Toma de decisiones
Una sana relación con el tiempo te dará una vida más satisfactoria
Aunque parece no haber suficiente tiempo, el tiempo se puede volver un aliado.
5 de agosto de 2024 Revisado por Lybi Ma
Los puntos clave
- La cuestión no es la cantidad de tiempo que tenemos, sino más bien nuestra relación con ese tiempo.
- Es fundamental comprender cómo empleamos nuestro tiempo, establecer límites y disfrutar del momento presente.
- Existen ejercicios y prácticas que todos podemos hacer para transformar nuestra relación con el tiempo.
El tiempo es un recurso precioso. A veces lo damos por sentado, pero muchas veces sentimos que nunca es suficiente. A menudo pasamos el día a toda prisa, intentando constantemente hacer más en menos tiempo, lo que nos genera estrés, ansiedad y agotamiento. Otras veces nos perdemos en actividades como navegar por el teléfono o jugar a videojuegos, lo que nos hace sentir que hemos desperdiciado horas en cosas que no son importantes para nosotros. Otras veces nos dedicamos a actividades como nuestro trabajo y luego nos arrepentimos de no haber dedicado más tiempo a otras cosas que sí importan, como los amigos y la familia. A menudo sentimos la escasez de tiempo, ya sea en el presente o al mirar atrás, y sentimos una falta de control sobre él.
Pero la verdad es que tenemos más control del que creemos y el problema no es la cantidad de tiempo que tenemos, sino más bien nuestra relación con ese tiempo. La mayoría de nosotros tenemos una relación conflictiva con el tiempo, sentimos que nunca es suficiente o que no podemos ponernos al día. Pero todos somos capaces de cambiar la forma en que pensamos y sentimos sobre el tiempo y la forma en que lo gestionamos.
Tener una relación saludable con el tiempo significa: entender cómo empleamos nuestro tiempo, establecer límites y aprender a relajarnos y disfrutar del momento presente. Hay cosas concretas que podemos practicar para tener una relación más saludable con el tiempo:
- Sé consciente de cómo empleas tu tiempo. El primer paso para tener una relación sana con el tiempo es ser consciente de cómo lo empleamos. Haz un seguimiento de tu tiempo durante una o dos semanas para ver a dónde va. A menudo, a las personas les resulta una experiencia reveladora. Una vez que sabemos a dónde va nuestro tiempo, podemos empezar a hacer cambios.
- Ten claros tus valores y prioridades. Evalúa tus prioridades con honestidad. Todos tenemos tiempo, solo debemos priorizarlo, porque el tiempo no es ilimitado. Elegimos emplear nuestro tiempo en función de lo que es importante para nosotros, pero muchos de nosotros lo hacemos de forma inconsciente, en lugar de tomar decisiones conscientes. Siéntate y haz una lista de las cosas más importantes a las que quieres dedicar tiempo en tu vida. Si te ayuda, imagina que solo te queda un mes de vida. ¿A qué te hubiera gustado dedicar ese último año de tu vida? Luego haz una segunda lista en orden de prioridad. Esto te ayudará a tomar decisiones en el futuro y a sentir que tienes el tiempo que necesitas para lo que es más importante.
- Haz ajustes y establece límites. Una vez que sabemos cómo empleamos nuestro tiempo y a qué queremos dedicarlo, podemos empezar a hacer ajustes y establecer límites. Esto significa decir no o cancelar cosas que son de menor importancia y hacer tiempo para las cosas que sí lo son. También puede significar decir no a nuevos compromisos cuando te abrumes o no estés dedicando suficiente tiempo a las cosas que te importan.
- Observa los juicios que no se alinean con tus valores o que simplemente no son ciertos. Muchas veces juzgamos cosas como relajarnos, divertirnos o descansar como una pérdida de tiempo. Pero muchas de estas actividades te permiten disfrutar de tu vida y recargar energías para todo lo demás que haces. Asegúrate de no permitir que este tipo de juicios interfieran con lo que necesitas y quieres.
- No dejes que las cosas se vuelvan demasiado familiares. La mayoría de nosotros hemos experimentado la sensación de que el tiempo pasa cada vez más rápido cada año. Esto probablemente se debe a que no notamos las cosas cuando se vuelven familiares. Es como pasar por tu vecindario de camino a casa sin ver nada. Esto se puede contrarrestar si nos fijamos más en las cosas de manera consciente, trabajando para ver realmente nuestro entorno como si fuera la primera vez. También puede ayudar romper con nuestras rutinas: conducir por una ruta diferente a casa. Sentarse en un lugar diferente en la mesa. Reorganizar los muebles. Plantear nuevos temas o tener nuevas experiencias con personas con las que pasas mucho tiempo. Si somos creativos, hasta las novedades más pequeñas harán que el tiempo transcurra más despacio y nos harán estar más presentes.
- Aprende a disfrutar del momento presente con gratitud. Una de las mejores maneras de tener una relación sana con el tiempo es aprender a disfrutar del momento presente. Esto significa tomarse un tiempo para apreciar las pequeñas cosas de la vida, como una hermosa puesta de sol o una buena conversación con amigos. También significa tomarse un tiempo para uno mismo y hacer cosas que disfrutamos, como leer, escuchar música o pasar tiempo en la naturaleza. Cada hora que estamos vivos es un regalo, y es útil centrar nuestra atención en utilizarla de forma intencional y alegre. Intenta convertir en una práctica el saborear cada momento.
Tener una relación saludable con el tiempo es esencial para vivir una vida feliz y plena. Si aprendemos a priorizar y gestionar nuestro tiempo de forma más eficaz, nos sentiremos menos abrumados, tendremos más control, tomaremos decisiones basadas en nuestros valores y disfrutaremos más plenamente del momento presente. Si tomamos estas sencillas medidas, podremos influir radicalmente en la forma en que experimentamos el tiempo y, por tanto, en nuestra vida en general.
A version of this article originally appeared in English.