Ansiedad
Desmantelando la evitación reactiva: enfrentando la ansiedad de frente
Alcanza todo tu potencial.
8 de junio de 2023 Revisado por Lybi Ma
Los puntos clave
- La evitación reactiva es el verdadero enemigo, no la ansiedad.
- La evitación te mantiene atascado.
- La solución es acercarte en lugar de evitar.
Sara, una ejecutiva de marketing competente, ha estado luchando contra la ansiedad durante bastante tiempo. Últimamente, siente que su crecimiento profesional y personal ha chocado contra un muro. Cuanto más intenta alejar su ansiedad, más fuerte parece ser su agarre. Ella confiaba en que generalmente responde a su ansiedad tomando medidas inmediatas para aliviar su malestar. Ayer mismo, un correo electrónico de su jefe la molestó, lo que provocó una respuesta rápida y cargada de emociones. Sin embargo, el alivio instantáneo que sintió al presionar 'enviar' fue de corta duración, ya que se dio cuenta de que había entendido mal el mensaje original. Este incidente no solo aumentó su ansiedad, sino que también creó una incómoda conversación futura con su jefe. Sara se quedó preguntándose si las reacciones más rápidas o la eliminación de la ansiedad serían su panacea. Pero, ¿es la ansiedad el verdadero villano aquí?
La verdadera amenaza que mantenía a Sara atrapada no era la ansiedad en sí, sino la evitación psicológica. La evitación psicológica se refiere a cualquier respuesta a una amenaza percibida que brinda alivio emocional inmediato pero tiene consecuencias negativas a largo plazo. En el caso de Sara, cayó en la trampa de una de las 3 erres de la evitación psicológica: Reaccionar.
La evitación reactiva es un subtipo de evitación psicológica, en la que un individuo responde a la incomodidad tratando activamente de mitigarla o eliminarla. Aunque ofrece una sensación momentánea de alivio, sin darse cuenta magnifica el problema de raíz con el tiempo. Imagina a Sara defendiendo vigorosamente su propuesta de marketing en una reunión cuando su jefe la cuestiona. Esta respuesta inmediata puede aliviar temporalmente su ansiedad, pero tensa sus relaciones profesionales y alimenta sus niveles de estrés.
La evitación reactiva no es exclusiva de Sara; es un fenómeno que muchos de nosotros encontramos en varios escenarios. Podemos interrumpir o responder apresuradamente durante una conversación, o enviar una respuesta rápida e irreflexiva por correo electrónico cuando estamos ansiosos. En estos casos, nuestro objetivo es eliminar la incomodidad de la ansiedad, solo para presenciar que rebota con mayor ferocidad. La fuerza impulsora detrás de nuestras acciones, el "por qué", revela si estamos participando en un comportamiento de evitación.
Para comprender mejor si podrías estar cayendo en la trampa de evitación reactiva, aquí hay una lista de verificación de comportamientos indicativos de este patrón:
- Levantar la voz o gritar
- Interrumpir o responder apresuradamente
- Enviar respuestas por correo electrónico rápidamente cuando estás ansioso
- Dejar tu trabajo por capricho
- Bloquear personas en las redes sociales
- Escalar los problemas a las autoridades superiores sin explorar enfoques más suaves
El ciclo perpetuo de evitación nos mantiene atrapados, ya que nos impide enfrentar nuestros miedos y ansiedad de frente. Cada acto de evitación refuerza nuestra creencia en nuestra incapacidad para hacer frente a la incomodidad, lo que aumenta la probabilidad de un comportamiento de evitación reactivo en el futuro (Ost, 2008).
Para liberarte de este ciclo, debes elegir un enfoque, en lugar de evitar, mediante el uso de una técnica conocida como acción opuesta (Linehan, 2015). Cuando te enfrentas a la ansiedad, en lugar de sucumbir a la presión de evitar, eliges acercarte a la incomodidad. Sara, por ejemplo, podría haber elegido redactar su correo electrónico, pero no enviarlo de inmediato. Alternativamente, podría haber acordado discutir el correo electrónico con su jefe. Abrazar la incomodidad nos permite comprender gradualmente que podemos resistirla, desarrollando así la resiliencia para enfrentar nuestros miedos.
La evitación, no la ansiedad, es el verdadero adversario. Si bien es posible que no podamos eliminar la ansiedad por completo, ciertamente podemos romper los grilletes de evitación que nos restringen. El crecimiento y la transformación ocurren cuando nos aventuramos fuera de nuestras zonas de confort y enfrentamos nuestros miedos de frente. Abrazar la incomodidad puede llevar a descubrir una nueva fuerza y libertad, proporcionándonos los medios para vivir la vida al máximo.
No lo olvidemos: La vida comienza al final de nuestra zona de confort. Es cuando enfrentamos nuestras ansiedades en lugar de huir de ellas que realmente crecemos y florecemos. Enfréntate a tus miedos, acepta la incomodidad y libera tu máximo potencial.
A version of this article originally appeared in English.