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Verificado por Psychology Today

Política

La Teoría de la identidad social explica la polarización política

¿Qué nos puede decir la psicología sobre la división política?

Los puntos clave

  • Las personas derivan parte de su autoconcepto a partir de su pertenencia a grupos sociales.
  • Las personas adoptan la identidad de su grupo político, internalizando sus normas, valores y comportamientos.
  • Las personas comparan su grupo político con otros para mantener o mejorar la autoestima.
Darren Whittingham / Shutterstock
Fuente: Darren Whittingham / Shutterstock

El análisis del comportamiento político y la polarización a través de la perspectiva de la teoría de la identidad social (TIS) permite comprender cómo los conceptos que los individuos tienen de sí mismos se ven influenciados por su pertenencia a un grupo, lo que influye en sus comportamientos y actitudes hacia los miembros de su propio grupo y de su exogrupo. La TIS esclarece la creciente polarización y hostilidad entre los grupos políticos, al tiempo que ofrece estrategias para mitigar estos efectos divisivos.

El poder de la TIS reside en su capacidad para explicar cómo las identidades políticas profundamente arraigadas pueden generar división y conflicto. Por ejemplo, consideremos el panorama político de los Estados Unidos. Los demócratas y los republicanos a menudo se ven entre sí no solo como oponentes políticos, sino como grupos fundamentalmente diferentes y opuestos. Esta intensa identificación con los partidos políticos puede conducir a comportamientos y actitudes que favorecen al propio grupo (el grupo interno) mientras discriminan al grupo opuesto (el grupo externo).

Una ilustración vívida de los principios de la TIS en acción se puede ver durante las temporadas electorales. Las campañas y los anuncios políticos enfatizan con frecuencia las diferencias entre los partidos, lo que refuerza las identidades grupales y exacerba las divisiones. Este enfoque no sólo moviliza a las bases partidarias sino que también profundiza el sentimiento de “nosotros contra ellos”, lo que conduce a una mayor polarización y a una menor voluntad de participar en un diálogo constructivo.

Los fundamentos de la Teoría de la Identidad Social

La teoría de la identidad social postula que los individuos derivan parte de su autoconcepto a partir de su pertenencia a grupos sociales. Estos grupos constituyen una fuente de orgullo y autoestima, influyendo en el comportamiento y las actitudes hacia los miembros tanto del endogrupo como del exogrupo. En el contexto político, esto se traduce en una fuerte identificación con partidos políticos o ideologías, lo que conduce a comportamientos y actitudes que favorecen al propio grupo (el endogrupo) y discriminan a los grupos opositores (el exogrupo).

Mecanismos clave en la polarización política

  1. Categorización social: las personas se clasifican a sí mismas y a los demás en grupos. En política, esto suele significar identificarse como miembro de un partido político o una ideología en particular. Esta categorización simplifica el mundo social y proporciona un marco para comprender la dinámica política.
  2. Identificación social: las personas adoptan la identidad de su grupo político, internalizando sus normas, valores y comportamientos. Esto puede conducir a un fuerte apego emocional a la propia identidad política.
  3. Comparación social: las personas comparan su grupo político con otros para mantener o mejorar la autoestima. Esto suele dar lugar a favoritismo dentro del grupo y discriminación fuera del grupo, donde el propio grupo político es visto como superior y los grupos opositores son vistos negativamente.

El partidismo como identidad social

El partidismo se ha convertido en una identidad social fundamental para muchas personas. Este fenómeno, al que a menudo se denomina “política de identidad”, significa que las creencias políticas están estrechamente vinculadas a la identidad personal. Como resultado, las personas son más propensas a considerar las afiliaciones políticas como parte integral de su identidad. Esta profunda conexión hace que el compromiso y el diálogo sean cada vez más difíciles, ya que cualquier desafío a las creencias políticas se percibe como un ataque personal.

Influencia de los medios

Los patrones de consumo de medios juegan un papel importante en el fortalecimiento de las identidades sociales. Las personas tienden a buscar y consumir medios que se alinean con sus creencias políticas preexistentes, una conducta conocida como exposición selectiva. Esta tendencia a favorecer a los medios partidistas intensifica el favoritismo dentro del grupo y la discriminación fuera del grupo. Al consumir continuamente contenido que refleja sus creencias, las personas se afianzan más en sus opiniones políticas.

