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Verificado por Psychology Today

Sexo

¿Por qué las mujeres y los hombres perciben tan distinto una infidelidad?

¿Por qué solo algunas relaciones sobreviven a la infidelidad?

nd3000/Shutterstock
Fuente: nd3000/Shutterstock

Hay una escuela de pensamiento dice que si una mujer engaña, hay más probabilidades de que termine su relación primaria que si un hombre engaña. Y esto puede ser efectivamente el caso porque los hombres y las mujeres tienden a pensar y sentirse diferente sobre el sexo y las relaciones.

Los hombres suelen tener más probabilidades de separar el sexo de las conexiones íntimas. Para muchos hombres, el sexo es sexo, y las relaciones son relaciones, y las dos no tienen que superponerse. Así, un hombre que engaña casualmente puede hacerlo sin sentir algún grado considerable de conexión emocional hacia la otra persona, mientras que una mujer que engaña podría percibir las cosas de manera distinta, con la conexión emocional y el sexo mezclados de maneras que dificultan la compartimentación.

Dicho de otra manera, cuando las mujeres engañan, usualmente hay un elemento de romance, intimidad, conexión o amor. Por otro lado, los hombres tienen más probabilidades de engañar para satisfacer impulsos sexuales con menos pensamientos de intimidad. Por supuesto, muchos hombres engañan porque sienten amor así como atracción sexual por una pareja externa, pero muchos hombres no: para ellos, la infidelidad puede ser una acción oportunista, primariamente sexual, que, en sus mentes, no afecta a su relación principal. De hecho, cuando se les pregunta, muchos de esos hombres reportarán que están muy felices con su relación principal y que aman a la otra persona, que su vida sexual es excelente y que, a pesar de sus engaños, no tienen ninguna intención de acabar con su relación principal.

Las mujeres tienen menos probabilidades de operar de esa manera. Para la mayoría de las mujeres, un sentido de intimidad relacional es tan importante como el sexo; con frecuencia incluso más importante. Como tal, las mujeres tienden a no engañar a menos que se sientan infelices con su relación principal o desarrollen una conexión íntima con su pareja externa, y ambas podrían causar que una mujer se aleje de su relación principal.

Consideremos los resultados de un estudio bien conocido en el que hombres y mujeres vieron videos de dos hombres teniendo sexo y dos mujeres teniendo sexo. Las respuestas de los hombres que participaron en el estudio fueron altamente específicos en cuanto al género: a los hombres heterosexuales les excitaban solamente los videos de mujeres, y los hombres homosexuales se excitaron solamente con los videos de dos hombres. Mientras tanto, dos tercios de las mujeres, sin importar su orientación sexual, se sintieron excitadas por los estímulos tanto femeninos como masculinos, en particular, los videos que mostraban o daban a entender que existía una conexión emocional y psicológica. Esta investigación difícilmente es atípica: muchos otros estudios han producido resultados similares, confirmando que, si hablamos en general, las mujeres se sienten atraídas y excitadas por una intimidad emocional (especialmente en relaciones comprometidas) mientras que los hombres se sienten más excitados por actos sexuales.

Dicho de otra manera, el deseo sexual masculino tiende a ser impulsado por factores fisiológicos y no psicológicos. Esta es la razón por la que los sitios de porno creados para usuarios masculinos presentan escenarios cortos enfocados en partes del cuerpo y actos sexuales abiertos, sin mucho más que ver. Incluso la literatura pornográfica para hombres tiende a enfocarse más en actos sexuales que en relaciones y sentimientos.

Para las mujeres no es así. En una novela de romance, o en series como True Blood, o las películas de la saga de Crepúsculo, u otros romances/erótica dirigidos a mujeres, podemos ver claramente esta tendencia. En esas historias, encontramos muy poco del sexo puramente objetificado y sin relaciones. En su lugar, encontraremos chicos malos de mandíbulas perfectas, pechos amplios y voces profundas que se derriten con solo ver a la heroína de la historia. Esto es cierto incluso para series más abiertamente sexuales como Cincuenta sombras de Grey, en donde un chico realmente malo conoce a una chica realmente buena que sabe, desde el fondo de su corazón, que puede encontrar lo bueno en él y hacer que la relación funcione.

Los hombres típicamente no necesitan estar enamorados para disfrutar del sexo. De hecho, la otra persona no tiene que agradarles para excitarse. Generalmente, es más difícil interesar a una mujer en el sexo porque quieren una voz profunda Y músculos fuertes Y sentido del humor Y a alguien que las escuche Y quiera tener hijos Y contruir una casa con ella Y muchas otras cosas.

Esta diferencia probablemente es producto de miles de años de evolución. Los investigadores Ogi Ogas y Sai Gaddam describen esto mejor que nadie en su libro Mil millones de pensamientos malvados:

"Al contemplar tener sexo con un hombre, una mujer tiene que considerar el largo plazo. Esta consideración puede no ser siquiera consciente, sino parte del software inconsciente que ha evolucionado para proteger a las mujeres por cientos de miles de años. El sexo podría comprometer a una mujer a una inversión sustancial que le cambia la vida: el embarazo, lactancia y más de una década de crianza. Estos compromisos requieren mucho tiempo, recursos y energía. El sexo con la persona equivocada podría llevar a muchos resultados desagradables.”

Ogas y Gaddam llaman a esta necesidad femenina de evaluar por completo los rasgos físicos y de personalidad antes de excitarse física y psicológicamente, “La señora Marple”, haciendo referencia a la famosa detective de Agatha Christie. Notan que este mecanismo interno de seguridad no está dispuesto a brindar aprobación cognitiva para el sexo hasta que se cumplan múltiples condiciones. (Es digno de notar que las mujeres con historiales de trauma sexual tienden a carecer de este mecanismo de autodefensa, y, como tal, tienen más probabilidades de participar en engaños casuales y a ser todavía más victimizadas como adultas).

Los hombres pueden tener menos necesidad de protegerse contra los peligros del sexo casual, así que no han desarrollado este detective interno. A veces engañan solo por el sexo, incluso cuando están perfectamente felices con su relación principal. Esta es la razón por la que una relación dañada por la infidelidad de un hombre puede tener más probabilidades de sobrevivir después de que se descubre una infidelidad, a diferencia de cuando una mujer engaña. Los hombres pueden y efectivamente engañan estando en una buena relación, y las buenas relaciones son dignas de salvarse. Mientras tanto, las mujeres tienen más probabilidades de engañar cuando su relación principal no va bien, y ese tipo de conexión ya turbulenta podría no valer la pena y el esfuerzo requeridos para reconstruir la confianza, intimidad emocional y armonía a largo plazo en la relación.

Para saber más acerca de las diferencias psicológicas y emocionales arraigadas entre hombres y mujeres, recomiendo el libro de John Gray, Los hombres son de Marte, las mujeres de Venus. Para información específica sobre superar una infidelidad y relaciones dañadas, recomiendo mi propio libro, Fuera de la perrera: una guía paso a paso salvadora de relaciones para los hombres descubiertos en una aventura.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Robert Weiss

El Dr. Robert Weiss, Maestría en Trabajo Social, es autor de Out of the Doghouse: A Step-by-Step Relationship-Saving Guide for Men Caught Cheating.

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