Nervio Vago
Por qué estar con un perro nos hace sentir bien
Teoría polivagal explica por qué un perro es el mejor amigo del sistema nervioso
15 de marzo de 2023 Revisado por Hara Estroff Marano
Los puntos clave
- Los perros pueden ayudar con la co-regulación del sistema nervioso
- La teoría polivagal explica cómo los perros pueden ser parte de estrategias de regulación emocional para salir de estados de ansiedad elevados.
- Se ha demostrado que jugar con perros libera oxitocina, una hormona asociada con el vínculo social y la relajación.
¿Alguna vez has notado cómo te sientes cuando te saluda tu perro al final de un día largo y difícil? ¿Esa sensación de calidez, amor y aceptación incondicional que se expresa a través de un movimiento de cola, un baile feliz y muchos abrazos? ¿Qué tiene tu mejor amigo canino que trae tanta alegría y calma? Los perros, tanto domésticos como perros de terapia entrenados, pueden ayudar a las personas a calmar su sistema nervioso y regular sus emociones. La teoría polivagal nos da una buena explicación de por qué y cómo es eso.
La teoría polivagal fue desarrollada por Stephen W. Porges, doctorado, neurocientífico y psicólogo, en 1994, y durante las últimas décadas se ha utilizado para explicar cómo responde el sistema nervioso humano al estrés, el trauma y diversos estados emocionales. De acuerdo con la Teoría Polivagal, la desregulación emocional, la incapacidad de manejar nuestros estados emocionales o controlar los sentimientos de tristeza, ansiedad o ira, es causada por un desequilibrio en el sistema nervioso autónomo (SNA), específicamente en la función del nervio vago. El nervio vago es un componente principal de la rama parasimpática del sistema nervioso autónomo, que regula los órganos internos del cuerpo y está involucrado en el comportamiento emocional y social.
La teoría polivagal sugiere que el sistema nervioso autónomo tiene tres estados distintos: el estado vagal dorsal, el estado de excitación simpática y el estado vagal ventral. Cada uno de estos estados tiene su propio conjunto de respuestas fisiológicas que van desde la inmovilización y la disociación en el estado vagal dorsal, hasta el pánico y el abrumamiento en el estado de activación simpática, hasta la conexión y participación en el estado seguro y social del vagal ventral. Regular las emociones propias puede ser particularmente difícil cuando nos sentimos atrapados en los estados dorsales o simpáticos. Tu perro (¡o el perro de un amigo o vecino!), o un perro de terapia, puede ser parte de las estrategias de regulación emocional para ayudar a las personas a pasar de un estado de activación simpática intensificada o un estado vagal dorsal a un estado más regulado de vagal ventral.
Entonces, ¿ese sentimiento cuando cruzas la puerta y te saluda tu amigo peludo? ¡No solo lo estás imaginando!
Se ha descubierto que interactuar con un perro de terapia reduce los síntomas de ansiedad y depresión, disminuye la excitación fisiológica (como la frecuencia cardíaca y la presión arterial) y mejora las habilidades sociales (Thelwell, ELR, 2019). No es de extrañar que ser recibido por tu perro cuando llegas a casa después de un día difícil o interactuar con un perro de terapia en un entorno escolar pueda generar sentimientos de calma y conexión.
Los perros pueden proporcionar una presencia sin prejuicios y promover sentimientos de aceptación y consideración positiva incondicional, lo que puede ser especialmente importante para quienes luchan contra la desregulación emocional.
Los perros de terapia entrenados en particular también pueden ser útiles para las personas con antecedentes de trauma, ya que pueden ofrecer una sensación de seguridad y protección.
Los perros nos ofrecen una variedad de interacciones que pueden ayudar en la regulación del sistema nervioso.
Aquí hay cuatro formas en que conectar con un perro puede hacerte sentir mejor:
- Contacto físico: cuando acaricias a un perro, cargas a un perro o permites que un perro se acurruque en tu regazo o a tu lado en el sofá, tu cuerpo libera oxitocina, que es una hormona que ayuda a reducir el estrés y la ansiedad. Este contacto físico puede ayudarte a sentirte más relajado y tranquilo.
- Ejercicio: los perros suelen ser activos y juguetones. Pasar tiempo con un perro a menudo implica actividad física, como lanzar una pelota, jugar algo o salir a caminar. Ya sea que estés corriendo por un sendero con tu mejor amigo o jugando frisbee en el jardín, se sabe que el ejercicio ayuda a reducir el estrés y la ansiedad al liberar endorfinas, que son sustancias químicas naturales que mejoran el estado de ánimo.
- Atención plena: las interacciones intencionales con un perro, como jugar, cepillar o acariciar, o trabajar para enseñarle trucos, requieren que estés presente en el momento. Estar presente y con enfoque en la actividad en cuestión puede ayudarte a practicar la atención plena. Se ha demostrado que la atención plena reduce el estrés y la ansiedad.
- Conexión social: los perros son animales sociales y pueden proporcionar una sensación de compañerismo y conexión. Pasar tiempo con un perro puede ayudarte a sentirse menos soledad y aislamiento, lo que puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad.
Entonces, la próxima vez que tu perro te haga feliz y te ayude a sentir conexión, ¡sabes que hay una razón para ello! Jugar con un perro puede proporcionar una serie de beneficios para tu salud y bienestar mental, y puede ser una excelente manera de calmar tu sistema nervioso. Se ha demostrado que interactuar con perros tiene un efecto calmante en los humanos, probablemente debido a la liberación de oxitocina, una hormona asociada con la relajación y la vinculación social. Al aprender a regular nuestro propio sistema nervioso a través de las interacciones con los perros, podemos mejorar nuestra salud y bienestar en general.
A version of this article originally appeared in English.