Memoria
¿Por qué recordamos ciertas cosas pero olvidamos otras?
La experiencia de la emoción incrementa nuestros recuerdos.
6 de noviembre de 2020 Revisado por Lybi Ma
Una función normal de la emoción es mejorar la memoria para mejorar el recuerdo de experiencias que tienen importancia o relevancia para nuestra supervivencia. La emoción actúa como un resaltador que enfatiza ciertos aspectos de las experiencias para hacerlas más memorables. La formación de un recuerdo implica registrar información, procesamiento y almacenamiento, y recuperación.
La emoción afecta a todas las fases de la formación de un recuerdo. He aquí cómo.
1. Atención: La atención guía nuestro enfoque para seleccionar lo que es más relevante para nuestras vidas y normalmente se asocia con la novedad. Nada enfoca la mente como la sorpresa. Por ejemplo, aunque uno puede disfrutar a fondo de una conversación en particular, la misma conversación por segunda vez sería aburrida. La intensidad emocional actúa para reducir el alcance de la atención para que algunos objetos se enfaticen a expensas de muchos otros. Centrarse en un área muy estrecha permite un uso óptimo de nuestra capacidad de atención limitada.
2. Consolidación de un recuerdo: La mayor parte de la información que adquirimos se olvida y nunca llega a la memoria a largo plazo. Cuando aprendemos un problema complejo, la memoria a corto plazo se libera y la acción se vuelve automática. Los eventos emocionalmente cargados se recuerdan mejor que los eventos neutrales. Nunca olvidarás algunos eventos, como la alegría del nacimiento de tu primer hijo o el horror del ataque terrorista del 11 de septiembre. Las hormonas del estrés epinefrina y cortisol mejoran y consolidan la memoria. En términos evolutivos, es lógico que imprimamos situaciones peligrosas con mayor claridad para que podamos evitarlas en el futuro.
3. Recuerdo de la memoria: Los recuerdos de experiencias emocionales dolorosas permanecen mucho más tiempo que aquellas que involucran dolor físico. Hay un viejo dicho que "palos y piedras pueden romper los huesos, pero las palabras nunca pueden lastimarte". Por el contrario, la evidencia muestra que los sentimientos heridos podrían ser peores que el dolor físico. En palabras de Maya Angelou: “He aprendido que la gente olvidará lo que dijiste, la gente olvidará lo que hiciste, pero la gente nunca olvidará cómo los hiciste sentir”. De hecho, hay evidencia de que el acetaminofeno (por ejemplo, el Tylenol) funciona no solo en el dolor físico sino también en el dolor emocional.
4. Imprimación: Los recuerdos pasados a menudo son activados o imprimados por el entorno de uno. El imprimado se refiere a activar el comportamiento a través del poder de la sugerencia inconsciente. La investigación encontró que las personas que se ven obligadas a pensar en la autodisciplina (al tener que descifrar frases al respecto) inmediatamente tomaron más opciones de bocadillos orientadas al futuro que aquellos que les dieron frases sobre la autoindulgencia. En este caso, el objetivo almacenado en la memoria a largo plazo se recupera y se coloca en la memoria a corto plazo. Del mismo modo, el concepto de una biblioteca hace que la gente hable más suavemente.
5. Memoria del estado de ánimo: Nuestro estado emocional actual facilita el recuerdo de experiencias que tenían un tono emocional similar. Cuando estamos en un estado de ánimo feliz, tendemos a recordar eventos agradables y viceversa. Esto se debe a que los estados de ánimo traen diferentes asociaciones a la mente. Por ejemplo, estar de mal humor prepara a una persona a pensar en cosas negativas.
6. Borrado: El estrés puede conducir a déficits de memoria, como la experiencia común de borrado mental durante un examen de alta presión o una entrevista. Por lo tanto, preocuparse por cómo se desempeñará en una prueba puede contribuir a un puntaje de prueba más bajo. En general, la ansiedad influye en el rendimiento cognitivo de una manera curvilínea (una curva en U invertida). Este fenómeno se conoce como la ley Yerkes-Dodson. Es decir, cuando los niveles de excitación son demasiado bajos (aburrimiento) y cuando los niveles de excitación son demasiado altos (ansiedad o miedo), es probable que el rendimiento sufra. En situaciones de baja excitación, la mente está desenfocada. Por el contrario, en situaciones de alta estimulación, el foco de atención es demasiado estrecho y se puede perder información importante. La situación óptima es la excitación moderada.
7. Negligencia de la duración (regla del pico y final): La forma en que recordamos los eventos no necesariamente se compone de un total de cada momento individual. En cambio, tendemos a recordar y exagerar el momento máximo (mejor o peor) y el último momento, y descuidamos la duración de una experiencia. Esto explica por qué un mal final puede arruinar toda una experiencia. Por ejemplo, cuando recuerdas tus vacaciones de verano en Canadá, hay demasiada información para evaluar si fue un viaje agradable. Por lo tanto, aplicas la regla del extremo máximo y pesa más el mejor momento y el momento más reciente.
En resumen, gran parte del aprendizaje se lleva a cabo en forma de aprendizaje emocional. Para fortalecer nuestra memoria, ayuda darle un significado emocional a los objetos y acciones que experimentamos.
A version of this article originally appeared in English.