El trabajo ha cambiado, ¿has cambiado tú?

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A medida que terminamos el año, muchos de nosotros dejamos de trabajar durante unos días y pasamos tiempo con las personas que nos importan. Intentaremos dejar de lado nuestro enfoque laboral, y con razón. Sin embargo, es posible que te encuentres pensando en tu trabajo mientras te encuentras a cierta distancia de él. Con suerte, no estarás pensando sobre las tareas del día a día, sino las preguntas más importantes: ¿Este trabajo es el adecuado para mí? ¿Quiero cambiar de carrera? ¿Qué prioridades cumple este papel? El tiempo con familiares y amigos ofrece una imagen más holística de lo que nos importa a cada uno de nosotros. El trabajo es inevitablemente una gran parte de tu forma de vida, pero ¿es un reflejo de quién eres? ¿Y por qué haces el trabajo que haces? El mundo se ha vuelto mucho más complicado en los últimos años y nuestra vida laboral lo refleja.

Ahora podría ser un buen momento para hacer un balance de lo que realmente deseas de tu trabajo y de lo que tienes la disposición de aportar.

Hemos visto nuestra vida laboral oscilar de un extremo a otro en los últimos años. Muchos de nosotros nos enfrentamos a alteraciones sin precedentes en cómo y dónde trabajábamos durante la pandemia. Para algunos era la primera vez que trabajaban de forma remota; otros cambiaron de trabajo por completo como parte de la Gran Renuncia. También podríamos estar luchando con el aumento de precios y los problemas en la cadena de suministro que surgieron después de la pandemia y complicaron aún más nuestras decisiones financieras. Pero también hemos enfrentado decisiones políticas y sociales, entablando un diálogo complicado sobre nuestros valores y nuestras expectativas de los demás. Eso incluye para quién trabajamos y con quién trabajamos. Deseamos ciertas acciones por parte de las empresas que nos emplean y somos más conscientes de nuestras relaciones con los colegas. La presión del trabajo se extiende más que nunca más allá de nuestras responsabilidades diarias.

Y, sin embargo, si desea tener un desempeño sólido, debe reconocer estas demandas y estar preparado para cumplirlas. Cada vez más, los empleadores y los empleados reconocen lo importantes (y difíciles) que son la comunicación eficiente, la empatía y la productividad para el éxito general. Si tienes mucha experiencia, es posible que con frecuencia se te dificulte encontrar nuevas formas de hacer las cosas y la rápida evolución de la cultura laboral. Si acabas de llegar al mundo laboral, es posible que sientas un mayor aislamiento que las generaciones anteriores de trabajadores que cosecharon los beneficios (y al mismo tiempo gestionaron las desventajas) de los lugares de trabajo totalmente presenciales.

Gran parte del significado del trabajo ha cambiado a medida que fusionamos cada vez más nuestra vida laboral y nuestra vida no laboral. Eso no es necesariamente algo malo: tal vez mejoraremos si tenemos una vida que integre todas nuestras necesidades. Pero esto requiere un análisis de si el trabajo al que nos apuntamos sigue siendo el que queremos. Si es así, es posible que debamos redoblar nuestros esfuerzos para lograrlo, reinventándonos o al menos reimaginando nuestra forma de trabajar.

Es posible que necesitemos actitudes nuevas y diferentes sobre el trabajo y el autocuidado que requiere.

Si vamos a pasar menos tiempo en espacios de oficina tradicionales y estamos reconsiderando lo que queremos de nuestros empleadores, nuestros compañeros de equipo y de nosotros mismos, entonces es importante pensar también en cómo nos cuidamos a nosotros mismos ahora. Si no tenemos un viaje diario al trabajo, ¿cómo creamos límites mentales entre la jornada laboral y el tiempo personal? Si trabajamos de forma remota, eso no significa que trabajemos en casa; tal vez encontremos un espacio de coworking u otra solución. Si vamos a la oficina con un horario híbrido, tal vez necesitemos tener conversaciones transparentes sobre cómo replantear la forma en que trabajamos dentro de ese modelo. ¿Cómo se establecen límites en torno a las horas de trabajo cuando no se entra ni se sale de un lugar de trabajo físico? La conveniencia de la tecnología no está exenta de desventajas.

Tener un estilo de vida saludable suele ser una prioridad en el nuevo año. Ahora es un buen momento para pensar en metas (tal vez no en resoluciones) que reflejen una jornada laboral saludable. ¿Aceptas llamadas de Zoom consecutivas sin descansos para estirar las piernas? Algunos de mis clientes se han vuelto creativos: uno usa una colchoneta de ejercicio durante unos minutos entre reuniones; otro corta leña (con un hacha) al final del día. Para ti, podría ser yoga o meditación. Pero debemos tomarnos esas soluciones de autocuidado en la jornada laboral tan en serio como nos preparamos para una presentación o una reunión con un cliente. Los empleados más resilientes son aquellos que encuentran una manera de adaptarse a las actividades “no laborales” que les ayudan a mantenerse equilibrados y productivos.

Para y descansa durante las fiestas. Da un paso atrás y piensa en cómo quieres volver al trabajo.

En última instancia, algunos de nosotros podemos decidir que la respuesta no es cómo trabajar de manera diferente donde estamos, sino ir a otro lugar. Esa es una consideración saludable. Todos hemos aprendido en los últimos años que la vida es impredecible y desafiante en formas que nunca antes habíamos enfrentado. Podría ser necesario un cambio mucho más dramático para cumplir con la nueva normalidad. Eso podría revelar una interesante oportunidad profesional u otras prioridades no laborales. O podría ser una serie de cambios más pequeños y una mayor conciencia de los desafíos que enfrentamos ahora. El punto importante es que reconozcamos el cambio que nos rodea y consideremos algunos cambios internos.