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Los puntos clave
- La mayoría piensan en el envejecimiento como un deterioro físico, fragilidad, estados de debilidad y una lenta falla cognitiva y la muerte.
- Hay mucho que esperar a medida que envejecemos.
- El crecimiento emocional continúa durante toda la vida.
¿Qué es lo primero que piensas cuando alguien dice "vejez"? La mayoría de las personas piensan en el envejecimiento como un deterioro físico, fragilidad, estados de debilidad, una lenta falla cognitiva y la muerte.
¿Cómo sé esto? Como especialista en envejecimiento, este pensamiento hace que la gente se aleje de mí en los cócteles. Cuando me presento como un especialista en envejecimiento, veo que sus ojos recorren la habitación en busca de alguien que pueda ayudarlos a escapar de la persona más aburrida del mundo.
En una cena hace unos veinte años, alguien finalmente decidió charlar conmigo sobre el envejecimiento. Preguntó: "¿por qué estudias el envejecimiento?" Mi respuesta fue justamente lo que esperaba "encontrar prevención y curas para la depresión, comprender mejor cómo podemos reducir la fragilidad y encontrar nuevas formas de ofrecer cuidados al final de la vida". Me miró horrorizado y dijo: "¿entonces no tenemos nada que esperar?" Estaba perplejo. No tuve una respuesta y estaba realmente avergonzado en ese momento porque me sentía bastante bien con mi trabajo y con lo que estaba devolviendo al mundo. No tengo nada que decir sobre lo que tenemos que esperar. Entonces, continuó, "sabes, no puedo imaginar por qué alguien se molesta en estudiar el envejecimiento si literalmente no tenemos nada que esperar". Fue como una bofetada en la cara.
También fue mi momento de ¡eureka!
De lo que ninguno de nosotros se dio cuenta en ese momento fue que hay mucho que esperar a medida que envejecemos. Nos habíamos basado en los conceptos erróneos del envejecimiento: que la vida es un declive constante después de los 20 y 30 años. Así que seguí adelante y me sumergí profundamente en la psicología del desarrollo para ver realmente lo que tenemos que esperar, y estaba muy emocionado con los hallazgos.
La teoría del desarrollo de Erik Erikson tenía la primera clave. Su teoría habla de las etapas más allá de la pubertad, donde se detienen la mayoría de los teóricos del desarrollo, e incluye el desarrollo emocional, que la mayoría de los teóricos del desarrollo también descuidan. Su teoría es que desde el nacimiento hasta la muerte, nunca dejamos de desarrollarnos. Entonces, aunque todos estamos enfocados en nuestro aumento físico y luego en nuestro declive físico, estamos ciegos a los continuos aumentos emocionales que experimentamos a lo largo de la vida.
Nuestro crecimiento emocional nos hace más felices a medida que envejecemos (NPR Staff, 2015) y nos inspira a dejar un legado, mirar más allá de nosotros mismos y vernos a nosotros mismos como parte de nuestras comunidades y del mundo (McAdams, 2004). Piensa en esto como dos opciones. Una tiene un aumento constante, luego un fuerte descenso.
La otra tiene un incremento lento y firme que nunca se detiene.
Nadie elegiría voluntariamente la primera opción si se presentara como una opción sobre acciones. Sin embargo, esta es la opción a la que todos nos adherimos cuando pensamos en el envejecimiento: todo es físico. No hace falta decir que aprender sobre la "opción" del desarrollo emocional me inspiró a cambiar la forma en que veía el envejecimiento y me llevó a la misión de ver el envejecimiento como algo que todos podemos esperar.
Luego giré para mirar lo que tenemos que esperar a medida que envejecemos. Empecé a mirar la generatividad (el deseo de retribuir a los demás sin esperar nada a cambio). Esto sucede en la mediana edad y nos conduce a la felicidad, ya que realmente nos involucramos en el viaje emocional que nos conecta con los demás.
Ya sea que nos conectemos con un individuo, nuestra comunidad o el mundo en general, podemos darnos cuenta de que tenemos habilidades, valores, talentos y experiencia que son importantes para los demás. Nuestras vidas adquieren un significado más profundo y la alegría que experimentamos es mucho mayor que la alegría material que sentimos cuando compramos un bolso o zapatos nuevos.
Esta es una alegría duradera que nos permite darnos cuenta de que somos importantes, que nuestra huella en el mundo marca la diferencia y que el mundo es un lugar mejor debido a nuestro impacto. No estamos pasando por la vida marcando casillas o pasando tiempo con personas que realmente no nos importan. En cambio, estamos completamente comprometidos con lo que disfrutamos y con quién disfrutamos la vida.
Y, lo más importante, todos pueden experimentar esto. Esta etapa de desarrollo no está reservada a los profesionales, a la "élite". Desde una abuela hasta un general de cuatro estrellas, cualquiera puede esperar experimentar esta mayor conciencia emocional con la edad que tiene el efecto secundario de la felicidad.
Entonces, ¿qué esperas? ¡Deja de lado los conceptos erróneos del envejecimiento y disfruta de la vida!
A version of this article originally appeared in English.
