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Verificado por Psychology Today

Narcisismo

¿Cómo humillar a un narcisista?

El reto de vencer a alguien cuya única meta es permanecer invencible.

A través de la historia, tanto individuos como grupos han caído como moscas ante maneras de salirse fácilmente de las complicaciones de la vida fingiendo que no pueden fallar en nada. Momento por momento, reto por reto, se aferrarán a una racionalización fraudulenta y harán como que vence todos los retos a su autoridad absoluta.

Puede pasarle a cualquiera de nosotros, dependiendo de nuestros apetitos, aptitudes y oportunidades. En efecto, como señala correctamente el psicólogo Craig Malkin, un poco de narcisismo es algo bueno. Pero el enfoque está en las personas que caen por completo en ello: Narcisistas absolutos.

El sesgo de confirmación, el impulso universal de aceptar solamente lo que nos afirma y descartar todo lo que nos reta es un problema que debemos aprender a manejar. En su lugar, los narcisistas absolutos tratan el sesgo de confirmación como la solución a todos sus problemas.

Ser un narcisista absoluto requiere un tipo peculiar de disciplina, la disciplina para ser completamente indisciplinado, sin consistencia en sus racionalizaciones falsas e implacables, la disciplina de decir en respuesta a todo, "eso demuestra que tengo razón" sin atención a la realidad, o el significado de las cosas que dicen porque todo lo que importa es mantener la apariencia de estar ganando, actuar como un robot programado para hacer como que ganó en cada reto, un algoritmo que les da todos los triunfos a ellos y todas las pérdidas a quien reta o amenaza su autoridad. Para ser un narcisista absoluto, solo es necesario saber actuar como un completo sabelotodo. Con razón ha sido una opción tan tentadora a través de la historia.

Para que un narcisista absoluto se mantenga firme con un mensaje, el único mensaje que puede haber es un incansable "¿Ves? Yo gano" Aún así, para esconder su egomanía, los narcisistas absolutos tienen que pretender que tienen algún tipo de mensaje moral. Por lo tanto, se cubren en cualquier falsa cruzada que les ayude a justificar su guerra total contra toda su competencia. Su falsa cruzada distrae a su competencia porque usualmente son personas que toman en serio el significado de las palabras y están intentando entender cuál es el curso correcto.

A través de la historia, los narcisistas absolutos han demostrado una y otra vez que uno no necesita una visión, solo hacer como que hay una. Como los estafadores, pueden fingir un serie de victorias y hacerse de seguidores con gente crédula que quiere participar en esas victorias. Así, a través de la historia, también han habido epidemias de narcisistas absolutos, cultos emocionados porque creen haber descubierto una manera de escapar de la realidad simplemente usando su sesgo de confirmación como solución a todos sus problemas.

Los narcisistas absolutos son exhibicionistas. Lo hacen pasar como si fuera una actitud natural. Cuando enganchan a los demás, se desabotonan la camisa y muestran su completa invencibilidad. Lo hacen con confianza porque saben que pueden ganar sin importar la respuesta que reciban. Están listos para cualquier reacción. Si se les regaña, responderán diciendo que los otros son unos mojigatos. Si alguien se va de la discusión, responderán llamándolo gallina. Si alguien intenta ser amable, lo llaman debilucho. Si alguien hace una escena, lo llaman intenso o histérico. Si los atacan, dicen que están siendo poco civilizados. Tomarán cualquier postura de manera automática y robótica para mantener su falsa apariencia de invencibilidad.

Ninguna sociedad ha encontrado el antídoto para una epidemia de narcisistas absolutos. En cambio, las epidemias han decaído eventualmente, simplemente porque nadie puede fingir que tienen más razón que la realidad por siempre. Esos movimientos eventualmente pierden su batalla contra la realidad, aunque con frecuencia causan destrucción masiva a su paso. La causa más probable para la extinción humana eventualmente será el sesgo de confirmación sin censura de los movimientos de narcisistas absolutos ya sea a través de dominación mundial o de la conflagración que resulte de las batallas de infalibilidad entre movimientos opuestos de narcisistas absolutos.

El reto que ha eludido a la humanidad durante toda su historia es este: ¿Cómo detener al narcisismo absoluto? ¿Cómo se puede detener a la gente y movimientos cuya única meta es mantenerse imposibles de vencer? Estas son algunas sugerencias que, curiosamente, difícilmente se usan:

No intentar persuadir a un narcisista absoluto. En lugar de eso, debemos humillarlos, cortarlos. Hacerlos sangrar en cualquier tipo de intercambio en el que otras personas están escuchando, ya sea cara a cara o en un intercambio de Twitter. Hablar por encima de ellos y hacia la audiencia. Es solo un espécimen de una invincibilidad mecánica falsa. "¿Ven lo que le hice?"

¿Cómo los cortamos?

Los narcisistas absolutos son farsantes de un solo truco. Hay que enfocarse de manera persistente en ese único truco: "¿Ven lo que hace? Dirá lo que sea para hacerse sentir a sí mismos como un ganador, como un sucio exhibicionista cualquiera."

El narcisista absoluto responderá, y aún así, como tiene solamente un truco, cualquier cosa que digan confirmará la acusación. Si respondemos con un "Miren, lo hizo de nuevo", los tendremos. Debemos ser insistentes y no detenernos ni caer en ninguna de las distracciones que intentarán arrojarnos como pantalla de humo. No les importan los debates sustanciales excepto como una excusa para pretender que todo lo que los reta es malo. No nos confundamos.

