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Verificado por Psychology Today

Victoria L. Dunckley M.D.
Victoria L. Dunckley M.D.
Redes sociales

Por qué no es buena idea que los niños tengan redes sociales

Los cerebros de los adolescentes son demasiado inmaduros como para usar apropiadamente las redes sociales.

Esta publicación la escribió la autora invitada Melanie Hempe, RN, fundadora de Familias manejando las redes.

Fuente: Alena Ozerova/Fotolia

Me encantan los niños. ¡Tengo dos! Quienes hemos atravesado por la etapa de crianza entre los 6 y 12 años probablemente hemos notado algo: el momento en el que un niño entra a la escuela primaria le pasan cosas extrañas a su cerebro.

Podríamos resumir sus metas de vida así:

  • Ser graciosos a toda costa. (De ahí las bromas bobas en los baños, hablar en momentos inapropiados y la actitud de "hacer lo que sea para ser popular")
  • Enfocarse en el YO: su ropa, sus narices, sus cuerpos y su cabello.
  • Probar cosas nuevas. Empiezan a probar aspectos de identidades a ver cuál les funciona. Son impulsivos y dispersos, cambian de un día para otro y hasta parecen tener regresiones en su desarrollo debido a su misión de ser independientes.

Como padres, nosotros también estamos cambiando, al entrar a la etapa de crianza en la que nos alejamos rápidamente del ingenuo puerto de "mi hijo nunca haría..." a darnos cuenta de que "no dudo que mi hijo hiciera eso. Lo siento, por favor disculpe su comportamiento, está en una etapa difícil."

Las listas de instrucciones parentales se llenan de cosas como:

  • "Si no tienes nada bueno que decir, mejor no digas nada"
  • ¿Cuántas veces tengo que decirte que no hables así?"
  • "¡Deja de jugar con eso!"
  • "¡Deja de eructar el abecedario!"
  • "Estás actuando como un niño de dos años."
  • "¿En qué estabas pensando?"

Y luego sucede: tal vez porque estamos agotados de sus constantes ruegos por tener un teléfono, o tal vez creemos que todos sus amigos tienen uno, o tal vez vamos a cambiar el nuestro... y cedemos. Actuamos impulsivamente. Nuestro cerebro parece tener regresiones también y les damos nuestro teléfono viejo.

Y con solo una pequeña decisión entran al mundo de las redes sociales, algo en lo que no pensamos y para lo que nadie estaba preparado. Debido a que el cerebro medio se está reorganizando y la toma de riesgos está elevada mientras que el control de impulsos está en un nivel bajo, no me puedo imaginar un peor momento en la vida de un niño para tener acceso a redes sociales que durante la educación primaria o secundaria. Estas son algunas de las razones:

  1. Las redes sociales no fueron diseñadas para ellos. La corteza frontal subdesarrollada de un niño no puede manejar la distracción ni las tentaciones que vienen con el uso de redes sociales. Aunque podemos empezar a enseñarles sobre el uso responsable de la tecnología desde ese momento, hay que saber que no seremos capaces de enseñarles la madurez que requieren las redes sociales. Es como intentar ponerles ropa que les queda demasiado grande, van a usar las redes sociales de maneras inapropiadas hasta que crezcan y encajen mejor en esa ropa.

2. Las redes sociales son tecnología del entretenimiento. No hace a los niños más inteligentes o mejor preparados para la vida real o un trabajo en el futuro; y no son necesarias para un desarrollo social saludable. Es puro entretenimiento aunado a plataformas de comercialización que extraen piezas de información personal y preferencias cada vez que los niños las usan. Sin mencionar las horas de atención que les quitan.

3. La mentalidad de "más es mejor" no se mezcla bien con las redes sociales. ¿De verdad tienen 1,456 amigos? ¿De verdad necesitan estar conectados a ellas por nueve horas al día? Las redes sociales les permiten (e incitan) a exagerar su conexiones de amistad como tienden a exagerar las demás cosas en sus vidas.

4. Las redes sociales son una forma adictiva de entretenimiento. Y, como sucede con la adicción a los videojuegos, el uso temprano puede sentar la base para hábitos y patrones de adicción.

5. Las redes sociales reemplazan el esfuerzo social de aprender a lidiar cara a cara con sus compañeros, una habilidad que necesitarán para tener éxito en la vida real.

