Psicólogos especialistas en Depresión en Piedecuesta

La terapia para la depresión tiene varios objetivos principales. Uno es aliviar el dolor mental de la depresión, que distorsiona los sentimientos y el pensamiento de modo que quienes la padecen no pueden ver más allá de su estado mental actual o imaginar sentirse mejor. Otro es darle a las personas las herramientas mentales para reconocer y corregir los tipos de pensamientos distorsionados que convierten un problema en una catástrofe y conducen a la desesperación. La terapia también enseña las personas cómo procesar las emociones negativas de manera constructiva, para que tengan más control sobre su propia reactividad emocional. Y ayuda a las personas a recuperar la capacidad de verse a sí mismas de forma positiva, la motivación para hacer las cosas y la capacidad para el placer.

Quizás lo más importante, sin importar el tipo de terapia, es que los pacientes formen una alianza con el psicólogo; esa conexión es terapéutica en sí misma, además se convierte en un instrumento de cambio. Los pacientes aprenden a identificar y desafiar sus propias creencias y pensamientos erróneos que amplifican los efectos de las experiencias negativas. Aprenden a identificar situaciones en las que son especialmente vulnerables. Y aprenden nuevos patrones de pensamiento y comportamiento. Es posible que se les asignen “tareas” en las que practiquen sus habilidades en desarrollo. Además, los buenos psicólogos monitorean regularmente a los pacientes para evaluar si la condición está mejorando y en qué medida.

Se ha encontrado que varios tipos de terapia a corto plazo son efectivos, cada uno dirigido a una o más áreas de disfunción. La terapia cognitivo conductual (TCC) ayuda a los pacientes a desafiar sus pensamientos y creencias negativos, aprender nuevas estrategias conductuales y frenar la reactividad ante situaciones angustiosas. La activación conductual (AC) es una forma de terapia que se usa a menudo junto con la TCC; se enfoca en la participación en actividades gratificantes como un camino para cambiar los sentimientos negativos y el estado de ánimo alterado. Otro enfoque ampliamente utilizado es la terapia interpersonal (TIP), que se enfoca en las dificultades sociales que dan lugar a la depresión y se ven exacerbadas por ella. Los psicólogos pueden combinar enfoques según sea necesario.

Los estudios han encontrado que la terapia online puede ser muy efectiva para tratar la depresión, aunque puede ser más difícil construir una buena alianza entre el psicólogo y el paciente en la pantalla que en persona, al menos al principio. Sin embargo, la terapia online puede ofrecer ventajas considerables. La accesibilidad y la comodidad son los mejores entre ellos. A algunas personas les resulta más fácil hablar de los problemas online que en persona. Si bien la terapia online generalmente limita la visibilidad de la expresión facial y los gestos corporales que brindan importantes señales no verbales sobre el estado mental de un paciente, puede brindarles a los psicólogos un vistazo al mundo y la vida de un paciente, proporcionando información que puede ser muy útil para guiar la terapia.

Muchos estudios muestran que la terapia es altamente efectiva siempre que los pacientes completen el curso prescrito de terapia, comúnmente de 16 a 20 sesiones. A largo plazo, es más eficaz que la medicación y los efectos son más duraderos. Como resultado, la psicoterapia tiene el poder no solo de aliviar el sufrimiento actual, sino también de prevenir futuros episodios del trastorno. La terapia revierte la disfunción en los circuitos neuronales que predispone a las personas a una visión negativa de sí mismas, del mundo y de su futuro y adquieren técnicas de afrontamiento, habilidades para resolver problemas y comprensión de sus propias vulnerabilidades que son útiles a lo largo de la vida.