El teléfono y normas de la privacidad para parejas

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Establecer límites claros en torno a la privacidad es crucial en cualquier relación. Sin embargo, las parejas a menudo luchan con cuánta privacidad es lógica, justa o esperada en una relación sana.

Por ejemplo, ¿deberías tener la contraseña del teléfono de tu pareja? ¿"Encontrar mi teléfono" y otros rastreadores de ubicación son lógicos o invasivos? Y, ¿deberías tener privacidad en una relación romántica comprometida? Todas estas son preguntas válidas, y muchas parejas luchan por estar de acuerdo cuando se trata de la etiqueta telefónica y de privacidad.

Sin lugar a dudas, la comunicación abierta y la cercanía son fundamentales para una unión feliz. Sin embargo, respetar la privacidad de los demás también es importante. Nadie debería sentir que tiene que compartir cada pensamiento, cada parte de su historia personal o cada interacción con su pareja sin enfrentar represalias.

Echa un vistazo a lo que están haciendo otras parejas, lo que es pedir demasiado y cuándo la privacidad se convierte en algo más dañino.

¿Cuál es la norma de etiqueta telefónica y de privacidad en una relación?

Las parejas que ingresan a terapia y están superando desafíos con la privacidad comúnmente se preguntan qué es normal cuando se trata de la etiqueta telefónica y de privacidad. Si bien el tema está en constante evolución y es diferente en todo el espectro de parejas, aquí hay algunas estadísticas reveladoras de una encuesta realizada por el Centro de Investigación Pew:

• El 67 por ciento de las personas en una relación comprometida han compartido una contraseña para una cuenta en línea con su pareja.
• El 11 por ciento de las parejas tienen un perfil compartido en las redes sociales.
• El 27 por ciento de las parejas comparten una cuenta de correo electrónico.

Los datos recopilados por la empresa Malwarebytes también encontraron que la mitad de las parejas comparten su ubicación con su pareja, principalmente como un medio para mantenerse informados mutuamente por varias razones.

¿Cuánto es demasiado pedir cuando se trata de apertura?

En una relación madura y respetuosa, "contarlo todo, o ya verás" nunca debería ser el sentimiento básico. Si bien la creación de confianza mutua se promociona comúnmente como una razón para compartir todo, ninguno de los dos debería sentir que tiene que demostrar su confiabilidad compartiendo cada contraseña o acción digital.

Si no se permiten espacio personal el uno al otro y sienten la necesidad de monitorear cada llamada telefónica, cada momento y cada conversación, la falta de confianza podría ser la culpable. Esto no es saludable para ninguna relación y puede conducir rápidamente a una situación abusiva y dañina.

Nadie tiene derecho a conocer cada pensamiento o monitorear cada movimiento de su pareja. La pareja que insiste en que debe saberlo todo puede estar utilizando este enfoque como una forma de control que puede deberse a sus inseguridades. La persona que se somete a estas solicitudes puede comenzar a sentir que no tiene espacio para pensar por sí misma o mantener en privado ningún aspecto de su vida.

La precaria línea entre privacidad y secreto

Si bien todos necesitan su nivel de espacio, reconocer la diferencia entre privacidad y secreto es crucial. Si no estás siendo reservado u ocultando algo que podría causarle daño a la otra persona, tener tu propio espacio, incluso con tu teléfono o dispositivos electrónicos, no debería ser un problema. Sin embargo, si estás ocultando algo que le preocuparía a tu pareja, es posible que te encuentres en un terreno inestable. Por ejemplo, si te preocupa que tu pareja vea tus mensajes directos porque las conversaciones que estás teniendo con otras personas la haría sentir irrespetada, esto no está bien. Del mismo modo, si mantienes una amistad para ti solo con tu pareja en la oscuridad, debes ser honesto contigo mismo acerca de tus intenciones.

En resumen, si no quieres que tu pareja sepa dónde estás, con quién estás o incluso qué haces en tu teléfono porque dañaría la relación, puede que se trate más de ser reservado que privado. Los secretos pueden dañar gravemente la estabilidad de una sociedad, por lo que la responsabilidad personal es primordial. Analiza detenidamente qué estás protegiendo y por qué antes de esperar mantener el secreto que podrías estar haciendo pasar por privacidad.

Establecer la etiqueta telefónica y de privacidad como pareja

Lo más importante que pueden hacer dos personas para navegar por el conflicto que rodea al teléfono y la etiqueta de privacidad es reconocer la importancia de la idea. Algunos consejos:

• Habla abiertamente sobre los límites, las expectativas y las perspectivas con respecto a los teléfonos y la privacidad.
• Mantener una buena comprensión de la privacidad y el espacio personal de los demás.
• Sean respetuosos de los sentimientos de los demás sobre lo que hacen y no quieren compartir.
• Nunca designes la "confianza" como algo que debe ser probado de una manera que comprometa la privacidad de alguien.
• Asume la responsabilidad personal para reconocer la diferencia entre ser nocivamente reservado e inofensivamente privado.

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Las parejas a menudo tienen que determinar cuánta privacidad necesita y respeta cada uno, equilibrando la confianza y la autonomía individual. Cada individuo puede tener una idea de cómo es la privacidad para ellos.

Para algunos, esto puede significar no compartir información de ubicación todo el tiempo o no proporcionar acceso abiertamente a su teléfono. En última instancia, ambas personas deben abordar la etiqueta de privacidad como pareja, pero crear límites claros sobre lo que está bien y lo que no.