6. Las redes sociales pueden hacer que los adolescentes pierdan sus conexiones con la familia y perciban a sus "amigos" como su pilar central. Ya que todavía se está formando el cerebro cognitivo, la necesidad de los lazos familiares sigue siendo tan importante como cuando eran más pequeños. Debemos asegurarnos de que esos lazos sean fuertes. Aunque también necesitan lazos con sus amigos, necesitan más los lazos familiares.

El uso de redes sociales representa potencial desperdiciado. Aunque se puede argumentar que hay ciertos beneficios en el uso de redes sociales para los adolescentes, los costos son demasiado altos durante esa etapa, cuando el desarrollo del cerebro está operando a su máxima capacidad para aprender cosas nuevas. Es fácil que los adolescentes desperdicien mucho de su tiempo y demasiada capacidad cerebral en el mundo digital. Sabemos a partir de muchos estudios que es casi imposible para ellos balancearlo todo.

¿Cómo podemos desacelerar a los niños?

Primero, necesitamos tranquilizarnos y repensar lo que le permitimos hacer a nuestros hijos. Necesitamos entender al mundo de las redes sociales y cómo los niños las usan de maneras distintas a los adultos. Estos son algunos consejos que han funcionado bien para muchos padres:

  1. Retrasar el acceso. Cuanto más retrasemos el acceso, más tiempo tendrá el niño de madurar para poder usar la tecnología con más sabiduría. Retrasar el acceso también le da más importancia a primero desarrollar relaciones personales auténticas.
  2. Seguir sus cuentas. La privacidad en redes sociales es una mentira: nadie tiene privacidad en el mundo digital, así que no debería ser privado para los padres. Hay que asegurarse que la configuración de privacidad sea adecuada, pero también estar conscientes de que esa configuración puede darnos una falsa sensación de seguridad. Si los niños no quieren que leamos sus conversaciones, alentémoslos a tenerlas con sus compañeros en la escuela o por teléfono.
  3. Crear cuentas familiares. En lugar de tener cuentas para cada adolescente en la familia, tengamos cuentas familiares. Esto le permite a los niños mantenerse en contracto con sus amigos e intereses en un ambiente más seguro.
  4. Permitir las redes sociales solo en pantallas grandes. Podemos permitirles el uso de redes sociales solo en computadoras de escritorio o laptops, a la vista de todos, así las usarán mucho menos. Cuando se utilizan en las pequeñas pantallas privadas de los teléfonos que pueden guardar en sus bolsillos, es más probable que las usen de maneras arriesgadas. Cuanto más secreto sea el acceso, mayor será el potencial de que tomen malas decisiones.
  5. Contar el tiempo porque ellos no lo harán. ¿Cuánto tiempo pasan los niños en redes sociales? Estemos conscientes de esto para reducir la cantidad de tiempo que pasan en redes sociales en todas las plataformas. Los adolescentes promedio pasan nueve horas al día conectados a las redes sociales. En su lugar, es mejor destinar una hora cada día, solo por tres días a la semana, para que los niños puedan ver las redes sociales. ¿Se beneficiarían con más tiempo que ese?
  6. Planear reuniones en vivo con sus amigos. Recordemos que no necesitan 842 amigos; de cuatro a seis amigos cercanos son suficientes para un desarrollo social saludable. Necesitan aprender a planear reuniones sociales en persona en las que los teléfonos se queden en la puerta, noches de películas en casa, juegos de mesa, cocinar pizza, minigolf o alguna otra actividad. Añoran estas reuniones sociales así que hay que alentarlos a que inviten a sus amigos y ayudarles (como sea necesario) a organizar el evento.
  7. Pasar más tiempo real juntos sin tecnología. Los adolescentes con fuertes lazos hacia sus padres y familia muestran más éxito en la vida y felicidad en general que los que no tienen esos lazos. Nos necesitan ahora más que nunca. Es fácil desconectarse de ellos porque ¡los adolescentes pueden llegar a ser tan molestos! Pero los lazos familiares les permiten desconectarse de los dramas de redes sociales. Los niños necesitan sentir que pueden llegar a casa y dejar el drama de su mundo social atrás por algunas horas. Quieren que los ayudemos a decir que no a las redes sociales y sí a más tiempo con su familia. Añoran esos momentos de desconexión, así que hagamos planes y promovamos actividades en casa.

No le demos todo el poder en casa a los teléfonos inteligentes; ayudemos a los pequeños a elegir formas más saludables de entretenimiento. Tienen el resto de sus vidas para entretenerse con las redes sociales, pero solo tiempo limitado con nosotros.

A version of this article originally appeared in English.

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