Teoría de gestión del miedo
Casi todo el mundo le teme a la muerte. El enfoque de la teoría de gestión del miedo (TGM) es la manera en la que el miedo influye el pensamiento y comportamiento humanos. De acuerdo con la TGM, la ansiedad por la muerte lleva a las personas a adoptar percepciones del mundo que protegen su autoestima, valorización y sustentabilidad y les permiten creer que tienen un papel importante en un mundo repleto de significado. Algunas de estas percepciones llevan a acciones preocupantes.
De acuerdo con la TGM, las personas necesitan aislarse de su miedo profundo de vivir una vida insignificante destinada a borrarse por la muerte. Una vía para atender ese temor es asegurarse de que son parte de un grupo importante. El deseo de reforzar la importancia cultural de cara a la muerte suele resultar en demostraciones de prejuicios basados en la creencia de que el grupo con el que uno se identifica es superior a los demás. De esta manera, las personas confirman su autoimportancia, al menos para sí mismas.
La TGM propone que los individuos se sienten motivados a desarrollar relaciones cercanas dentro de su propio grupo cultural con el fin de convencerse que, de alguna manera seguirán viviendo, al menos simbólicamente, después de su muerte inevitable.
La teoría de gestión del miedo fue desarrollada por Jeff Greenberg, Sheldon Solomon y Tom Pyszczynski quienes publicaron una versión completa en su libro de 2015 llamado, El gusano en el corazón. Pero el concepto se construyó sobre el trabajo del antropólogo Ernest Becker, cuyo libro de 1973, La negación de la muerte, argumentaba que la mayoría de las acciones humanas se llevan a cabo principalmente como una manera de ignorar o evadir la muerte.
La mayoría de los psicólogos consideran que la TGM es una especie de característica evolutiva. Los humanos se volvieron naturalmente conscientes de amenazas peligrosas para preservar sus vidas y continuar su línea genética. La profunda ansiedad existencial que viene con ese conocimiento es un producto desafortunado de esta ventaja evolutiva.
Según la TGM, la consciencia de nuestra mortalidad nos aterra y nos fuerza a adaptarla de alguna manera. Algunos individuos evitan pensar al respecto, mientras que otros dedican su energía a dejar un legado que podría hacerlos "Inmortales". Esto podría manifestarse en un deseo elevado de empezar una familia o una creencia más fuerte en la vida después de la muerte.
El miedo a la muerte podría promover inseguridades, sesgos e incluso conflictos globales. Pero los psicólogos que desarrollaron la TGM también consideraron las posibles ventajas, específicamente, que cuando uno está consciente de que sus acciones están siendo influenciadas por el temor a la muerte, en su lugar, pueden elegir dar pasos positivos realizando acciones llenas de amabilidad y buscando encontrar significado en sus vidas.
Una razón por la que nos afligimos por aquellos que fallecen, es que empatizamos con lo que imaginamos fue un gran sufrimiento y temor al acercarse a la muerte. Pero algunas investigaciones sugieren que las personas que creen estar cerca de la muerte le temen mucho menos que otros, y aquellos más cercanos a la muerte parecen expresar una actitud mucho más positiva hacia ella que las personas que no lo están.
La Teoría de Gestión del Miedo sugiere que grandes grupos, e incluso sociedades enteras, podrían tomar decisiones, o evitarlas, principalmente para obtener consuelo de y evitar pensamientos acerca de la muerte, o garantías de que sus ideas seguirán viviendo cuando ya no estén. Las investigaciones han encontrado que esto tiene algunos resultados inesperados, tanto benéficos como potencialmente peligrosos.
Un elemento nuclear de la Teoría de Gestión del Miedo es que los humanos se esfuerzan mucho por evitar pensar acerca de su mortalidad. Esta podría ser una de las razones por la que es tan difícil que las sociedades tomen acciones contra el calentamiento global. Los individuos podrían estar obteniendo algún consuelo psicológico de negar el cambio climático, pero, contraintuitivamente, hacerlo podría arriesgar la supervivencia de la especie.
No todo el mundo puede dejar un legado que mantenga su nombre vivo por generaciones. La TGM sugiere que una manera en la que lidiamos con eso es apoyando a otros que representan nuestros valores y creencias y sí parecen estar destinados a un grado de inmortalidad. Entonces, la cultura de las celebridades podrías ser psicológicamente adaptativa: creemos que las personas famosas representan lo mejor de nosotros mismos, y ayudarles a vivir más allá de la muerte conserva nuestro propio legado.
Generalmente, las acciones de terror fracasan en lograr su meta de inspirar suficiente temor para provocar que la gente cambie la manera en la que viven, porque algunas comunidades y culturas le dan a los individuos apoyo emocional y la promesa de seguridad. Del lado positivo, la cultura une a las personas y les instila resolución. En su aspecto más oscuro, de acuerdo con la TGM, después de un acto de terror, muchas personas se aferran a la percepción mundial de su propia cultura, una que, presumiblemente, perdurará después de su muerte. Pero, esas creencias pueden llevar a incrementar el aislamiento, prejuicios y la denigración de externos.