Amenaza grupal y comportamiento político

Cuando las personas perciben una amenaza para su grupo político, sus reacciones pueden volverse más extremas. Esta amenaza percibida puede llevar a un mayor apoyo a políticas extremas y a conductas hostiles hacia miembros del grupo externo. La sensación de amenaza aumenta la solidaridad dentro del grupo y amplifica la división entre grupos. Esta dinámica es evidente en diversos contextos políticos, donde las amenazas percibidas, ya sean reales o imaginarias, llevan a las personas a adoptar posturas más radicales y a ver a la oposición con mayor sospecha y hostilidad.

Estrategias para superar la polarización política

Si bien el impacto de la identidad social en la política puede generar profundas divisiones, existen varias estrategias que pueden ayudar a mitigar sus efectos negativos:

  1. Fomentar identidades superordenadas: Promover una identidad más amplia e inclusiva que abarque a varios grupos puede reducir el favoritismo dentro del grupo y la discriminación fuera del grupo. Por ejemplo, enfatizar una identidad nacional compartida por sobre la identidad partidaria puede fomentar la unidad. La investigación respalda este enfoque, mostrando que la creación de identidades comunes dentro del grupo puede reducir el sesgo intergrupal.
  2. Fomentar el contacto intergrupal: Fomentar las interacciones entre miembros de diferentes grupos políticos puede reducir el prejuicio y aumentar la comprensión. La hipótesis de contacto de Allport (1954) sugiere que bajo condiciones apropiadas, el contacto intergrupal puede disminuir los estereotipos y mejorar las relaciones intergrupales. Pettigrew y Tropp (2006) confirmaron esto a través de un metaanálisis, mostrando que el contacto intergrupal generalmente reduce el prejuicio intergrupal.
  3. Fomentar el consumo crítico de medios: Educar a las personas sobre alfabetización mediática y alentar el consumo diverso de medios puede ayudar a reducir el refuerzo de perspectivas sesgadas.
  4. Diálogo y deliberación: Los diálogos estructurados que fomentan la conversación respetuosa y la deliberación a través de líneas políticas pueden ayudar a superar las divisiones, fomentando la comprensión y reduciendo la animosidad.
  5. Destacar objetivos comunes: centrarse en objetivos y valores comunes que trasciendan las divisiones políticas puede crear un sentido de unidad. Por ejemplo, las iniciativas que enfatizan el servicio comunitario o los intereses económicos compartidos pueden unir a las personas de distintas tendencias políticas. Las investigaciones respaldan esto, mostrando que la cooperación hacia objetivos comunes puede reducir la hostilidad entre grupos.
  6. Reducir las amenazas percibidas: abordar las fuentes de amenazas percibidas para los grupos políticos puede reducir el apoyo a medidas extremas y la hostilidad. Esto puede implicar medidas políticas que garanticen un trato justo y la representación de todos los grupos.
  7. Intervenciones políticas para fomentar la participación cívica: los gobiernos pueden implementar políticas que promuevan la participación cívica activa y la participación en los procesos democráticos. Fomentar el registro de votantes, proporcionar plataformas para el discurso público y apoyar la educación cívica puede mejorar el sentido de pertenencia y responsabilidad compartida entre los ciudadanos.

Trascendiendo las divisiones

La teoría de la identidad social ofrece un marco poderoso para comprender el comportamiento político y la polarización. Al reconocer los mecanismos a través de los cuales las identidades de grupo influyen en las actitudes y los comportamientos, podemos desarrollar estrategias para reducir las divisiones políticas. Mientras navegamos por las complejidades de la identidad política, recordemos las palabras de Martin Luther King Jr.: “Debemos aprender a vivir juntos como hermanos o morir juntos como tontos”.

Al aceptar nuestra humanidad compartida y esforzarnos por lograr un entendimiento mutuo, podemos trascender las divisiones que nos separan.

A version of this article originally appeared in English.

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Acerca de
Jessica Koehler Ph.D.

Jessica Koehler tiene doctorado de la escuela de psicología de la Universidad de Maryland, donde su investigación se ha enfocado en prevención basada en la escuela, equipos escolares colaborativos y eficacia del profesorado.

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