Dejemos nuestra moralidad subjetiva fuera. No regañemos con base en nuestros estándares personales. Cualquiera que sean los estándares, los narcisistas dirán que estamos equivocados por tenerlos. Solamente hay un problema moral y es universal: Nadie le gana a la realidad. La realidad, que no le importa a los narcisistas absolutos, le gana a los narcisistas absolutos sin importar que tan insistente sea su pretensión de gobernar sobre la realidad.

No hay necesidad de defendernos. Los narcisistas absolutos intentarán enredarnos en nuestras propias dudas morales fingiendo que les importan estándares morales que en realidad no les importan en absoluto. Operan sobre una lógica fallida, si pueden encontrar una sola falla en nosotros, eso demuestra que ellos, por default, no tienen fallas. Suenan sus sirenas morales con tanta fuerza que no tienen que escuchar su propia hipocresía. No debemos permitir que nos atrapen. Estemos orgullosos de nuestra falibilidad humana y avergoncémoslos por pretender ser superhumanamente infalibles.

Por ejemplo, si se hacen los mojigatos diciendo, "No seamos groseros," le podemos decir a la audiencia "Este tonto ni siquiera se da cuenta que decir que estoy siendo grosero es grosero. Todos insultamos, todos somos groseros a veces. Yo estoy intentando subrayar defectos con precisión y soy grosero cuando creo que una acción es grosera. A este narcisista absoluto no le importa insultar o la maldad. Finge que le importa solamente cuando le ayuda a hacerse el eternamente bondadoso. Qué vergüenza."

Y luego volteamos la moneda para atraparlo. Lo acusamos de ser cosas que no son universalmente malas. Digamos que se masturban en público. Cuando intente negarlo diciendo que la masturbación es mala, nos reímos de que es un mojigato. Lo molestamos, ridiculizamos y avergonzamos sin piedad por no intentar distinguir entre el bien y el mal, en su lugar, pretenden que ya lo entendieron todo.

Debemos mantenernos tranquilos, incluso amigables con la persona escondida detrás de la fachada falsa de infalibilidad del narcisista absoluto. Mantengamos el tono ligero, incluso gracioso. No es nada personal. Cualquiera puede convertirse en un narcisista absoluto. Creen que son especiales, pero están muy lejos de serlo. Solamente son uno más en una larga línea de personas para quienes la realidad es demasiado aterradora para enfrentar y demasiado fácil de descartar.

No dejemos que nos distraigan nuestras propias etiquetas juiciosas como si llamar a alguien un narcisista absoluto fuera condenarlos a una sentencia de muerte. Un narcisista es una persona adicta a pavonearse. Intervenimos porque tenemos la esperanza de que superen su adicción. Lo negarán y nos regañarán por insultarlos. No hay diferencia con un alcohólico que se enoja si lo llamas alcohólico. La ironía es que somos más poderosos que un narcisista absoluto. Creemos que podrían dejar esa necesidad robótica de auto agrandarse y volver a ser humanos normales. Para nosotros, es un estilo de vida mortal que podrían dejar. Para ellos, es su esencia, imposible de cambiar. Si alguien cree que su condición es permanente, es el narcisista absoluto, no nosotros.

También es importante mostrar una confianza que no parezca nacida de alguna postura estratégica que debemos mantener a través de todas las maniobras del narcisista absoluto, sino de una oposición instintiva a todos los narcisistas absolutos porque pretenden ser dioses, maestros de y no sujetos de la realidad. Si un narcisista absoluto intenta seducirnos complaciendo cada una de nuestras preocupaciones y compromisos, de cualquier forma intentaríamos detenerlo. No estamos peleando contra las creencias del narcisista absoluto. Ni si quiera creen en nada más que su propia infalibilidad absoluta. En su lugar, estamos peleando contra todo el narcisismo absoluto. Somos seres humanos capaces de fallar intentando adaptarnos a una realidad que está en constante cambio - justo como lo estaría el narcisista si no hubiera caído en uno de los trucos más viejos. La vida es y siempre ha sido de prueba y error, un trabajo de adivinar sin muchos fundamentos. Estemos orgullosos de nuestro trabajo de adivinación y de cómo va mejorando conforme aprendemos más.

No permitamos que el narcisista convierta el debate en una batalla a muerte por obtener una falsa infalibilidad donde si admitiéramos ser humanos, entonces de repente se demostraría que estamos completamente equivocados en todo y ellos están reivindicados, de repente demostraron estar eterna y completamente en lo correcto en todo. Nadie es infalible y cualquiera que pretenda serlo merece una rápida y aguda patada. Patearlos no significa que seamos infalibles, no juguemos ese juego. Todos fallamos.

Ser capaces de fallar siempre gana porque la realidad no se impresiona con tartamudeos narcisistas. La realidad hará su trabajo y todo lo que podemos hacer es lo mejor humanamente posible para aprender a lidiar con ello, empezando con aprender cómo callar a narcisistas sabelotodos que no saben nada y hacen como que ya no necesitan aprender más.

Con los narcisistas absolutos, no se trata de que el emperador no tenga ropa. Se trata de que el emperador tiene pura ropa, una armadura con nadie adentro. Se puede avergonzar a un traje vacío delante de una audiencia. Así avergonzamos a un narcisista hasta que vuelve a sus cabales.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Jeremy E. Sherman Ph.D., MPP

El Dr. Jeremy Sherman, también con Maestría en Política Pública, tiene una experiencia en investigación muy amplia, psicología desde la cuna a la tumba, los orígenes de la vida hasta nuestra situación actual, basado en 25 años de colaboración cercana con el neurocientífico y antropólogo biólogo de Berkeley Terrence Deacon.

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