ya que esos estudios se enfocan en parejas heterosexuales. Es muy posible que las personas en relaciones tradicionales de sexos distintos fácilmente caigan en maneras socialmente aceptadas de pensar en cuanto a la sexualidad y la intimidad. En contraste, aquellos en relaciones del mismo sexo, debido a que desafían las normas sociales, también tienen más probabilidades de ser más abiertos sobre su sexualidad y discutir problemas sexuales con sus parejas con mayor apertura.

Al final, parece que si el porno ayuda o hiere a las relaciones íntimas depende de las actitudes que tienen las parejas al respecto. Si ya crees que el porno es malvado, probablemente sufrirás culpa y remordimiento por tu propio uso y sentimientos de enojo y traición si tu pareja lo usa. Pero debes tener actitudes saludables y abiertas sobre tu propia sexualidad y la de tu pareja, entonces probablemente usarás el porno de una manera que mejore tu relación con tu persona.

Imagen Facebook: VGstockstudio/Shutterstock

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
David Ludden Ph.D.

El Doctor David Ludden, es profesor de psicología en Georgia Gwinnett College.

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