Sesgo
Avergonzar por sobrepeso y sesgos por peso son malos para la salud
Una nueva investigación vincula el estigma del peso con hábitos alimenticios poco saludables y menos ejercicio.
7 de junio de 2021 Revisado por Lybi Ma
Los puntos clave
- Experimentar el estigma relacionado con el peso no impulsa a las personas a adoptar comportamientos más saludables.
- El estigma también se asoció con sentirse menos capaz de controlar los hábitos alimenticios y de ejercicio.
- En resumen, avergonzar por la grasa no motiva la pérdida de peso.
A pesar de la fuerte evidencia de lo contrario, tanto los legos como los profesionales médicos continúan respaldando la idea de que avergonzar a las personas gordas es una forma eficaz de promover comportamientos saludables o la pérdida de peso. Los gimnasios utilizan la vergüenza como estrategia de marketing y los trolls en línea hacen un deporte de atacar a las personas en función de su peso. Una nueva investigación realizada en seis países diferentes deja en claro que experimentar el estigma relacionado con el peso no impulsa a las personas a adoptar comportamientos más saludables. En cambio, ser molestado o tratado injustamente debido a su peso se asocia con una alimentación menos saludable, menos ejercicio y más estrés.
El sesgo antigrasa es común en todo el mundo, y las personas gordas experimentan estereotipos negativos y discriminación absoluta debido a su tamaño corporal. En este estudio recientemente publicado dirigido por investigadores de la Universidad de Connecticut, casi 14,000 adultos en seis países diferentes (Australia, Canadá, Francia, Alemania, el Reino Unido y los Estados Unidos) completaron una encuesta en línea centrada en comportamientos relacionados con la salud y experiencias sociales. Los participantes de la encuesta, que eran todos miembros de WW (antes conocidos como Weight Watchers), informaron si alguna vez habían sido objeto de burlas, tratados injustamente o discriminados como resultado de su peso. En todos los países, más de la mitad de los encuestados informaron haber experimentado al menos uno de estos tipos de estigma de peso. Los participantes también respondieron preguntas relacionadas con el ejercicio y los hábitos alimenticios.
En general, los resultados fueron muy consistentes entre países, con pocas diferencias notables. En general, experimentar el estigma del peso se vinculó con resultados negativos. Los encuestados que experimentaron el estigma del peso eran más propensos a informar que comer como una forma de lidiar con las emociones negativas y más propensos a informar que evitan los entornos de acondicionamiento físico debido a que se sienten observados o juzgados. El estigma también se asoció con sentirse menos capaz de controlar los hábitos alimenticios y de ejercicio. Además, aquellos que experimentaron el estigma del peso también experimentaron niveles más altos de estrés general. Es importante tener en cuenta que estos resultados se mantuvieron incluso cuando los autores controlaron variables como el tamaño corporal de los participantes, la edad, el sexo, el nivel de educación y el tiempo que habían sido miembros de WW.
Estos resultados desafían claramente la idea de que la vergüenza por la grasa motivará la pérdida de peso. En cambio, experimentar el estigma del peso aumenta la probabilidad de participar en los tipos de comportamientos que tienden a conducir al aumento de peso. El estigma del peso parece aumentar los niveles de estrés, que están igualmente relacionados con el aumento de peso. Los hallazgos de este nuevo estudio son consistentes con otras investigaciones que documentan cómo experimentar un sesgo antigrasas puede aumentar la desregulación fisiológica en los sistemas cardiovascular, inmunológico y metabólico.
Los resultados de este estudio están limitados por el hecho de que solo documentan relaciones correlacionales, no causales, entre variables. Asimismo, aunque este es el primer estudio multinacional de los resultados del estigma del peso, los seis países incluidos eran todos occidentales y principalmente de habla inglesa. También vale la pena señalar que la propia WW ha sido acusada de promover la vergüenza corporal.
En general, este estudio es una adición importante al cuerpo de investigación que documenta cómo los prejuicios contra la grasa pueden ser perjudiciales para la salud emocional y física de las personas gordas. No hay evidencia de que avergonzar el cuerpo sea una forma eficaz de motivar la pérdida de peso. En cambio, tanto la obesidad como el sesgo antigrasas parecen estar aumentando con el tiempo. La vergüenza por la grasa y la discriminación basada en el peso no solo están mal, son amenazas activas para el bienestar de las personas. La evidencia científica es clara: combatir el estigma del peso es esencial para la promoción de la salud.
A version of this article originally appeared in English.